Se equivoca y mucho el consejero
Mas-Colell, hombre sabio por otro lado, cuando juzga las declaraciones del presidente de la
CEOE del miércoles 24 de septiembre. A Joan
Rosell La Merced lo pilló trabajando en
Madrid, preocupado como todas las personas responsables y de sentido común reconocible, por la peligrosa situación de Cataluña
.
Lamento que el
nacionalismo sirva de pretexto para justificarlo todo, puesto que en esta omnijustificació radica a veces la razón de su demérito. Ni es el nacionalismo una trinchera, ni un cañón para atacar. La causa –e inteligencia- emocional radica más en
el patriotismo que en el nacionalismo, una arma excelente para el pretexto. Las batallas de Rosell en Madrid tienen mucho más a ver con
la construcción de puentes con Cataluña que en la demolición de los mismos. Tarea nada fácil cuando en ambas orillas del ríe Ebro se asienta el
tancredismo inapetente de Mariano
Rajoy, por un lado; y el nulo deseo de negociar de
Artur Mas, amurallado en su pertinaz afán de decidir y en
la consulta.
Una
tarea demasiado ardua, la de moverse entre ambas bandas, si ni la uno ni el otro están dispuestos a ceder
. Y negociar es ceder en algo, igual que sin
diálogo es imposible encontrar una vía política para dar con la clave del 9 de noviembre; o, lo cual es más preocupante, el día después. Cataluña y España
se levantarán decididamente diferentes el día 10 de noviembre. Por dos generaciones, probablemente, ya nada será igual. Valdrá la pena haber llegado a este
puerto sin encontrar una salida?
A Mas-Colell no le salen las cuentasNo era imprevisible el escenario que el
consejero de Economía y Finanzas de la Generalitat toparía con una
puerta a las narices. El dinero no manan de una fuente eterna, ni llueve como el maná en el desierto bíblico. Cerrar el
presupuesto por el 2015 será un ejercicio de funambulisme
financiero: le faltan 3.300 millones de euros, se ha comido una parte sustancial del
FLA; arrastra déficits anteriores acumulados; la ciudadanía –especialmente las clases medianas- está exhausta de tanto pagar impuestos en
España, y cuatro o cinco puntos más en Cataluña; los recortes agobian y difícilmente dan por más; la capacidad de resistencia
fiscal se acaba, y todo tiene un límite…
Mas-Colell avisa ya del
riesgo de "colapso fiscal". Es este el escenario ideal para llegar al 9 de noviembre? Ya sé que algunos pensarán erróneamente que "cuánto peor, mejor". No participo de esta
idea, ni tampoco lo aconsejaría el sentido común.
Déficit fiscal a banda –que existe en perjuicio de Cataluña
, y en beneficio de Andalucía y Extremadura
-, bien es verdad que no todo, ni siempre se ha hecho correctamente a la administración de la
Generalitat. Hay una presión fiscal excesiva, y se da un cierto desasosiego de gestión
, no ya en los recortes, sino en las prioridades presupuestarias, en el abuso de las nóminas hinchadas por un exceso de funcionarios, en los vicios internos de la administración de las consejerías…
Tendría que exigirse un
criterio ético en la aplicación de las prioridades presupuestarias, en caso contrario el estado del
bienestar peligra. Cómo acaba de decir
Manuel Pizarro en Zaragoza, es necesario "repensar el estado del bienestar". Ni España, ni Cataluña, ni la UE aguantan ya una sobrecarga del
gasto en medio de una crisis que nos vuelve a enseñar la cara de la
recesión, y de la deflación, tal como ha denunciado
Mario Draghi ante el Parlamento Europeo: según sus palabras "estamos en un punto muerto", refiriéndose al crecimiento
económico. Una perspectiva que invita a temblar.
Ecuanimidad para todosNo todas las cosas se hicieron correctamente en el aventurismo
suarista del
café para todos de 1978.
Tarradellas lo calificaba de "ruinosa barbaridad". "Como un país como este puede soportar 17 gobiernos, 17 administraciones
autonómicas, 17 parlamentos? Por esta vía llegaremos a la ruina". Y en esto estamos hoy con una agravante: el
agravio comparativo con el tratamiento fiscal de
Euskadi y su concierto y el régimen foral de Navarra
.
El
café para todos desmontaba las diferencias históricas, los derechos de las
nacionalidades, y, en particular, este "hecho diferencial" de Cataluña
. En esto erraron
Adolfo Suárez y sus visionarios que no respetaron la tradición o el precedente que se seguía del
Pacto de San Sebastián de 1930 durante la Segunda República. No le falta razón al profesor
Muñoz Machado, el espléndido libro del cual,
Cataluña y las otras Españas, está a punto de ver la luz.
Insisto,
déficit fiscal a banda, tampoco se han hecho correctamente las cosas entre nosotros. Al presidente Tarradellas la banca
suiza le ofreció el 1979 sus créditos o la adquisición de deuda
catalana por las garantías que ofrecía su gestión de la Generalitat.
Jordi Pujol, después de 23 años de gobierno, dejó un
endeudamiento en torno a los 11.000 millones de euros. El
tripartito primero y segundo van descontrolar las finanzas lanzando un endeudamiento de 41.000 millones de euros, que en los últimos diez años han consolidado un balance de 61.000 millones.
Todo
un desastre que, si se segmenta en el tiempo, se apreciaría un periodo verdaderamente mortífer: los dos tripartitos. Es este el aval que puede esgrimir
ICV-ERC más
PSC? No parece ni ilusionante ni
garantía que las cosas puedan ir a mejor, con
independencia o sin ella.
Es una cuestión aparte la de la
corrupción, que en su momento se inoculó en la gestión pública catalana, que en poco puede consolarse con el "y tú más" refiriéndose a los últimos gobiernos del Estado, el techo del cual de deuda
ha conseguido ya casi el 100% del PIB español.
Así pues, son razonadas las palabras de Mas-Colell
tratando de enmendar el juicio de Juan
Rosell en el sentido que "ha dejado de ser un mediador ecuánime" por el solo hecho de haber cuestionado la idoneidad de la gestión pública de la
Generalitat? A algunos, los árboles no los dejan ver el bosque.