Hace más de veinte años que me deshice de mi último coche. Desde entonces utilizo el
transporte público como mi recurso de movilidad
diaria. Para las escapadas de fin de semana o vacaciones he recurrido a múltiples formas de transporte, según el viaje: un
crucero por el Mediterráneo en un lujoso barco, varios viajes por Europa en
a utocaravana de alquiler, frecuentes viajes en avión coche de alquiler y más recientemente usando el
Ave por desplazamientos por España. Son modalidades que mucha gente utiliza, pero en el caso del ciudadano que prescinde del coche en propiedad, lo hace con una anchura, puesto que ha convertido el
coste fijo de tener un automóvil en un coste variable según la modalidad de transporte más de acuerdo con cada caso.
La solución ideal por quien prescindimos del coche en propiedad es el
carsharing, una nueva modalidad de uso del automóvil que surgió a principios de este siglo.facilita el uso esporádico, sin tener que asumir costes permanentes. Aquí la primera empresa fue
Cataluña Carsharing, que más tarde se transformaría en
Avancar.
Inicialmente tuvo el impulso de la
Generalitat, después incorporó en el accionariado emprendidas privadas del sector medioambiental y el 2012 la compró la estatunidenca
Zipster.
Los socios de
Avancar pagan una cuota anual de 80 euros y unos costes variables que dependen del tiempo utilizado y los kilómetros viajados. Así, por una escapada de un par de días al sur de Francia, con un recorrido de 450 kilómetros, pagué 250 euros.
La visualización del precio de cada viaje hace que el usuario del
carsharing sea mucho más consciente de los costes del uso del automóvil que no los que han optado por la propiedad del vehículo.
Avancar empezó discretamente, con un millar de usuarios, pero la crisis disparó el número hasta los 6.000 actuales. Las empresas de carsharing
son las más destacadas del consumo colaborativo, que también está surgiendo en otros campos de la economía familiar, especialmente en el alquiler de pisos (
AirBnB) y el intercambio de habitaciones durante los viajes (
Coach Surfing). Más recientemente también, en el ámbito gastronómico (
Eat With) y financiero (
Comunitae).
Por
la revista Time, el consumo colaborativo es una de las diez ideas que cambiarán el mundo. Parece que grandes empresas multinacionaleshan tomado nota.
Daimler Benz y BMW
han lanzado plataformas de coche eléctrico compartido a países como Alemania. Y este año
Abuelos Budget ha comprado la norteamericana
Zipcar: el gigante del coche de alquiler quiere hacer complementaria su flota de vehículos con los picos de demanda del
carsharing en jefas de semanas y fiestas señaladas.
La reducción
de costes se impone a la fuerza en las familias y concuerda con una nueva mentalidad postconsumista, en la que el hecho de tener ha dejadoal utilizar. Las empresas seguirán vendiendo, pero cada vez venderán más servicios que productos.