La Unión Europea
será, no nos engañamos, el que realmente quieran sus
ciudadanos. Los de todos los países que la componen. Quienes cada cinco años tienen la oportunidad de expresar en las urnas el que realmente tendrían que querer para un "personaje" con un perfil todavía no muy definido, el cual podríamos denominar
ciudadano europeo. Un ciudadano que tendría que estar orgulloso de serlo, no solamente de su país de origen, sino también del hecho de pertenecer, al mismo tiempo, a una
Unión de países superior, que lo
protege y el
defensa, que le permite de acceder
sin fronteras ni limitaciones a otras culturas, a formarse e instalarse si así lo desea. Que esta
Unión superior puede ofrecerle respondidas más positivas a sus problemas reales que las que podría proponerle su país de origen a solas, por más grande que sea.
Esta definición, todavía bastante alejada de la realidad, tendría que ser el
objetivo a lograr cuando la construcción europea se vaya consolidando.
Ahora bien, no tenemos que olvidar que cada cinco años tienen derecho a voto en el
Parlamento Europeo nuevas generaciones de ciudadanos, cada vez más alejadas en el tiempo de las que vivieron directamente o indirectamente las consecuencias de la
Segunda Guerra Mundial, lo cual propició el inicio de la
UE con un primer objetivo, logrado y consolidado: la PAZ
.
Estas nuevas generaciones y las futuras, que dan por hecho, como una cosa natural, la paz
, la libre
circulación sin fronteras ni
aduanas, la moneda
única, los cursos internacionales
Erasmus, etcétera, necesitan
información, una información alentadora, y no solamente del que ya se ha hecho. También del qué se está haciendo y del que queda para hacer. En pocas palabras, hace falta más
pedagogía. Y a juzgar por el
euroescepticismecreciente en casi todos los países de la UE, este plus de pedagogía sería también muy útil a las generaciones actuales. El mencionado esfuerzo se tendría que hacer a diferentes niveles:
Por parte de las propias instituciones de la
UE, es decir, el
Consejo Europeo, el
Parlamento y la Comisión
de Bruselas. Tendrían que definir un plan de comunicación y hacerlo ejecutar en el ámbito de cada gobierno de los países de la
UE, recordando los motivos que trajeron a su creación después de la
II Guerra Mundial, los éxitos evidentes logrados hasta ahora, las mejoras que se están introduciendo constantemente en el funcionamiento de la
Unión para aumentar su
nivel democrático y la solidez de sus progresos, sin esconder las dificultades inherentes a un proyecto complejo como el que nos ocupa, ni las etapas que faltan para lograr un grado de eficacia plenamente satisfactorio.
Para asegurarse que las nuevas
generaciones de todos los países reciben esta información de manera objetiva y completa, se tendría que hacer por manera de dedicar unas
horas lectivas obligatorias en todos los últimos cursos de estudios secundarios, y al menos en los dos primeros cursos universitarios o de escuelas especiales, a hablar y debatir sobre el origen y la evolución de la construcción europea. Y en especial, de las grandes ventajas de pertenecer a una
UE sólida.
Día de Europa: Es el 9 de mayo de cada año, instaurado el 1985 en memoria del día de la declaración de Robert
Schuman anunciando la creación de la
CECA. Hoy es un día que pasa prácticamente inadvertido por todo el mundo. Las
Instituciones, los
gobiernos y los medios
tendrían que aprovechar cada año esta fecha para hacer "ruido positivo" sobre
la UE, tal como sucede en la mayoría de "días mundiales" proclamados.
También hay que esperar que los medios
europeos contribuyan a hacerse eco de las buenas noticias procedentes de la UE al menos en el mismo grado que de las no tan buenas. Demasiado a menudo seresaltan las negativas y se minimizan las positivas.
Fundamentalmente, pues, nos tiene que preocupar a todos que nuestros hijos y nietos y las generaciones que encara no han llegado, que no vivieron ni vivirán las consecuencias de la
II Guerra Mundial, sepan que una de las razones, si no la principal, por las que los países de la
UE han vivido casi 65 años seguidos en paz es precisamente gracias a la existencia de esta misma Unión. Y que para encontrar un periodo tan largo tendríamos que retroceder alrededor de seis siglos…
Hacer más
pedagogía, pues, es contribuir a hacer más
Europa. Y a definir mejor el perfil del ciudadano europeo, miembro, confiamos, de una futura Confederación Europea o de unos Estados Unidos de Europa (EUE).
Este artículo pertenece a una serie de diez que se engloban bajo el título El que todos tendríamos que saber y no olvidar de la Unión Europea, sobre todo las nuevas generaciones