A menudo aquello que un día empezó como un proyecto ilusionante acontece una carga pesada que no sabemos como gestionar. Las empresas son entes formados por personas que un día decidieron unir sus porvenires profesionales muchas veces gracias a una amistad, estudios comunes o relaciones familiares.
El tiempo, los problemas, la inercia o la evolución personal de cada cual hacen que las relaciones pasen de ser excelentes a soportables, frías o, en el peor de los casos, inexistentes o beligerantes.
Es evidente que las relaciones entre socios comprometen toda la estructura, el desarrollo de negocio , los resultados y, también, la vida personal de cada cual.
Una de las principales causas de mortalidad de un proyecto rae en la ruptura de la afectio societatis o afecto entre socios. En general, como sabemos, los problemas humanos acostumbran a ser la principal causa de conflicto a las empresas. Si este conflicto se traslada al ámbito directivo en forma de enemistad o diferencias graves entre los socios, la viabilidad del proyecto se hace muy difícil.
Las causas principales de diferencias entre socios se basan en percepciones personales poco objetivas: uno tiene más responsabilidades que los otros, tiene mejor relación con empleados y clientes , pasa más horas al despacho, parece que trabaja más, se implica en diferentes áreas de la empresa… También hay cambios de prioridades o intereses a lo largo de la vida profesional, gelos profesionales, desconfianza, secretos entre socios, críticas, presiones externas, diferencias o no de remuneración , compromiso desigual y, sin olvidar, las diferencias generacionales y entre sexos.
El miedo ante las incertidumbres también hace que las relaciones se resientan dado que cada cual reacciona de manera diferente al miedo y esto marca las decisiones a tomar.
En un artículo no podemos profundizar en todos estos aspectos y analizarlos, pero sí indicarlos porque son presentes a las relaciones entre socios y van tirando trabajo en la mente de cada cual sin hacer ruido, hasta que llega el día en que la sensación de incomodidad es insoportable.
Ante este panorama, qué soluciones podemos aportar?
En todos los casos, tanto en empresas familiares como no familiares, los protocolos y los pactos entre socios son la herramienta básica para minimizar conflictos. Estos documentos, si están muy hechos, recogen aquellas situaciones que pueden acontecer conflictivas e incluyen las soluciones.
Además, establecer una organización interna coherente con la dinámica de la empresa y su crecimiento es también fundamental. Muchísimas empresas sufren la carencia de organización, hecho que ocasiona problemas de liderazgo, mala gestión económica, conflictos con el personal, carencia de gestión del tiempo, desinformación, ineficiencia, problemas con los clientes y/o proveedores y todo tipos de trabas a la gestión diaria de la empresa, y de retop, al crecimiento.
En cualquier caso, para establecer medidas que solucionen o minimicen los conflictos, la clave rae en la comunicación. Saber comunicarse con asertividad y empatía hace que seamos capaces de poner sobre la mesa los temas que nos preocupan y que hay que abordar y solucionar. Y también nos permitirá, si es el caso, cerrar nuestra aventura empresarial de manera positiva, puesto que a veces las diferencias son tan grandes que el redreçament no es posible.
Una vez más, aquello que no es estrictamente técnico es la clave de la gestión del problema. Y es que somos las personas las que hacemos las empresas y nuestros comportamientos y conflictos hacen o deshacen el futuro empresarial.