Economista

Rescatar las renovables

19 de Septiembre de 2014
Enric Llarch | VIA Empresa
La reforma energética impulsada por el Gobierno español puso las renovables en el punto de mira. Los oligopolios eléctricos atribuían a las renovables los males del sector: una sobre oferta de capacidad instalada, favorecida por el régimen de primas, que perjudicaba los productores convencionales -sobre todo las nuevas centrales de ciclo combinado-, que tenían que tener sus instalaciones subtilitzades y no podían amortizar las también muy elevadas inversiones quehabían hecho.

El Gobierno español los anunció dos medidas relevantes. La primera, reducir las primas otorgadas a las renovables, primas que permitían la viabilidad del conjunto del sector cuando sus costes todavía eran superiores a los de la energía convencional. Así, estas primas se han reducido en 2.000 millones de euros anuales –de 9.000 a 7.000-, siempre financiados con el recibo de la luz que así reduce el déficit de tarifa.

La segunda medida era dar un valor superior al que se denomina garantía de suministro. Es decir, a la capacidad instalada que no se usa habitualmente pero a la cual se puede recorrer en caso de necesidad, por aumento repentino de la demanda –oleadas de fres o de calor- o porque las condiciones climatológicas –carencia de vientos, de insolación, sequías- reducen la generación de energía renovable. Esto se conseguía aumentando notablemente las tarifas para estar conectado en la red general, independientemente del consumo realizado. Vinculada a esta medida, seanunció otra: la penalización del auto producción para la autoconsum, con la obligatoriedad de estar conectado en la red general y pagar las cuotas de conexión aunque no sehaga uso.

Las dos últimas medidas chocaban con las tendencias generales de la política energética europea, puesto que penalizaban las inversiones de empresas y particulares en ahorro energético y en el consumo de energías renovables, sobre todo la fotovoltaica, producidas por el mismo consumidor. El disparate era tan grande –y la ganancia tan marginal- que ha pasado más de un año de la última de estas medidas –la que penaliza la autoconsum- y todavía no se ha hecho efectiva y esperamos que no llegue a serlo.

Mientras tanto, nos encontramos que la burbuja que ofrecían las primas en las renovables provocó la aparición de un número elevadísimo de nuevas instalaciones, que ahora llegan en el ámbito del conjunto español a 64.000. Las instalaciones más antiguas ya están amortizadas y la rebaja de las primas no los ocasiona muchos problemas financieros. Las más nuevas, son las más eficientes en términos físicos –desde el 2012, el coste de producir energía fotovoltaica se equipara con el del precio mediano de la energía eléctrica en España- y la bajada de los precios de los equipos comporta menores costes de amortización.

Pero para las instalaciones del medio, que son las más numerosas, la reducción de delgadas compuerta verdaderas problemas financieros, sobre todo porque muchas de estas inversiones se financiaron con recursos externos que llegaban al 90% del total. El problema todavía se agravó con aquellas instalaciones objeto de compraventas sucesivas en el contexto de la burbuja del sector.

Y aquí aparece la banca, que tiene 20.000 millones de euros en créditos a las renovables, mil de los cuales con serios problemas para ser devueltos. Los bancos han intentado repetir a pequeña escala la maniobra del "banco malo" que tan bien los ha ido al sector inmobiliario, pero de momento no sehan salido y sólo han obtenido prometidas de alargar los plazos de amortización de las instalaciones para facilitar la refinanciación de la deuda.

Habrá que seguir con atención como evoluciona el tema y si la banca seacaba saliente, de socializar una vez más las pérdidas. De momento, y sin que se haya sentido ninguna voz crítica, parece que un asunto similar, el de la amortización y las indemnizaciones por el frustrado depósito Castor de Florentino Pérez, lo acabaremos pagando otra vez todos juntos a través del recibo del gas.