El otro día quedamos con unos amigos para seguir el escrutinio de las elecciones. Al final fuimos dos o tres mil. Lo hacemos a menudo. Nos encontramos también en el recuento de Eurovisión, a la ceremonia de apertura de las olimpiadas, cuando juega el Barça y a la presentación de la temporada de teatro a Tv3. Somos amigos, parientes, conocidos, saludados y bots de todas partes. Diría que no me dejo a nadie.
A diferencia de Eurovisión o de las olimpiadas, que jugamos con puntos, las noches electorales siempre son más emocionantes porque nosjugamos los quartos. Números, formatgets, tantos por ciento, proyecciones, diagramas de barras, escaños y el Parlamento de los Sims fueron pasando por la tele mientras la radioponía la banda sonora.
A Twitter, por otro lado, fueron pasando las opiniones políticas políticamente correctas y las interesantes, las reacciones de los candidatos y las reacciones a las reacciones de los votantes, vídeos de gatitos y selfies de cuñados, celebraciones de los resultados y candidatos más o menos perjudicados. Si esto no es la fiesta de la democracia sedebe de asemejar bastante.
Los manuales dicen que Twitter es un medio de comuniació a medio camino entre la mensajería personal y el teletipo, pero a mí siempre me ha gustado más verlo como la emisora de radio de un taxi. Me explicaré. El taxista se mueve por la ciudad, escucha la radio y habla con el cliente mientras tiene una oreja puesta en la emisora donde las conversaciones entre compañeros se mezclan con los mensajes de la central. Sólo interviene en la conversación de la emisora de vez en cuando para aceptar un viaje o para quedar con un compañero.
En todo momento y sin necesidad de hablar directamente, el taxista tiene un mapa mental de la posición de sus compañeros, de las peticiones de carrera que hay en curso, de quien ha ido al Aeropuerto o quien ha parado en uno u otro bar. Os suena?
Pues resulta, que sin saberlo, tenemos más a ver con los taxistas que no nos pensábamos. Desde el día que abrimos la cuenta de Twitter traemos muchas horas de boy escout de nuestro TL, hemos intervenido en las conversaciones que nos ha parecido, nos hemos conectado con quienes compartimos intereses y sin tener contacte permanente sabemos como los va, como piensan, donde son y si van o vienen del aeropuerto.
Antes de Twitter era muy fácil clasificar los medios: prensa, radio, TV y cine, que funcionan bien a la hora de generar opinión y crear grupos al suyo cercando. Y, a la otra banda, la mensajería y la telefonía que funcionan en la comunicación interpersonal. Los medios que son muy eficientes a la hora de organizar grupos lo son muy poco para la comunicación interpersonal y al revés.
La extraña capacidad que tiene Twitter de excel·lir tanto en la comunicación interpersonal como en la creación de grupos alrededor de ideas me hace pensar que quizás la noche del #27s éramos a Twitter por que teníamos elecciones pero también que teníamos elecciones porque somos a Twitter.