Estas últimas semanas, como muchos ciudadanos sobre todo del Área Metropolitana de Barcelona, sufrimos el caos de entrada en Barcelona provocado por la coincidencia de un accidente grave en las rondas, la lluvia y las obras de Cercanías, entre otros. Seguramente fue el momento de más colapso y caótico, pero para aquellos que nos desplazamos a Barcelona por trabajo muchos días de la semana desde fuera podríamos decir que lo sufrimos todos los días.
No quiero entrar en temas en los que no soy experto o no tengo suficiente conocimiento, como la gestión de la movilidad, la falta de inversiones e infraestructuras, la planificación o la predicción. Pero si me hizo reflexionar sobre un ámbito que creo que me cae más en mis conocimientos, que es en la estrategia de país en el ámbito de desarrollo económico y territorial, que tiene que ver con lo que está pasando y que antes describíamos.
Las áreas de Lleida, Girona y Tarragona han ido desarrollando áreas económicas particulares, nuevas centralidades, pero todavía el modelo es muy centralista
En el área de Barcelona se concentra la mayor parte de los centros de trabajo, producción e innovación, así como los centros universitarios u otros. Las áreas de Lleida, Girona y Tarragona han ido desarrollando áreas económicas particulares, nuevas centralidades, pero todavía el modelo es muy centralista, y entre los Vallesos, Baix Llobregat y Barcelonès se concentra una buena parte de actividad económica.
Este hecho provoca, no tengo los datos, que el número de desplazamientos por trabajo sea importante, que es necesario añadir a otro fenómeno que es la expulsión por encarecimiento de vivienda de población hacia zonas más alejadas de Barcelona, lo que multiplica los desplazamientos, y seguramente también por el efecto de la pandemia en la que la gente ha buscado lugares de residencia en las afueras vinculado a causas más emocionales.
Todo ello hace que nos preguntemos si este modelo, más allá de lo que decíamos de gestión de la movilidad, infraestructuras e inversiones, es sostenible. Creo que hace falta una mirada larga, replantear el modelo de desarrollo económico y territorial en nuestro país. Hay que potenciar nuevas centralidades, no sólo alrededor de las áreas de las cuatro provincias, sino en centralidades ligadas a ciudades medias por ejemplo, y otras no exploradas.
Hace falta una mirada larga, replantear el modelo de desarrollo económico y territorial de nuestra casa
Hace cinco años tuve la suerte de poder visitar en Seattle la sede de Microsoft. De esta experiencia quiero destacar que Seattle es la sede entre otras de Amazon, Boeing y Microsoft y, si ve imágenes, es una zona al norte, como si fuera el Pirineo o la Cerdanya, rodeado de bosques y lagos. A una hora de distancia del aeropuerto (la Cerdanya está a una hora y media por ejemplo del Prat). Cualquiera de nosotros cuando pensamos en una gran empresa, en los distritos tecnológicos, en centros innovación, en infraestructuras tecnológicas avanzados o centros de investigación, nos imaginamos en Barcelona o cerca de la ciudad condal, mientras en el caso de Seattle y Microsoft es como si la sede estuviera cerca de Bellver de la Cerdanya por ejemplo. Está claro que se trata de Estados Unidos, con un modelo de extensión territorial, muy diferente al nuestro, pero también es verdad que necesitamos romper determinados esquemas mentales a la hora de planificar el desarrollo económico y territorial. Tenemos otros ejemplos cercanos. Hace un par de años el Govern Andorra y la empresa Grifols firmaron un acuerdo para establecer un hub de investigación en la zona de Ordino.
Donde quiero llegar. Es verdad que las economías de concentración, para cualquier empresa, son importantes, proximidad de talento, empresas auxiliares o competencia, centros innovación e investigación, nuevas empresas y cultura. Y, por tanto, ciudades como Barcelona y su red y su mercado de trabajo, hacen que sea un territorio cada vez más competitivo a nivel internacional. Pero por este mismo hecho, el establecimiento y desarrollo de capacidades más allá de las áreas metropolitanas, con centros especializados, o simplemente con centros de servicios, o centros de trabajo auxiliares, o centros de investigación e innovación, todos ellos interconectados con los anteriores o creando nuevas centralidades, que den posibilidad de evitar esta movilidad concentrada, que generen nuevos mercados de trabajo, nuevas oportunidades económicas, laborales, y sociales en el territorio, pueden ser parte de la solución.
Debemos romper determinados esquemas mentales a la hora de planificar el desarrollo económico y territorial. Tenemos otros ejemplos cercanos
Está claro que para desarrollar este nuevo modelo aparte de estrategia, visión, gestión y voluntades de país, será necesario invertir tanto en infraestructuras tecnológicas avanzadas que faciliten esta red, como en nuevas capacidades y servicios por el territorio; pero los beneficios en el ámbito de la sostenibilidad del sistema y de calidad de vida y de generación de nuevas oportunidades para nuestros ciudadanos pueden ser extraordinarios.