'Retail': navegando a través del impacto de la covid-19

La industria minorista se encuentra actualmente en un período de disrupción único por dimensión y gravedad. Y es que el brote global de la covid-19 ha afectado a la industria de diferentes maneras. Si bien las empresas en el sector de la alimentación y bebidas lidian con problemas en la cadena de suministro, aquellos que venden productos de consumo y prendas textiles han hecho frente al desafío del cierre de tiendas y al rápido crecimiento de las ventas online.

La pandemia nos ha situado en un contexto de incertidumbre constante que los empresarios afrontan respondiendo de la manera más rápida y eficiente posible para garantizar la supervivencia de las empresas en el corto plazo. Se dibuja, así, una imagen de la industria minorista en 2020 muy diferente de la que cualquiera podría haber predicho a finales de 2019.

El sector de la alimentación ha tenido que lidiar con una demanda impredecible y un gran aumento en los servicios de entrega online. Para muchas empresas, el fuerte impacto económico sufrido ha sido exacerbado, a lo que se añaden unos altos costes fijos que las han situado en una posición vulnerable. Ante esta situación, los desafíos planteados por la covid-19 se han basado en la liquidez, la gestión de costes, así como en la deuda y la reestructuración. Se ha contado, eso sí, con el salvavidas del Gobierno, que ha permitido a las empresas reducir temporalmente o aplazar algunos de sus costes operativos, particularmente en lo que respecta a personal y exigencias tributarias. No obstante, cabe tener en cuenta que estas medidas no van a continuar indefinidamente.

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Y es que la subida generalizada de ventas en el entorno online ha supuesto un importante reto para la industria minorista. En el ámbito de la alimentación, los picos en la demanda han causado escasez de existencias y problemas en la cadena de suministro, ya que la planificación inicial basada en datos y modelos de comercialización no pudieron hacer frente al pico de demanda registrado para determinados productos. Algunas marcas, incluso, no tenían la infraestructura para lidiar con ese aumento de pedidos.

La subida generalizada de ventas en el entorno online ha supuesto un importante reto para la industria minorista

Para los minoristas de la industria textil, por su parte, muchos de los cuales tienen grandes cantidades de existencias estacionales sin vender, la situación los ha llevado a aplicar precios con grandes descuentos. Además, para aquellas tiendas que han permanecido abiertas durante este periodo, la covid-19 ha afectado a casi todas las áreas de sus cadenas de suministro.

Con ingresos bajos y muchos minoristas afrontando un período estable de demanda deprimida, encontrar soluciones constructivas para el pago de la deuda es una prioridad principal. Para ello, es importante que las empresas mantengan una comunicación clara con los propietarios, accionistas, bancos y otros grupos de interés sobre su capacidad para operar. Los bancos pueden estar dispuestos a reprogramar los pagos de la deuda, pero solo si las empresas pueden demostrar la viabilidad de su estrategia de recuperación.

Pero para aquellas empresas que puedan sobrevivir a corto y medio plazo, es importante contar con una estrategia comercial viable. La covid-19 podría tener impacto como acelerador de la tendencia existente en las cadenas minoristas, que buscan reducir sus huellas físicas e impulsar sus actividades online.

Ante este escenario poco predecible, los minoristas deben asegurarse de que sus negocios sean resilientes y flexibles de cara al futuro

La interrupción causada por la covid-19, sin duda, ha acelerado el cambio hacia el comercio online, pero también podría tener otros efectos de gran alcance. Si un significativo número de empresas deciden mantener el teletrabajo como un modelo operativo, el número de pasajeros en los medios de transporte podría verse seriamente reducido. Esto provocaría un impacto directo en la estrategia establecida a largo plazo de localización de tiendas alrededor de estaciones de tren y otros núcleos similares.

Es incierto avanzar cómo esta crisis global de salud pública va a alterar el comportamiento del consumidor y si estos cambios se prolongarán a largo plazo. Ante este escenario poco predecible, los minoristas deben asegurarse de que sus negocios sean resilientes y flexibles de cara al futuro.

El éxito de los cambios de rumbo requerirá del desarrollo de un plan creíble que haya sido probado en varios escenarios, algo que deberá ir acompañado de una estrategia de comunicación transparente que satisfaga las necesidades de todas las partes interesadas. Construir la confianza, y no romper las promesas, será crítico si se quiere llevar a cabo el plan.

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