Píldora filosófica: El tiempo prometido

El verano, a veces, es ese tiempo prometido para hacer las cosas que no hemos tenido tiempo de hacer durante el año. Todas aquellas tareas que requieren tiempo, concentración, calma. Pensamos que, como durante el año hemos tenido un ritmo frenético, podremos conseguir recuperar todas las tareas pendientes durante el verano. Olvidamos, sin embargo, que nuestro cuerpo necesita descansar, necesita desconectar, y que los momentos libres no son excusas para trabajar más o mejor, sino para tomarse las cosas con cuidado. 

No hace falta que nos leamos todos los libros que no hemos tenido tiempo de leer durante el año, como tampoco es necesario abordar todas las tareas pendientes de la lista. Podemos leer cómodamente un libro en el alféizar de la ventana, hacer una, o dos, o quizás tres cosas de la lista bien hechas, y disfrutar de cómo el sol nos toca la cara, de cómo el agua del mar nos refresca, de cómo la sombra de los árboles nos permite descansar al mediodía, y de cómo nos despierta el susurrito de los pájaros por la mañana. Aprovechar el verano también es esto.