Desde el año pasado, la corrupción y el fraude ya son el segundo problema nacional por detrás del paro, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Los casos de corrupción política y empresarial que afloran continuamente y el hecho que España ocupe el lugar número 37 (empatada con Israel) al Índice de Percepción de la Corrupción, constituyen una prueba real que algo no funciona en la economía española. "El fraude no es inherente en nuestra cultura pero sí que es cierto que aquí todo el mundo acepta una factura sin IVA, una acción impensable en Dinamarca", asegura Àlex Esteller-Moreno, profesor del Departamento de Economía Política y Hacienda Pública de la Universitat de Barcelona (UB) e investigador del Instituto de Economía de Barcelona.
Con una economía sumergida entre el 24 y el 26% del PIB es difícil pensar que se puede erradicar completamente la actividad económica oculta. Según un informe sobre el fraude fiscal elaborado por el Instituto de Economía de Barcelona, si España quisiera conseguir un nivel de presión fiscal similar al de la media de países de la Unión Europea, necesitaría recaudar unos 75.000 millones de euros más. "Es un escenario naïf, el escenario más optimista es el de Austria o Luxemburgo, donde el porcentaje de economía sumergida está alrededor del 10%", argumenta Esteller.
El hecho que el nivel de presión fiscal en España esté por debajo del resto de países de la UE, todavía hace más difícil creerse este escenario optimista. Según Esteller, la reforma fiscal por el 2015 queda coja en relación a las medidas para evitar la evasión fiscal, "no hay medidas extraordinarias".
Batería de medidas
Uno de los autores del informe, el profesor James Alm, de la Tulane University (Estados Unidos) explica que, más allá de las estrategias políticas basadas a detectar y sancionar , las agencias tributarias de muchos países empiezan a introducir servicios en el contribuyente. Es decir, facilitar la presentación de declaraciones y el pago de impuestos.
Otras medidas serían aumentar la amenaza de penalización , mejorar el cruce de datos entre gobiernos, aumentar las sanciones por fraude fiscal y hacer públicas las condenas por evasión fiscal, dar más poder para detectar cuentas fraudulentas, aumentar las altas y la identificación de personas que no declaran, hacer público el nombre de quien defrauda, mejorar la calidad de las inspecciones, incrementar los procesos de comprobación, utilizar métodos de selección sistemáticos para los procesos de comprobación y confiar en la retención en origen.
Moral fiscal impositiva
"Cuando no sabemos explicar las diferencias entre el norte y el sur de Europa en cuestiones de modelos económicos, lo atribuimos a la cultura de los ciudadanos", matiza Esteller. Nunca seremos noruegos ni daneses pero como podemos promocionar la lucha contra el fraude fiscal?
Según el profesor de la UB, poniendo impuestos más sencillos para favorecer el cumplimiento fiscal voluntario. Es decir, no todo tiene que ser punitivo. "Los impuestos a veces son demasiado complicados y, de vez en cuando, el que denominamos fraude fiscal es simplemente una mala interpretación de las normas o directamente una mala legislación".
Economía sumergida y fraude fiscal, 'amigos' pero no iguales
Dado que gran parte de la actividad económica ilegal está relacionada con la desocupación y el mercado laboral, la Agencia Tributaria no tendría que ser el único agente que lucha contra el fraude fiscal. "La Inspección Laboral también tendría que intervenir para evitar regulaciones laborales que seguramente dan pie a fraude fiscal", recuerda Esteller, que matiza que no todo el fraude fiscal es economía sumergida, ni toda economía sumergida es fraude fiscal. "Incumplir la legislación laboral no es fraude fiscal, a pesar de que es evidente que parte de este salario no se acabará declarante porque está fuera de los circuitos legales", reconoce.
Con una economía sumergida entre el 24 y el 26% del PIB es difícil pensar que se puede erradicar completamente la actividad económica oculta. Según un informe sobre el fraude fiscal elaborado por el Instituto de Economía de Barcelona, si España quisiera conseguir un nivel de presión fiscal similar al de la media de países de la Unión Europea, necesitaría recaudar unos 75.000 millones de euros más. "Es un escenario naïf, el escenario más optimista es el de Austria o Luxemburgo, donde el porcentaje de economía sumergida está alrededor del 10%", argumenta Esteller.
El hecho que el nivel de presión fiscal en España esté por debajo del resto de países de la UE, todavía hace más difícil creerse este escenario optimista. Según Esteller, la reforma fiscal por el 2015 queda coja en relación a las medidas para evitar la evasión fiscal, "no hay medidas extraordinarias".
Batería de medidas
Uno de los autores del informe, el profesor James Alm, de la Tulane University (Estados Unidos) explica que, más allá de las estrategias políticas basadas a detectar y sancionar , las agencias tributarias de muchos países empiezan a introducir servicios en el contribuyente. Es decir, facilitar la presentación de declaraciones y el pago de impuestos.
Otras medidas serían aumentar la amenaza de penalización , mejorar el cruce de datos entre gobiernos, aumentar las sanciones por fraude fiscal y hacer públicas las condenas por evasión fiscal, dar más poder para detectar cuentas fraudulentas, aumentar las altas y la identificación de personas que no declaran, hacer público el nombre de quien defrauda, mejorar la calidad de las inspecciones, incrementar los procesos de comprobación, utilizar métodos de selección sistemáticos para los procesos de comprobación y confiar en la retención en origen.
Moral fiscal impositiva
"Cuando no sabemos explicar las diferencias entre el norte y el sur de Europa en cuestiones de modelos económicos, lo atribuimos a la cultura de los ciudadanos", matiza Esteller. Nunca seremos noruegos ni daneses pero como podemos promocionar la lucha contra el fraude fiscal?
Según el profesor de la UB, poniendo impuestos más sencillos para favorecer el cumplimiento fiscal voluntario. Es decir, no todo tiene que ser punitivo. "Los impuestos a veces son demasiado complicados y, de vez en cuando, el que denominamos fraude fiscal es simplemente una mala interpretación de las normas o directamente una mala legislación".
Economía sumergida y fraude fiscal, 'amigos' pero no iguales
Dado que gran parte de la actividad económica ilegal está relacionada con la desocupación y el mercado laboral, la Agencia Tributaria no tendría que ser el único agente que lucha contra el fraude fiscal. "La Inspección Laboral también tendría que intervenir para evitar regulaciones laborales que seguramente dan pie a fraude fiscal", recuerda Esteller, que matiza que no todo el fraude fiscal es economía sumergida, ni toda economía sumergida es fraude fiscal. "Incumplir la legislación laboral no es fraude fiscal, a pesar de que es evidente que parte de este salario no se acabará declarante porque está fuera de los circuitos legales", reconoce.
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