
08
de Enero
de
2016
Después de unos años trabajando a Médicos Sin Fronteras, Pep Margets volvió a Igualada y decidió crear una empresa ligada al mundo de la asistencia humanitaria con la África como mercado principal. Así nació hace 20 años SeineTech, una empresa dedicada a la preparación y suministro de kits de emergencia para las ONG que trabajan sobre el terreno en casos de desastres naturales y otras emergencias humanitarias.
En los últimos seis años la empresa ha ido evolucionando y ahora ofrece productos destinados al mundo de la cooperación y los proyectos a medio-largo plazo. Principalmente han adaptado bombas de extracción de agua y molinos de cereales para que funcionen con energía solar. También han hecho una importante reinversión de los activos para desarrollar nuevos prototipos, que ahora se empiezan a consolidar al mercado.
SeineTech está formada por dos socios fundadores, que cuentan con algunos apoyos puntuales. Pep Margets es el administrador de la empresa, electricista de profesión. En JoanGrifé se incorporó el 2008, después de estudiar dos años de Obras Públicas y dos de Estadística. Los dos han optado para especializarse en energía solar y son los responsables del diseño y la instalación de sus productos.
Actualmente la empresa de Igualada exporta el 100% de su producción y este 2015 ha facturado 500.000 euros. Entre sus clientescontinúan habiendo ONG's, pero sobre todo trabajan con partners locales. De hecho, su mercado se concentra al continente africano, y han trabajado en países como Malawi, Niger, Nigeria, Senegal, Burkina Faso, Mauritania, Eritrea, Etiopía y Sur-Sudán.

Un continente que mira al cielo
El África depende mucho de los combustibles fósiles para generar electricidad, puesto que en muchos puntos la red eléctrica es deficiente. Por eso, si los aparatos funcionan con energía solar son sostenibles desde el principio y el regreso de la inversión es muy rápido. "Muchas organizaciones se emperran a decir que el solar es el futuro, nosotros remarcamos que es el presente", remarca Grifé.
Estos productos madein Catalonia crean un gran impacto a las comunidades donde se instalan. Por ejemplo, las bombas de extracción de agua con energía solar hacen que los locales ya no tengan que ir a buscar el agua en kilómetros de distancia, o extraerla con bombas manuales, denominadas "handpumps". Una vez el pozo está hecho, con la bomba de agua solar se puede multiplicar su rendimiento. "No se trata de sistemas domésticos sino de bombas de agua a gran escala. Por ejemplo, uno de los últimos proyectos extrae dos millones de litros de agua al día, 2.000 metros cúbicos", argumentan.
Según Margets, "el gran problema del África es la irrigación, generalmente los labradores plantan las semillas y esperan que llueva, dependiendo totalmente de la climatología. Pero a la mayoría de países del continente hay recursos naturales de sobra: agua subterránea, lagos... Es una cuestión energética o de infraestructura, de coger el agua de un lugar y llevarla a otro".
Molinos solares para cerrar el círculo
Gracias al hecho de ir viajando para instalar bombas de agua, detectaron la problemática que comporta que los molinos de cereales funcionen con generadores eléctricos. Hay muchos países o zonas donde han ocurrido desastres humanitarios, donde la gasolina no llega o es muy cara. En algunos casos, las ONG se hacen cargo del combustible mientras dura el proyecto, pero cuando este se acaba, la población local no lo puede mantener.
Así pues, el 2012 crearon los primeros molinos de cereales que funcionan con energía solar. Actualmentetienen dos modelos: uno de más pequeño del cual yahan instalado más de 70 en todo el África, y otro prototipo más grande, que hace 180 kilos de harina por hora y que han empezado a exportar desde hace dos meses. De hecho, con este modelo participan en un proyecto piloto al Sur-Sudán junto con el World Food Program, la rama de las Naciones Unidas responsable de hacer llegar comer a los campos de refugiados, donde normalmente no hay red eléctrica. "Creemos que la idea es muy buena porque es un molino que ya es conocido en el África, y la fábrica que produce los recambios está allá mismo", explica Margets.
El impacto de este molino solar se nota sobre todo a las comunidades que viven en zonas remotas aisladas de los centros urbanos y que suelen transportar el gra en bicicleta hasta los cascos urbanos donde hay los molinos. Esto tiene incidencia en las pérdidas de la cosecha, puesto que si el gra se queda al almacén, se puede pudrir o echar a perder, además el transporte y el carburante que se utiliza para moler supone un coste añadido. Otra característica es que en muchos pueblos todavía muelen el cereal a la manera tradicional, un trabajo duro y pesado que consume mucho tiempo y que suelen hacer las mujeres.
En este sentido, SeineTech tiene como objetivo continuar creciente en la África y consolidar los molinos solares en este mercado. "La idea sería cerrar el círculo, primero instalar la bomba solar para facilitar en la irrigación de los cereales, y después poderlo traer al molino solar para moler", concluyen los dos igualadins.
El futuro de la cooperación es empresarial
SeineTech opta para dirigirse directamente a emprendedores africanos para crear sinergias y desarrollar el mercado local; "un negocio normal y corriendo, donde todossalimos beneficiados, un win-win", matizan. En este sentido, aseguran que su empresa puede trabajar tanto con partners de países en desarrollo como con socios de países desarrollados o emergentes. "En cuanto a los contactos, cuesta más encontrar las empresas adecuadas, pero en cuanto a ganarse la vida, una vez establecida la relación, es el mismo. Incluso más satisfactorio!", afirma Grifé.
Los dos empresarios cruzan en la idea que el futuro de la cooperación tiene que ser empresarial, con la implicación directo de las empresas y sin los grandes costes de gestión que suponen las grandes ONG. "Creemos que tiene mucho más sentido y después de trabajar con las empresas locales, vemos directamente los resultados positivos de este tándem", explica Joan Grifé.
En los últimos seis años la empresa ha ido evolucionando y ahora ofrece productos destinados al mundo de la cooperación y los proyectos a medio-largo plazo. Principalmente han adaptado bombas de extracción de agua y molinos de cereales para que funcionen con energía solar. También han hecho una importante reinversión de los activos para desarrollar nuevos prototipos, que ahora se empiezan a consolidar al mercado.
SeineTech está formada por dos socios fundadores, que cuentan con algunos apoyos puntuales. Pep Margets es el administrador de la empresa, electricista de profesión. En JoanGrifé se incorporó el 2008, después de estudiar dos años de Obras Públicas y dos de Estadística. Los dos han optado para especializarse en energía solar y son los responsables del diseño y la instalación de sus productos.
Actualmente la empresa de Igualada exporta el 100% de su producción y este 2015 ha facturado 500.000 euros. Entre sus clientescontinúan habiendo ONG's, pero sobre todo trabajan con partners locales. De hecho, su mercado se concentra al continente africano, y han trabajado en países como Malawi, Niger, Nigeria, Senegal, Burkina Faso, Mauritania, Eritrea, Etiopía y Sur-Sudán.
Un continente que mira al cielo
El África depende mucho de los combustibles fósiles para generar electricidad, puesto que en muchos puntos la red eléctrica es deficiente. Por eso, si los aparatos funcionan con energía solar son sostenibles desde el principio y el regreso de la inversión es muy rápido. "Muchas organizaciones se emperran a decir que el solar es el futuro, nosotros remarcamos que es el presente", remarca Grifé.
Estos productos madein Catalonia crean un gran impacto a las comunidades donde se instalan. Por ejemplo, las bombas de extracción de agua con energía solar hacen que los locales ya no tengan que ir a buscar el agua en kilómetros de distancia, o extraerla con bombas manuales, denominadas "handpumps". Una vez el pozo está hecho, con la bomba de agua solar se puede multiplicar su rendimiento. "No se trata de sistemas domésticos sino de bombas de agua a gran escala. Por ejemplo, uno de los últimos proyectos extrae dos millones de litros de agua al día, 2.000 metros cúbicos", argumentan.
Según Margets, "el gran problema del África es la irrigación, generalmente los labradores plantan las semillas y esperan que llueva, dependiendo totalmente de la climatología. Pero a la mayoría de países del continente hay recursos naturales de sobra: agua subterránea, lagos... Es una cuestión energética o de infraestructura, de coger el agua de un lugar y llevarla a otro".
Molinos solares para cerrar el círculo
Gracias al hecho de ir viajando para instalar bombas de agua, detectaron la problemática que comporta que los molinos de cereales funcionen con generadores eléctricos. Hay muchos países o zonas donde han ocurrido desastres humanitarios, donde la gasolina no llega o es muy cara. En algunos casos, las ONG se hacen cargo del combustible mientras dura el proyecto, pero cuando este se acaba, la población local no lo puede mantener.
Así pues, el 2012 crearon los primeros molinos de cereales que funcionan con energía solar. Actualmentetienen dos modelos: uno de más pequeño del cual yahan instalado más de 70 en todo el África, y otro prototipo más grande, que hace 180 kilos de harina por hora y que han empezado a exportar desde hace dos meses. De hecho, con este modelo participan en un proyecto piloto al Sur-Sudán junto con el World Food Program, la rama de las Naciones Unidas responsable de hacer llegar comer a los campos de refugiados, donde normalmente no hay red eléctrica. "Creemos que la idea es muy buena porque es un molino que ya es conocido en el África, y la fábrica que produce los recambios está allá mismo", explica Margets.
El impacto de este molino solar se nota sobre todo a las comunidades que viven en zonas remotas aisladas de los centros urbanos y que suelen transportar el gra en bicicleta hasta los cascos urbanos donde hay los molinos. Esto tiene incidencia en las pérdidas de la cosecha, puesto que si el gra se queda al almacén, se puede pudrir o echar a perder, además el transporte y el carburante que se utiliza para moler supone un coste añadido. Otra característica es que en muchos pueblos todavía muelen el cereal a la manera tradicional, un trabajo duro y pesado que consume mucho tiempo y que suelen hacer las mujeres.
En este sentido, SeineTech tiene como objetivo continuar creciente en la África y consolidar los molinos solares en este mercado. "La idea sería cerrar el círculo, primero instalar la bomba solar para facilitar en la irrigación de los cereales, y después poderlo traer al molino solar para moler", concluyen los dos igualadins.
El futuro de la cooperación es empresarial
SeineTech opta para dirigirse directamente a emprendedores africanos para crear sinergias y desarrollar el mercado local; "un negocio normal y corriendo, donde todossalimos beneficiados, un win-win", matizan. En este sentido, aseguran que su empresa puede trabajar tanto con partners de países en desarrollo como con socios de países desarrollados o emergentes. "En cuanto a los contactos, cuesta más encontrar las empresas adecuadas, pero en cuanto a ganarse la vida, una vez establecida la relación, es el mismo. Incluso más satisfactorio!", afirma Grifé.
Los dos empresarios cruzan en la idea que el futuro de la cooperación tiene que ser empresarial, con la implicación directo de las empresas y sin los grandes costes de gestión que suponen las grandes ONG. "Creemos que tiene mucho más sentido y después de trabajar con las empresas locales, vemos directamente los resultados positivos de este tándem", explica Joan Grifé.