Los contenidos del programa No Pot Ser de TV3 sorprenden semana a semana su audiencia del mismo modo que sorprenden su presentador el momento de la grabación. Esta semana, y en pleno debate de si conviene abrir las escuelas y de cómo será la educación post-confinamiento, hemos podido ver el capítulo dedicado a la educación. Recomendado para padres, hijos y abuelos que no pudieron estudiar y que ahora pueden.
El tema interesa y más en la situación actual; las cifras así lo demuestran. Unas 720.000 personas conectaron en un momento u otro con el programa e hizo una cuota de pantalla del 15,8% con 418.000 espectadores de media liderando su franja horaria.
El programa partía del debate maniqueo de "tecnología sí, tecnología no" en el aula mientras añadía toda una serie de matices hasta hacernos preguntas que determinarán nuestro futuro.
"El caso de David Calle es paradigmático: con 40 millones de alumnos es el tercer canal educativo de Youtube de lengua española"
El programa empezaba en una inmersión en uno de los futuros posibles de la educación en una aula-platón de enseñanza no presencial de la universidad de Harvard. Con la profesora en medio de un inabarcable anfiteatro de pantallas —una por alumno— la imagen recordaba demasiado a una aula del siglo XIX con el profesor impartiendo una clase magistral. Un déjà vu con pantallas en lugar de de alumnos. Tal solución sólo está al alcance de instituciones como Harvard y la Ivy League nordamericana que todavía disfrutan de un capital monetario y reputacional que cambia de manos en una economía digital.
Me pareció más interesante el modelo Kahn Academy —la universidad no presencial más grande del mundo— que es lo mismo que lo del profesor de matemáticas David Calle y su plataforma Unicoos, o el del popular Youtuber Jaime Altozano y sus maravillosas clases magistrales musicales: pasión por lo que sabes, pasión para enseñarlo y la tecnología mínima. El caso de David Calle es paradigmático: con 40 millones de alumnos es el tercer canal educativo de Youtube de los de lengua española.
El programa también mostró la contraposición de dos modelos educativos de dos escuelas diferentes, una en Castelldefels donde los libros han sido sustituidos por iPads y la otra sin tecnología, paradójicamente en Silicon Valley donde los magnates de los bits llevan a sus hijos. Son modelos enfrentados o son complementarios? Firmo las palabras de David Bueno, director de la cátedra de neuroeducación de la UB: "No sabemos cuál es el camino más correcto, pero lo que sí está claro es que los extremos nunca acaban de ser del todo buenos."
Una reflexión: cuando pensamos en tecnologías de la información y la comunicación a menudo pensamos exclusivamente en tecnologías digitales —o electrónicas si me apuráis— y olvidamos que el habla, la escritura, el alfabeto y el libro en formato codex son también tecnologías de la información y la comunicación que han ido entrando en los sistemas de enseñanza a lo largo de la historia. Sólo recordar que Sócrates no escribió nunca nada porque creía que la escritura nos haría disminuir la capacidad memorística.
"Sólo recordar que Sócrates no escribió nunca nada porque creía que la escritura nos haría disminuir la capacidad memorística"
El programa acaba con una lección magistral de Mark Prensky, el creador del concepto "nativos digitales". Es un concepto que hizo fortuna en su momento pero con el paso del tiempo nos hemos dado cuenta del error hasta el punto de constatar su inexistencia. Lo explica muy bien el libro Los nativos digitales no existen, una compilación de artículos al cuidado de Susana Lluna, colaboradora de este diario.
La tesis de Mark Prensky es que cuanto más tecnología en el aula mejor, al fin y al cabo el futuro que espera a los niños es tecnológico. Y si el tuitar les hace perder el escribir, ningún problema puesto que muchas de las habilidades que hoy encontramos imprescindibles lo son porque todavía somos hoy y las máquinas no las saben hacer bastante bien, de momento. Del mismo modo que dejamos de aprender a hacer raíces cuadradas a mano cuando "La Caixa" empezó a regalar calculadoras, de aquí nada no hará falta que aprendamos a escribir a mano o a dibujar, porque no nos hará falta.
"La tesis de Mark Prensky es que cuanto más tecnología en el aula mejor, al fin y al cabo el futuro que espera a los niños es tecnológico"
El Sr. Prensky es muy bueno y las reflexiones que hace son pertinentes y con un punto de provocación que hace reflexionar hasta hacerte dudar de convicciones que creías profundas. Su manera de hablar, de razonar, de sonreír, de empatizar con el entrevistador, sus pausas, sus ejemplos, los gestos, las miradas transmiten tanta información como la que verbaliza. Cuando ya me tenía convencido de que ya podía tirar la tinta y las plumas con las que practico caligrafía me di cuenta de la magnitud de la gran lección que acababa de hacer. La imagen me recordó un profesor del siglo XIX impartiendo una clase magistral en uno de aquellos inabarcables anfiteatros donde los alumnos éramos todos los que mirábamos el "No Pot Ser". Déjà vu.