
01
de Agosto
de
2016
Desde hace 133 años, un escaparate lleno de acordeones, pianos, baterías y guitarras ha acontecido un punto de parada obligatoria de los melómanos que pasean por el Eje Comercial de Lleida. Allá, en la calle Mayor, todavía se ubica len tienda familiar Casa Guarro,regentada por la quinta generación. Una trayectoria firme, que ha superado modas, cambios y crisis. Para su propietario, Joan Guarro, "nuestra evolución se podría asimilar a la de los habitantes de un reducto de la Galia, puesto que resistimos en una sociedad que valora las novedades, los impactos de consumo rápido y rechaza la cultura del esfuerzo".
Casa Guarro, empresa familiar que se inició el 1883, se dedica la venta de instrumentos musicales, libros, discos, accesorios y también ofrecen un servicio de mantenimiento y de reparación. Pero más allá de esto, su hecho diferencial se encuentra en la atención al cliente. "Nos gusta asesorar a aquella persona que se interesa por la calidad, es una romántica de los acabados del producto y está dispuesta a perder un rato al saber como suena un determinado instrumento", puntualiza Joan Guarro.
La figura del asesor especialista
Guarro simboliza un tipo de establecimiento comercial que tiende a desaparecer. Los hábitos y costumbres de la sociedad han cambiado. "Ya no nos encontramos con casos como el padre que acompaña su hijo para comprarse una guitarra eléctrica porque empezaba a tocar en una banda de rock o aquel comprador que priorizaba la robustez de un teclado".
Esta nueva tendencia implica la desaparición de la figura del tendero como asesor especialista. Joan Guarro la define como un "gran conocedor del producto que sabe todos los detalles y te ofrece un servicio integral". Por contraposición, el propietario de Casa Guarro alude a los vendedores de las grandes superficies comerciales, donde "la misma persona que te despacha un ordenador te puede informar de unos altavoces sin saber que es la frecuencia de resonancia".

La venta de discos, una especie en extinción
Además, Joan Guarro reconoce que el negocio de la música es uno de los que primero se resiente en tiempos de crisis. "El ciudadano empieza a recortar por la cultura", lamenta. Todos estos condicionantes, según explica, hacen que el modelo de tienda que representa Casa Guarro esté acabándose. "No creo que mis hijos se dediquen a esto. Creo que es el final de una saga", añade.
Paralelamente a la venta de instrumentos, el paseando de la calle Mayor de Lleida se puede encontrar en Casa Guarro con la única tienda de discos especializados de la ciudad. "Este tipo de comprador lo apreciamos mucho porque realmente tiene mucho de interés". Joan Guarro habla de que esta circumstancia confiere otro valor añadido al establecimiento. "Nos permite continuar haciendo el que siempre nos ha caracterizado: potenciar la relación humana, dar un servicio integral y adaptarnos a las orientaciones del mercado".
En tiempo de prisas y placeres efímeros, Guarro recuerda que la tienda trata de cerrar todo el círculo que supone vender un producto. "La persona puede probar el instrumento, dejarse aconsejar, comprarlo, tocarlo y, una vez lo ha hecho, preguntarnos cualquier duda". A pesar de un cierto chasco, Joan Guarro está convencido que el negocio resulta viable. De hecho, precisa que "los fabricantes de instrumentos cada vez perfeccionan más sus productos. Así, Yamaha invierte en R D Y el doble que Apple". Un futuro vinculado en la tecnología, pero futuro al fin.
Casa Guarro, empresa familiar que se inició el 1883, se dedica la venta de instrumentos musicales, libros, discos, accesorios y también ofrecen un servicio de mantenimiento y de reparación. Pero más allá de esto, su hecho diferencial se encuentra en la atención al cliente. "Nos gusta asesorar a aquella persona que se interesa por la calidad, es una romántica de los acabados del producto y está dispuesta a perder un rato al saber como suena un determinado instrumento", puntualiza Joan Guarro.
La figura del asesor especialista
Guarro simboliza un tipo de establecimiento comercial que tiende a desaparecer. Los hábitos y costumbres de la sociedad han cambiado. "Ya no nos encontramos con casos como el padre que acompaña su hijo para comprarse una guitarra eléctrica porque empezaba a tocar en una banda de rock o aquel comprador que priorizaba la robustez de un teclado".
Esta nueva tendencia implica la desaparición de la figura del tendero como asesor especialista. Joan Guarro la define como un "gran conocedor del producto que sabe todos los detalles y te ofrece un servicio integral". Por contraposición, el propietario de Casa Guarro alude a los vendedores de las grandes superficies comerciales, donde "la misma persona que te despacha un ordenador te puede informar de unos altavoces sin saber que es la frecuencia de resonancia".

La venta de discos, una especie en extinción
Además, Joan Guarro reconoce que el negocio de la música es uno de los que primero se resiente en tiempos de crisis. "El ciudadano empieza a recortar por la cultura", lamenta. Todos estos condicionantes, según explica, hacen que el modelo de tienda que representa Casa Guarro esté acabándose. "No creo que mis hijos se dediquen a esto. Creo que es el final de una saga", añade.
Paralelamente a la venta de instrumentos, el paseando de la calle Mayor de Lleida se puede encontrar en Casa Guarro con la única tienda de discos especializados de la ciudad. "Este tipo de comprador lo apreciamos mucho porque realmente tiene mucho de interés". Joan Guarro habla de que esta circumstancia confiere otro valor añadido al establecimiento. "Nos permite continuar haciendo el que siempre nos ha caracterizado: potenciar la relación humana, dar un servicio integral y adaptarnos a las orientaciones del mercado".
En tiempo de prisas y placeres efímeros, Guarro recuerda que la tienda trata de cerrar todo el círculo que supone vender un producto. "La persona puede probar el instrumento, dejarse aconsejar, comprarlo, tocarlo y, una vez lo ha hecho, preguntarnos cualquier duda". A pesar de un cierto chasco, Joan Guarro está convencido que el negocio resulta viable. De hecho, precisa que "los fabricantes de instrumentos cada vez perfeccionan más sus productos. Así, Yamaha invierte en R D Y el doble que Apple". Un futuro vinculado en la tecnología, pero futuro al fin.