El grueso de bodegas de la DO Penedès han empezado a vendimiar esta semana con la previsión de cosechar, en el mejor de los casos, la mitad de uva que el pasado año por culpa de la sequía. “Nunca se había visto una situación como esta. Nosotros, que estamos en altura, cosecharemos entre un 50% y un 60% menos que el año pasado, que ya fue muy malo, pero otros directamente no cosecharán nada”, se lamenta Josep Mitjans, propietario de la bodega Loxarel. Francesc Olivella, director de la DO Penedès, reconoce que la situación es "muy complicada" y que muchos campesinos están "luchando" para salvar sus viñedos después de tres años muy secos. Pese a la baja producción, se prevé que, en general, las uvas tengan una calidad "excelente".
Francesc Olivella recuerda que después de la vendimia de 2020, que ya se vio afectada por una plaga muy importante de mildiu que redujo la cosecha un 40%, las tres siguientes, contando la de este año, han estado condicionadas por una sequía” de las que no se acuerdan”. La falta de lluvias ha ido debilitando en las cepas hasta el punto de que este año muchos viñedos han dejado de producir o directamente han muerto.
Aunque como el resto ha sufrido la sequía, en la bodega Loxarel de Pacs del Penedès “todavía han sido de suerte” porque esperan tener una cosecha de buena calidad aunque un 60% inferior a la del año pasado, que ya fue "muy mala". Su propietario, Josep Mitjans, explica que aunque el aspecto de los viñedos es bastante bueno, los poco más de 30 litros por metro cuadrados que han caído en sus tierras este año han "debilitado" unas cepas que ya vendían castigadas por la falta de agua de los dos últimos.
Atribuyen la baja pluviometría al cambio climático y el consejo regulador ya está trabajando para adaptarse en las nuevas circunstancias para garantizar el futuro
Pese a la magra cosecha, se espera que la calidad del fruto sea "muy buena". Las temperaturas suaves de los meses de junio y julio han permitido una maduración “tranquila” de la uva que ha retrasado unas semanas el inicio de la vendimia respecto a los dos últimos años. "La calidad de la uva será excelente aunque en algunos viñedos la maduración ha sido un poco irregular", ha añadido Olivella.
El director de la DO Penedès achaca la baja pluviometría al cambio climático y reconoce que el consejo regulador, de la mano de productores y bodegas, ya está trabajando para adaptarse a las nuevas circunstancias para garantizar el futuro. “Estamos trabajando en el futuro repensando como serán los viñedos y qué variedades más resistentes y vigorosas se tendrán que plantar”, añade.
En el mismo sentido, los productores confían en que si durante el próximo año "llueve lo que debe llover" la situación se pueda reconducir, pero, como desde la DO, reconocen que es posible que las nuevas condiciones hayan llegado para quedarse y que la única solución pase por adaptarse a ella buscando nuevas variedades, técnicas de cultivo y marcos de plantación.