11
de Diciembre
de
2015
Traer grupos de escolares británicos a esquiar aprovechando el aeropuerto de Lleida-Alguaire. Esta es la propuesta que la estación de esquí de Boí Taüll negocia con touroperadors ingleses por la temporada 2016-2017. Durante la presentación de la actual campaña, el director de desarrollo del complejo, DavidRey, ha explicado que se trata de una "oferta que va más allá del esquí, puesto que se los vendemos la riqueza cultural del Valle de Boí, considerado patrimonio de la Humanidad". Rey añade que "hablamos de un producto complementario y diferenciado al cual pueden encontrar en otros dominios esquiables".
Esta iniciativa se plantea cuando se cumple un año que la Generalitat aprobara la compra, mediante la empresa pública Avançsa, de los activos de la emprendida Promociones Turísticas del Valle SANO, firma que gestionaba la estación de esquí. El objetivo de la operación era "garantizar la viabilidad del complejo porque se convirtiera en un motor de actividad económica por la comarca del alta Ribagorça". El Gobierno esgrime un estudio de la escuela de negocios Esade, en el cual se concluye que por cada euro que se gasta en un forfet, el territorio donde está ubicada la estaciónrecupera 12.
Viabilidad económica?
La adquisición de los activos de Boí Taüll volvió a poner sobre la mesa la viabilidad del modelo de negocio de las estaciones de esquí y la idoneidad que la Administración interviniera económicamente. Actualmente, el Gobierno gestiona a través de Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (FGC) las estaciones de Puerto Aisne, Deporte, Núria, La Molina y Vallter 2000. El presidente de FGC, EnricTicó, asegura que "el balance de caja después de las inversiones es positivo y se está recuperando prácticamente todo el gasto, de forma que la intervención no le cuesta nada al ciudadano".
Más allá del impacto económico, la Asociación Catalana de Estaciones de Esquí y Montaña (ACEM) recuerda los beneficioslaborales. El ACEM destaca que por cada contrato firmado a las estaciones de esquí se crean otros cinco al territorio o en la comarca. Estos puestos de trabajo indirectos estarían relacionados con servicios vinculados al funcionamiento de las estaciones de esquí, como las taquillas, los remuntadors o la conservación de la nieve.
Inversiones y diversificación de la actividad
Durante el 2015, la estación de Boí Taüll ha incrementado su facturación un 17,8% en relación al año anterior. Este crecimiento se ha producido especialmente por el aumento de un 40% de la ocupación a la temporada de verano. En este primer año, el acuerdo entre Avançsa y Promociones Turísticas del Valle ha permitido una inversión de 1,1 millones de euros, destinada a la mejora y a la adecuación de los equipamientos de la estación, como remuntadors, maquinaria de pistas, vehículos de nieve e innivació, entre otros. La previsión de Boí Taüll es superar los 120.000 esquiadores durante esta campaña con unos 120 días de apertura al público.
Para conseguirlo, se han mejorado los accesos en la zona baja de la estación, indicada por los debutantes, se ha ampliado la superficie esquiable y se han potenciado las actividades paralelas. "Nuestra idea a primeros de la campaña es generar un producto digno para el esquiador principiante y medio", comenta David Rey. Del mismo modo, la estación de Boí Taüll se centrará en servicios complementarios a la práctica del esquí. Así, los visitantes podrán disfrutar de una escuela de esquí, un parque de nieve, un resort y restaurantes que complementarán la oferta tradicional.
Dinero público, beneficios privados
Desde el 2010, las 16 estaciones de esquí catalanas han generado un impacto económico de 2.342 millones de euros, de los cuales un 70% se han quedado en las comarcas de montaña leridanas, según datos analizados por la Universitat Pompeu Fabra (UPF). Este comportamiento ha sido posible gracias a la estrategia de diversificar la actividad y desestacionalitzar–la ..
A pesar de esto, las voces críticas sobre el modelo actual de las estaciones de esquí señalan que para aspirar a una rentabilidad mínima estas tienen que diversificar la oferta, creando sinergias con sectores como el inmobiliario, el hotelero, el comercial o el de la restauración. El año pasado, las seis estaciones que gestiona la Generalitat tuvieron unos gastos de nuevo millones de euros, mientras que Baqueira-Beret, de titularidad privada, obtuvo unos beneficios de 3,4 millones de euros. Este dato vuelve a reactivar el debate sobre si las administraciones públicas tienen que intervenir en el negocio de la nieve.
Esta iniciativa se plantea cuando se cumple un año que la Generalitat aprobara la compra, mediante la empresa pública Avançsa, de los activos de la emprendida Promociones Turísticas del Valle SANO, firma que gestionaba la estación de esquí. El objetivo de la operación era "garantizar la viabilidad del complejo porque se convirtiera en un motor de actividad económica por la comarca del alta Ribagorça". El Gobierno esgrime un estudio de la escuela de negocios Esade, en el cual se concluye que por cada euro que se gasta en un forfet, el territorio donde está ubicada la estaciónrecupera 12.
Viabilidad económica?
La adquisición de los activos de Boí Taüll volvió a poner sobre la mesa la viabilidad del modelo de negocio de las estaciones de esquí y la idoneidad que la Administración interviniera económicamente. Actualmente, el Gobierno gestiona a través de Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (FGC) las estaciones de Puerto Aisne, Deporte, Núria, La Molina y Vallter 2000. El presidente de FGC, EnricTicó, asegura que "el balance de caja después de las inversiones es positivo y se está recuperando prácticamente todo el gasto, de forma que la intervención no le cuesta nada al ciudadano".
Más allá del impacto económico, la Asociación Catalana de Estaciones de Esquí y Montaña (ACEM) recuerda los beneficioslaborales. El ACEM destaca que por cada contrato firmado a las estaciones de esquí se crean otros cinco al territorio o en la comarca. Estos puestos de trabajo indirectos estarían relacionados con servicios vinculados al funcionamiento de las estaciones de esquí, como las taquillas, los remuntadors o la conservación de la nieve.
Inversiones y diversificación de la actividad
Durante el 2015, la estación de Boí Taüll ha incrementado su facturación un 17,8% en relación al año anterior. Este crecimiento se ha producido especialmente por el aumento de un 40% de la ocupación a la temporada de verano. En este primer año, el acuerdo entre Avançsa y Promociones Turísticas del Valle ha permitido una inversión de 1,1 millones de euros, destinada a la mejora y a la adecuación de los equipamientos de la estación, como remuntadors, maquinaria de pistas, vehículos de nieve e innivació, entre otros. La previsión de Boí Taüll es superar los 120.000 esquiadores durante esta campaña con unos 120 días de apertura al público.
Para conseguirlo, se han mejorado los accesos en la zona baja de la estación, indicada por los debutantes, se ha ampliado la superficie esquiable y se han potenciado las actividades paralelas. "Nuestra idea a primeros de la campaña es generar un producto digno para el esquiador principiante y medio", comenta David Rey. Del mismo modo, la estación de Boí Taüll se centrará en servicios complementarios a la práctica del esquí. Así, los visitantes podrán disfrutar de una escuela de esquí, un parque de nieve, un resort y restaurantes que complementarán la oferta tradicional.
Dinero público, beneficios privados
Desde el 2010, las 16 estaciones de esquí catalanas han generado un impacto económico de 2.342 millones de euros, de los cuales un 70% se han quedado en las comarcas de montaña leridanas, según datos analizados por la Universitat Pompeu Fabra (UPF). Este comportamiento ha sido posible gracias a la estrategia de diversificar la actividad y desestacionalitzar–la ..
A pesar de esto, las voces críticas sobre el modelo actual de las estaciones de esquí señalan que para aspirar a una rentabilidad mínima estas tienen que diversificar la oferta, creando sinergias con sectores como el inmobiliario, el hotelero, el comercial o el de la restauración. El año pasado, las seis estaciones que gestiona la Generalitat tuvieron unos gastos de nuevo millones de euros, mientras que Baqueira-Beret, de titularidad privada, obtuvo unos beneficios de 3,4 millones de euros. Este dato vuelve a reactivar el debate sobre si las administraciones públicas tienen que intervenir en el negocio de la nieve.