El Ebre, rey del turismo catalán en Semana Santa

En la Costa Daurada, los grandes hoteles siguen cerrados a la espera de la reapertura del turismo internacional

Una granja de ostras al delta del Ebro Una granja de ostras al delta del Ebro

Las Terres del Ebre ha sido uno de los destinos preferidos de los catalanes para pasar la Semana Santa. El sector de la hostelería del Ebre ha registrado un pleno absoluto durante las vacaciones e incluso se han superado las cifras de 2019.

"Hemos ido a más en términos de ocupación, pero no en ingresos", ha advertido la vicepresidenta de la Federación de Asociación de empresas de Ecoturisme del Delta, Montse Callau. La limitación de aforo del 30 % en los restaurantes y el horario limitado ha impedido que los empresarios pudieran hacer más caja.

La asociación se congratula que las actividades al aire libre también hayan hecho pleno. Con todo, la masificación de estos días concentrada en el entorno del delta del Ebre preocupa en un territorio muy sensibilizado hacia un espacio natural protegido que no puede asumir una gran carga turística, según Callau: "Esta Semana Santa nos ha demostrado que tenemos deberes a hacer".

La Costa Daurada, a medio gas

En general, los alojamientos de Tarragona y las Tierras del Ebro cierran una Semana Santa con buenas cifras de ocupación, de entre el 60 y el 80% de las plazas totales ofertadas. "Ha sido una buena Semana Santa, la climatología nos ha acompañado", afirma Xavier Guardià, portavoz de la Federación empresarial de Hostelería y Turismo de Tarragona.

A pesar de no haber abierto la grande hoteleria de la costa ni tampoco Portaventura, el territorio hace balance positivo y afronta con positivismo el verano. Casas rurales, campings y apartamentos turísticos de Tarragona y Ebre han acaparado el turismo esta Semana Santa.

"Le hemos sacado el polvo a muchas cosas, entre otras, a la caja registradora, porque había establecimientos que estaban cerrados desde octubre del 2019", dice Guardià. Si bien quedan lejos de las cifras de plena ocupación de años anteriores, el territorio se da por satisfecho.

El turista español no llega

"A pesar de no tener mucha hoteleria abierta, ha habido más de un 80% de los campings abiertos, el 50 % de los apartamentos turísticos y entre un 15% y un 20% de los hoteles", ha añadido Guardià, que ha asegurado que ha faltado el cliente español que acostumbra a llegar de Aragón, Pamplona, la Rioja, País Vasco y Valencia", añade.

Los grandes hoteles de la costa siguen con la persiana bajada hasta que pueda llegar el mercado extranjero, en una zona con fama turística internacional por la oferta de solo y playa.

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