El parque empresarial de San Juan, a Sant Cugat del Vallès | Artur Ribera
El parque empresarial de San Juan, a Sant Cugat del Vallès | Artur Ribera

Impuestos municipales a la industria, favorecer el crecimiento o voluntad recaudatoria

Sant Cugat es uno de los municipios que ejerce más presión fiscal en la actividad industrial

La presión fiscal ejercida por los ayuntamientos a la industria puede ser un elemento que favorezca al crecimiento económico o convertirse en una herramienta de exclusiva voluntad recaudatoria. Con la voluntad de dibujar el actual panorama impositivo al Vallès Occidental, la Cecot ha elaborado un informe comparativo para analizar los gravámenes de seis municipios de la comarca y utilizarlo como herramienta negociadora ante los consistorios.

"Puede influir en la decisión de implantarse en un municipio", reconoce Enric Rius, coordinador del estudio y asesor fiscal de la Cecot, sobre las diferencias en los impuestos. Para Rius, la política fiscal de un municipio verso la industria habla "del talante y de la sensibilidad de un Ayuntamiento hacia la actividad económica".

"No es el mismo que un Ayuntamiento vea un polígono cómo una obtención de recursos, porque la industria no vota, que el que lo entiende cómo un elemento de generación de riqueza que se tiene que fomentar", reflexiona.

La limitación de los ayuntamientos

Los seis municipios escogidos por el informe son una muestra de los municipios más representativos del área, en tres categorías en función del número de habitantes y su dimensión: más de 200.000 habitantes: Terrassa y Sabadell; más de 70.000 habitantes: Sant Cugat del Vallès y Rubí; menos de 10.000 habitantes: Viladecavalls y Vacarisses.

Y la comparación se ha hecho en base el Impuesto sobre Actividades Económicas, el IBI y el Impuesto sobre Construcciones y Obras. Tres gravámenes sobre los cuales los ayuntamientos tienen margen de maniobra, a pesar de que no total. "La gran conclusión es el tratamiento diferente en las bonificaciones. Los impuestos dan un marco muy concreto y se ofrecen ventajas en algunos municipios, pero el margen de maniobra es limitado", explica Rius.

Los municipios con más presión fiscal

Aún así, el estudio sí que pone de manifiesto en qué municipios hay impuestos más elevados. En la comparativa entre los tres impuestos, Sant Cugat es la población que ejerce una mayor presión fiscal. Se tiene que tener en cuenta que hay variables que no dependen de los ayuntamientos, cómo puede ser el valor catastral o el número de población. En cambio, Terrassa o Sabadell se sitúan como municipios más atractivos.

El objetivo del estudio, pero, no es presentar una comparativa, sino dotar de una herramienta a las asociaciones empresariales. "Cuándo hablas con un municipio, siempre te dicen que hacen el que pueden y que están igual o mejor que el resto", destaca Rius. Con este análisis, habrá más información para poder negociar.

Las bonificaciones, el elemento clave

El margen de maniobra de los ayuntamientos es pequeño en cuanto a la presión fiscal. Pero no lo es tanto respecto a las bonificaciones que ofrecen. "La política fiscal no es solo recaudar, sino priorizar. Y estás diciendo muchas cosas. Hay necesidad de recaudación, pero también dices qué actitud tienes ante la actividad industrial, si la penalizas o la tratas mejor", apunta Rius.

En este caso, la conclusión es que los municipios más grandes son los que ofrecen más bonificaciones, mientras que los más pequeños son quienes menos tienen. Mientras que en poblaciones cómo Sabadell, Rubí, Terrassa o Sant Cugat se encuentran rebajas por contratación o uso de energías renovables, en Vacarisses o Viladecavalls no hay.

Concretamente, Terrassa es el municipio más favorable en cuanto a bonificaciones del IBI. En cambio, en el Impuesto sobre Construcciones y Obras es Sant Cugat.

Competitividad o uniformidad

Enric Rius destaca que esta diferencia de la presión fiscal y las bonificaciones puede ser un elemento más que las empresas tengan en cuenta para escoger una ubicación para instalar su actividad. Esta realidad abre el debate sobre si la competencia es positiva o si habría que apostar por la homogeneización.

"La competitividad es buena, pero cuando hablas de una zona tan próxima e industrial, cómo es lo Vallès Occidental, hay intentos para homogeneizar políticas y para entender que la zona industrial no es de cada municipio. Se tienen que posar elementos comunes cómo las bonificaciones. Hay otros que, por el valor catastral o la población, ya son diferentes", reflexiona.

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