Con la llegada de las primeras nevadas, las estaciones de esquí de Cataluña prevén inaugurar la temporada este fin de semana, coincidiendo con el Puente de la Purísima. Por esta campaña, las 16 estaciones (10 de alpino y 6 de nórdico) han invertido 17,5 millones de euros en mejoras, de los cuales 11 corresponden a Baqueira Beret, tal como asegura el presidente de la Asociación Catalana de Estaciones de Esquí y Actividades de Montaña (Acem), Xavier Nolla.
La estación de Boí Taüll Resort será la primera estación del Pirineu de Lleida al comenzar sábado la temporada con unas buenas condicionas y calidad de nieve. El inicio de la actividad coincide con el rescate económico, el mes pasado, por parte de la Generalitat de Boí Taüll, ampliando en 750.000 euros el préstamo a la emprendida Promociones Turísticas del Valle, encargada de gestionar el proyecto. Además, los trabajadores iniciaron una huelga para reclamar las nóminas pendientes desde julio. Dos hechos que han reavivado el debate sobre si el modelo de las estaciones de esquí necesita ser financiado por fondos públicos.
Modelo de gestión mixta
Por la Generalitat, "la estación de Boí-Taüll es el activo económico principal del Alta Ribagorça y garantizar su viabilidad repercutirá a la economía de la comarca y a la ocupación". De hecho, el complejo genera 200 lugares de trabajo directos y 350 indirectas. Esta afirmación también la comparte el presidente del comité de empresa de Boí Taüll, Manolo Romero, que defiende "un modelo de gestión mixta con un 50% de capital privado y un 50 de público". El representante de los trabajadores recuerda que la nieve acaba siendo un negocio que "genera una rentabilidad económica por la empresa que lo gestiona y una rentabilidad social importante por la zona". Por eso, apuesta por este equilibrio.
Todo y su delicada situación financiera, Boï-Taüll ha invertido este año 100.000 euros en material y ha abierto mercados en Madrid y en Valencia para captar nuevos esquiadores. "Tenemos que potenciar nuestro valor añadido que se encuentra en el precio", explica Romero. Este año, el precio del forfet de la estación de esquí ha subido sólo un euro, situándose en los 39. Paralelamente, se han buscado nuevas fórmulas, como promocionar el esquí entre los más jóvenes, fomentar las vacaciones de invierno a la nieve y mejorar los servicios turísticos asociados.
Promoción y control de los gastos
En un negocio que mueve 350 millones de euros anuales en Cataluña, Baqueira Beret se ha quedado como la única estación de esquí que no ha recibido ninguna aportación pública. Precisamente este año que celebra su 50è aniversario, la estación ha invertido 11 millones de euros que han servido para instalar tres remuntadors y mejorar la conexión entre Baqueira y Beret. Su subdirector comercial, Xavier Ubeira, admite que la crisis ha hecho bajar el volumen de negocio, pero "nos hemos mantenido en una media de 750.000 esquiadores anuales gracias a las campañas de promoción y captación de esquiadores franceses y británicos ". Ubeira insiste en hecho que Baqueira Beret se ha financiado con capital privado y sin necesidad de endeudamiento.
"Nuestra estrategia durante los últimos siete años se ha centrado en un control y una regulación de los gastos", añade. La estación de esquí y sus servicios asociados ocupan a 600 trabajadores. Respecto a las ayudas públicas que pueden recibir algunas empresas para continuar con el negocio, Ubeira acepta este tipo de acciones siempre que se demuestre que "generan riqueza y beneficios económicos por el territorio". Aún así, critica "las inversiones salvajes y sin control en otras estaciones de esquí de fuera Cataluña que no tienen viabilidad y nos hacen competencia desleal".
Mientras se reflexiona sobre el modelo de futuro por la gestión de las estaciones de esquí, la Generalitat apuesta por el desarrollo turístico vinculado a la nieve y la desestacionalització de los servicios. Por la administración se trata de un sector estratégico en el cual trabajan 11.500 personas.
La estación de Boí Taüll Resort será la primera estación del Pirineu de Lleida al comenzar sábado la temporada con unas buenas condicionas y calidad de nieve. El inicio de la actividad coincide con el rescate económico, el mes pasado, por parte de la Generalitat de Boí Taüll, ampliando en 750.000 euros el préstamo a la emprendida Promociones Turísticas del Valle, encargada de gestionar el proyecto. Además, los trabajadores iniciaron una huelga para reclamar las nóminas pendientes desde julio. Dos hechos que han reavivado el debate sobre si el modelo de las estaciones de esquí necesita ser financiado por fondos públicos.
Modelo de gestión mixta
Por la Generalitat, "la estación de Boí-Taüll es el activo económico principal del Alta Ribagorça y garantizar su viabilidad repercutirá a la economía de la comarca y a la ocupación". De hecho, el complejo genera 200 lugares de trabajo directos y 350 indirectas. Esta afirmación también la comparte el presidente del comité de empresa de Boí Taüll, Manolo Romero, que defiende "un modelo de gestión mixta con un 50% de capital privado y un 50 de público". El representante de los trabajadores recuerda que la nieve acaba siendo un negocio que "genera una rentabilidad económica por la empresa que lo gestiona y una rentabilidad social importante por la zona". Por eso, apuesta por este equilibrio.
Todo y su delicada situación financiera, Boï-Taüll ha invertido este año 100.000 euros en material y ha abierto mercados en Madrid y en Valencia para captar nuevos esquiadores. "Tenemos que potenciar nuestro valor añadido que se encuentra en el precio", explica Romero. Este año, el precio del forfet de la estación de esquí ha subido sólo un euro, situándose en los 39. Paralelamente, se han buscado nuevas fórmulas, como promocionar el esquí entre los más jóvenes, fomentar las vacaciones de invierno a la nieve y mejorar los servicios turísticos asociados.
Promoción y control de los gastos
En un negocio que mueve 350 millones de euros anuales en Cataluña, Baqueira Beret se ha quedado como la única estación de esquí que no ha recibido ninguna aportación pública. Precisamente este año que celebra su 50è aniversario, la estación ha invertido 11 millones de euros que han servido para instalar tres remuntadors y mejorar la conexión entre Baqueira y Beret. Su subdirector comercial, Xavier Ubeira, admite que la crisis ha hecho bajar el volumen de negocio, pero "nos hemos mantenido en una media de 750.000 esquiadores anuales gracias a las campañas de promoción y captación de esquiadores franceses y británicos ". Ubeira insiste en hecho que Baqueira Beret se ha financiado con capital privado y sin necesidad de endeudamiento.
"Nuestra estrategia durante los últimos siete años se ha centrado en un control y una regulación de los gastos", añade. La estación de esquí y sus servicios asociados ocupan a 600 trabajadores. Respecto a las ayudas públicas que pueden recibir algunas empresas para continuar con el negocio, Ubeira acepta este tipo de acciones siempre que se demuestre que "generan riqueza y beneficios económicos por el territorio". Aún así, critica "las inversiones salvajes y sin control en otras estaciones de esquí de fuera Cataluña que no tienen viabilidad y nos hacen competencia desleal".
Mientras se reflexiona sobre el modelo de futuro por la gestión de las estaciones de esquí, la Generalitat apuesta por el desarrollo turístico vinculado a la nieve y la desestacionalització de los servicios. Por la administración se trata de un sector estratégico en el cual trabajan 11.500 personas.
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