
06
de Junio
de
2014
Act.
06
de Junio
de
2014
La Universitat Rovira i Virgili (URV) ha patentado un nuevo sensoróptico que puede detectar la acumulaciónde hielo a las alas de los aviones o en máquinas. El grupo de investigación de Física y Cristalografía de los Materiales (FiCMA), que ha desarrollado el proyecto, está ultimando el primer prototipo, que integra fibras y guías ópticas. Los sensores pueden tener una medida de un milímetro y activarse desde el inicio de la formación de hielo. El dispositivo no perturba la aerodinámica del aparato y se puede situar tan a las alas del avión como en otros partos donde la acumulación de hielo se puede convertir en un peligro por la seguridadaeronáutica. Actualmente, los fabricantes de aviones no disponen de sensores de hielo precisos y fidedignos que se puedan automatizar.
Una fibraóptica aporta luz infrarroja al sensor y la otra fibra óptica recibe la señal después de la interacción con el sistema aire-agua-hielo. Analizando la intensidad de esta señal el sensor discrimina si la luz ha interaccionado con aire, con agua o con el hielo. Y, una vez se detecta que ha habido formación de hielo, el sensor puede activar, de manera automática, un proceso de calentamiento del ala para producir el deshielo.
Esto permite poner en marcha el sistema de deshielo sin distraer los pilotos. De hecho, en estos momentos los fabricantes de aviones no disponen de sensores de hielo que sean precisos y fidedignos y que, por lo tanto, que se puedan automatizar. Tiene que ser el piloto quién juzgue siempre, en última instancia, si hay peligro de hielo o no y, si lo prevé, tiene que activar manualmente los sistemas de deshielo.
Desde la URV argumentan que este procedimiento implica más peligrosidad así como el consumo no óptimo de combustible debido a la acumulación de hielo que el piloto no percibe y, por lo tanto, se añade pes, además de deteriorar la aerodinámica del avión. De momento, una decena de empresas que han mostrado interés en este sensor, tanto desde el sector aeronáutico como otros como la industria eólica, farmacéutica o alimentaria.
Proyecto entre Europa y Japón
El sensor ha sido presentado durante la reunión que los socios del proyectoJEDI-ACE -Japanese-European De-Icing Aircraft Collaborative Exploration- han hecho a la URV y al CESDA, que también colabora en este proyecto. Desde miércoles y hasta viernesparticipan, por la parte europea, el Instituto Fraunhofer de Alemania, la empresa francesa Dassault- Aviación y la URV. Por la parte japonesatoman parte el Instituto Kanagawa de Tecnología (KAIT), la Agencia Espacial Japonesa (JAXA) y la empresa Fuji Heavy Industries (FHI-Subaru).
Se trata de un programa de R D entre Europa y el Japón que estudia como evitar, alertar y eliminar el hielo que se acumula en determinadas zonas de los aviones, sobre todo a las alas. El grupo de la URV lidera el desarrollo de los sensores que tienen que alertar de la generación de hielo sobre las estructuras del avión y activar sistemas de eliminación. El gelament es una de las causas importantes de accidentalidad de los aviones, afecta el sostén del aparato y puede provocar, además, que otros sensores, como los encargados de medir la velocidad de la aeronave, hagan evaluaciones erróneas.
El proyecto europeo JEDI-ACE, que se empezó a ejecutar a final del 2012, pretende evitar la generación y la acumulación de hielo y aumentar la seguridad del transporte aéreo. El trabajo consta de tres partes. En una de estas, que es la que impulsa la URV , se diseñan sensores efectivos que avisen de la formación de hielo, lo detecten y alerten a tiempo de su acumulación. La investigación pasa ahora para hacer ensayos con soluciones fotónicas. Actualmente a los aviones hay sensores mecánicos, que en determinadas circunstancias no dan respuestas correctas.
Una fibraóptica aporta luz infrarroja al sensor y la otra fibra óptica recibe la señal después de la interacción con el sistema aire-agua-hielo. Analizando la intensidad de esta señal el sensor discrimina si la luz ha interaccionado con aire, con agua o con el hielo. Y, una vez se detecta que ha habido formación de hielo, el sensor puede activar, de manera automática, un proceso de calentamiento del ala para producir el deshielo.
Esto permite poner en marcha el sistema de deshielo sin distraer los pilotos. De hecho, en estos momentos los fabricantes de aviones no disponen de sensores de hielo que sean precisos y fidedignos y que, por lo tanto, que se puedan automatizar. Tiene que ser el piloto quién juzgue siempre, en última instancia, si hay peligro de hielo o no y, si lo prevé, tiene que activar manualmente los sistemas de deshielo.
Desde la URV argumentan que este procedimiento implica más peligrosidad así como el consumo no óptimo de combustible debido a la acumulación de hielo que el piloto no percibe y, por lo tanto, se añade pes, además de deteriorar la aerodinámica del avión. De momento, una decena de empresas que han mostrado interés en este sensor, tanto desde el sector aeronáutico como otros como la industria eólica, farmacéutica o alimentaria.
Proyecto entre Europa y Japón
El sensor ha sido presentado durante la reunión que los socios del proyectoJEDI-ACE -Japanese-European De-Icing Aircraft Collaborative Exploration- han hecho a la URV y al CESDA, que también colabora en este proyecto. Desde miércoles y hasta viernesparticipan, por la parte europea, el Instituto Fraunhofer de Alemania, la empresa francesa Dassault- Aviación y la URV. Por la parte japonesatoman parte el Instituto Kanagawa de Tecnología (KAIT), la Agencia Espacial Japonesa (JAXA) y la empresa Fuji Heavy Industries (FHI-Subaru).
Se trata de un programa de R D entre Europa y el Japón que estudia como evitar, alertar y eliminar el hielo que se acumula en determinadas zonas de los aviones, sobre todo a las alas. El grupo de la URV lidera el desarrollo de los sensores que tienen que alertar de la generación de hielo sobre las estructuras del avión y activar sistemas de eliminación. El gelament es una de las causas importantes de accidentalidad de los aviones, afecta el sostén del aparato y puede provocar, además, que otros sensores, como los encargados de medir la velocidad de la aeronave, hagan evaluaciones erróneas.
El proyecto europeo JEDI-ACE, que se empezó a ejecutar a final del 2012, pretende evitar la generación y la acumulación de hielo y aumentar la seguridad del transporte aéreo. El trabajo consta de tres partes. En una de estas, que es la que impulsa la URV , se diseñan sensores efectivos que avisen de la formación de hielo, lo detecten y alerten a tiempo de su acumulación. La investigación pasa ahora para hacer ensayos con soluciones fotónicas. Actualmente a los aviones hay sensores mecánicos, que en determinadas circunstancias no dan respuestas correctas.