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Pastisart, la reina catalana de la bollería congelada que ha cruzado el Atlántico

La compañía consolida la apuesta por el tándem tecnología-tradición artesana, a la espera de crecer un 10% este 2025

Pastisart espera cerrar el 2025 con 123 millones de facturación | Creatividad: VIA Empresa / Fotos: Cedidas por Pastisart
Pastisart espera cerrar el 2025 con 123 millones de facturación | Creatividad: VIA Empresa / Fotos: Cedidas por Pastisart
David Lombrana VIA Empresa
Jefe de redacción
Barcelona
03 de Diciembre de 2025 - 04:55

La cocapital vallesana de Terrassa alberga el núcleo de una de las piedras angulares del sector de la bollería fresca en España. Se trata de Pastisart, la firma que vio la luz a inicios de la década de los noventa en pleno auge de las masas congeladas; un sector que en tan solo 25 años ha crecido a un ritmo vertiginoso, hasta alcanzar, el pasado 2024, un volumen de negocio de nada más y nada menos que 1.939 millones de euros en el Estado. Si bien este sector pertenece al de la panadería, bollería y pastelería, la compañía egarense se diferencia por no fabricar pan, hecho que no le impide llevar a cabo una contribución generosa al mundo de las masas congeladas, con una facturación -también en 2024- de 112 millones de euros. ¿Perspectivas para este 2025? Cerrar el año con un crecimiento de doble dígito y consolidarse al otro lado del Atlántico. Dos hitos propios de un gigante de la agroalimentación en el país.

 

El sector de la bollería fresca facturó 1.939 millones de euros en el estado español

La fusión de tecnología y tradición en un entorno healthy

“Poner la tecnología al servicio del producto”. Este es el mantra que repite en VIA Empresa la actual consejera delegada de la compañía, Núria Betriu, quien defiende que la tradición artesana y las últimas tecnologías más disruptivas sí son compatibles: “Trabajamos con materias primas de primera calidad y reproducimos en un entorno más automatizado la esencia de la bollería tradicional. La tradición artesana está en nuestro ADN y es lo que queremos ofrecer al cliente”, asegura. 

Betriu: "La tradición artesana está en nuestro ADN y es lo que queremos ofrecer al cliente"

Betriu aterrizó en Pastisart en 2017, tras dejar el cargo de consejera delegada en la Agencia para la Competitividad de la Empresa (Acció). Desde entonces, impulsa la compañía para “acercarse a las necesidades del consumidor, para que este pueda tener momentos de placer a través de la bollería”. Este es de hecho el motivo por el cual nació la compañía, en el año 1990, “en pleno boom de las masas congeladas”, cuando panaderías, restaurantes y cafeterías no podían elaborar todo el abanico de masas necesario para ofrecer pan y bollería de manera constante. 

 

“Las masas congeladas surgieron precisamente para dar respuesta a esta necesidad, y Pastisart nació para asegurar que las masas congeladas no fueran en detrimento de comer un producto muy bueno”, continúa Betriu. Mucho ha llovido desde los noventa y la firma de bollería no ha dejado de estudiar los hábitos de consumo, teniendo en cuenta la cultura saludable (o healthy) que se ha acentuado especialmente en los últimos años. “El placer no tiene que ser incompatible con la salud”, asegura Betriu.

En este sentido, la consejera delegada de Pastisart subraya la importancia de orientar al consumidor hacia un consumo “equilibrado”: “Siempre recomendamos una dieta equilibrada y, en la medida de lo posible, tener momentos para deleitarse con la bollería. La bollería puede formar parte perfectamente de una dieta equilibrada”, asegura. De hecho, es por este motivo que Pastisart facilita el equilibrio que menciona Betriu a través de unas etiquetas “mucho más limpias”.

Presencia en Tarragona, Segovia (y toda clase de supermercados)

La fábrica de Pastisart en Roda de Berà | Cedida
La fábrica de Pastisart en Roda de Berà | Cedida

Pastisart cuenta en la actualidad con un equipo de unas 520 personas y dos centros productivos: uno en Roda de Berà, y el otro, en El Espinar (Segovia). Ambos son la prueba de la apuesta que está haciendo la compañía en materia de I+D, tanto por el tamaño de los equipos de los que dispone, como por la reducción de grasas y azúcares en la que trabaja la compañía, alineada con el compromiso de la salud de los consumidores. “También estamos innovando mucho en cuanto a los formatos en los que entregamos los productos a nuestros clientes, para favorecer su conservación”, añade Betriu.

En este sentido, cabe decir que la firma de bollería se sostiene sobre un modelo B2B, de empresa a empresa, y el 70% de las ventas se dirigen a los supermercados, el principal canal de la compañía tanto en el ámbito estatal como internacional, mientras el 30% restante pertenece al sector Horeca. Teniendo en cuenta las previsiones que Betriu facilita a VIA Empresa, la compañía cerrará 2025 con una facturación en torno a los 123 millones de euros, de los cuales, por tanto, se deduce que unos 86 millones pertenecen a la venta de magdalenas, cruasanes y napolitanas a supermercados, y los 37 restantes a hoteles, restaurantes y cafeterías. El resultado económico que menciona Betriu se traduciría en un incremento de un 10% respecto a 2024, cuando la firma facturó 112 millones

Se trata de unos datos considerables, propios de una compañía que lidera el sector de la masa batida y que cuenta con un trabajado prestigio en el mundo de la bollería salada. Unos datos, además, que se explican con las cerca de 35.000 toneladas que Pastisart produce desde Roda de Berà, y las más de 20.000 desde El Espinar. Y es que la actividad no se detiene aquí. Este febrero, la firma de bollería congelada invirtió 16 millones de euros en la planta tarraconense para ampliarla de los 11.000 metros cuadrados que contaba hasta 16.000 metros cuadrados. 

Este impulso de la fábrica se explica con la implementación de una nueva línea de producción que se dedicará a la fabricación de productos fermentados en masa laminada. “La capacidad productiva de la planta crecerá más de un 50%”, detalla Betriu. Concretamente, la fábrica añadirá 16.000 toneladas más a las 35.000 actuales, un incremento que afectará positivamente al conjunto de la compañía en un 30%. Según avanza la consejera delegada de Pastisart, la inversión se materializará el próximo mes de febrero: “Nos dará un impulso muy importante de cara al crecimiento estratégico del 2029”, añade.

El 12,5% de las ventas de Pastisart son internacionales

En cuanto a la planta segoviana, pasó a manos de la compañía en 2019, tras comprarla al proveedor de galletas, cereales, pasta, pan y bollería de Mercadona Cerealto Siro Foods. Pastisart se hizo cargo de los 148 empleados que entonces había en la fábrica, en un momento en que la facturación de la empresa superaba con creces los 40 millones de euros, es decir, una cifra tres veces inferior a la actual y que pone de relieve el crecimiento que ha experimentado en los últimos años. 

El salto al otro lado del Atlántico

Además de los centros productivos -y de las mencionadas oficinas centrales en Terrassa-, Pastisart está presente en Madrid con una delegación y, desde hace dos años, también en Miami, donde dispone de una oficina comercial. “La oficina estadounidense nace con la voluntad de encontrar sinergias con empresas catalanas en Estados Unidos”, explica Betriu, quien define México como un mercado “estratégico”. En este sentido, el 12,5% de las ventas de la compañía son internacionales.

“Pastisart está siendo una experiencia increíble”, confiesa Betriu a VIA Empresa. La consejera delegada de la compañía rememora cómo desde sus inicios “reunió todos aquellos aspectos positivos que entonces tenía Pastisart y fortaleció las oportunidades que vimos”: “Con unos accionistas que tenían muy claro que había que crecer, hicimos una fusión muy interesante y aprovechamos todas las capacidades que teníamos”, añade. De hecho, esta es la gran constatación de Betriu: equipo potente, ganas de trabajar e ideas claras. “Es así como se pueden construir proyectos interesantes que dejen huella”.