Ruscalleda vs. McDonalds

El restaurante de Sant Pol de Mar cuenta con 30 personas para atender nueve mesas; por el contrario, a la cadena de fast food más grande del mundo comen unos 60 millones de personas al día. Dos modelos opuestos de éxito empresarial

Trabajar con pasión para hacer feliz a la gente. Este es el elemento común que comparten dos modelos de negocy tan opuestos como el que representa la cocinera Carme Ruscalleda y la cadena McDonalds. "Quizás somos dos polvo opuestos dentro del mismo sector, pero el objetivo de cara al cliente es el mismo", remarca Eduard Rosàs, propietario de cinco franquicias en el Maresme y el Vallès de la popular cadena de fasto-food..

En una comida-debate organizado por el Barcelona Maresme Business Club entre la cocinera del Santo Pau, máximo exponente del alta gastronomía del Maresme, y Eduard Rosàs, los empresarios asistentes constataron que, contra todo pronóstico, los dos modelos tienen muchos más puntos en común del que se podía esperar. "Cuando la gente va a un restaurante se quiere divertir y que pasen cosas a la mesa", explicó Ruscalleda, consciente que su misión, al final, es la de "hacer feliz a la gente". También el objetivo de McDonalds es el de hacer felices los clientes y "conseguir que marchen satisfechos y con ganas de repetir la experiencia", añadió Rosàs. Y para hacer feliz a los clientes, volvieron a coincidir Ruscalleda y Rosàs, el secreto radica al "trabajar con pasión" y con las mismas ganas del primer día.

Trabajar con calidad de estrella
Carme Ruscalleda, propietaria y chef del restaurante Santo Pau de Santo Pol y la única mujer que dispone de siete estrellas Michelin (tres por el restaurante de Santo Pol, dos en Barcelona y dos por su restaurante en Tokyo), explicó que la pasión y "la voluntad de hacer las cosas a tu manera" han sido siempre sus principales motores. "Porque llegue la estrella no se tiene que trabajar por la estrella, pero si con calidad de estrella", explicó, convencida que la buena cocina no es sólo aquella que pone productos de calidad al plato, sino también la que es capaz de construir un relato sobre el territorio y la cultura del país, y también la que cuida el aspecto del local, el mantel, los cubiertos, los vinos y todo tipo de detalles que contribuyen a una experiencia única.

Otro de los aspectos que Ruscalleda señaló es la importancia de innovar y de buscar nuevas fórmulas y recetas para ofrecer una carta renovada cada temporada. Para innovar, explicó, hay que observar, leer, investigar y probar sin cesar, añadió. Fruto de esta investigación, por ejemplo, surgen los nuevos productos que Ruscalleda presentará próximamente, entre los cuales destaca una tapa que combina las tradiciones gastronómicas del Maresme y del Japón. La innovación y la calidad, puntualizó la cocinera, van ligadas al esfuerzo y el trabajo continuado, y también "a muchos sacrificios". "Cuando la cocina te emociona es porque tiene un discurso, y detrás de este discurso hay quién ha sudado la camiseta", aseguró.

Ruscalleda explicó que actualmente su restaurante cuenta con unas 30 personas para atender sólo nueve mesas, una cifra que ilustra el tipo de servicio y atención que se puede encontrar en sus restaurantes. Este dato contrasta con la que presenta una cadena como McDonalds, donde comen unos 60 millones de personas al día y donde su prioridad, por definición, es ofrecer un servicio rápido y eficiente.



Gestionar un equipo de 800 personas
Garantizar esta inmediatez en el servicio sin rebajar los niveles de calidad es el reto diario al cual hace frente Eduard Rosàs al frente de las cinco franquicias de McDonalds que dirige. "Mantener el nivel de exigencia diario es lo más complicado", reconoció, explicando que los productos de la casa pasan por una cadena de excelencia alimentaria y continuos controles sanitarios. Rosàs también explicó que otra dificultad en una cadena como esta es la de gestionar correctamente un equipo de más de 800 personas.

Por otro lado, la continuidad y el éxito de McDonalds implica innovar continuamente y ofrecer productos nuevos y diferentes de sus clientes, un reto nada fácil teniendo en cuenta que su modelo ha sido imitado por infinitud otras empresas que, a menudo siendo de menores dimensiones, pueden adaptarse mucho más rápidamente a las necesidades del mercado.
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