Hay miles de motivos para ir a hacer un café: desde hacer un breve descanso laboral, hasta conocer a alguien o, simplemente, como un antídoto para una alarma que ha sonado demasiado temprano. El café, que, precisamente, el pasado domingo celebró su día internacional, es la segunda mercancía más comercializada en el planeta después del petróleo: en 2022, se han consumido más de 178 millones de sacos de 60 kilogramos de café a escala mundial. Cabe decir que, con las 2,2 tazas de café que se consumen por persona de media en Catalunya, no somos el país más cafetero del mundo, como sí lo es Finlandia, que consume el doble; sin embargo, en la capital catalana se impone la calidad por encima de la cantidad, convertiéndose así en un referente del café de especialidad a escala europea.
"Barcelona es sin duda un referente del café de especialidad en Europa" apunta a VIA Empresa Jordi Mestre, fundador de Nomad Coffee, quien matiza que, si bien la cantidad de cafeterías que hay en ciudades como Londres o Nueva York es superior que en Barcelona, "aquí se ha incidido mucho en la calidad, marcando unos estándares muy elevados". Mestre destaca la "buena y sana competencia" que hay en el sector que, entre otros, ha impulsado a la ciudad condal a convertirse en el hermano mayor en quién fijarse para el resto de países europeos: "Es difícil encontrar una ciudad donde haya muy buenas cafeterías, Barcelona es una de las mejores ciudades para tomar café".
En 2022, se han consumido más de 178 millones de sacos de 60 kilogramos de café a escala mundial
Después de años de experiencia en las mejores cafeterías de la ciudad y de ganar el Campeonato Nacional de Baristas en más de una ocasión, Mestre constituyó el Lab, un espacio donde el café pasa a un primer plano, aconteciendo el protagonista de una tendencia que no ha dejado de crecer en los últimos años. "En el caso de Barcelona no solo hablamos de cafeterías, también hay muchos tostadores, algunos de los cuales con cafetería, donde es más fácil que la calidad del café sea superior", añade el fundador de Nomad Coffee.
Aumento de emprendedores y emprendedoras en el sector
"El sector se encuentra en un momento muy dulce", explica Mestre, quien detalla que cada vez más empresarios y empresarias en Catalunya se atreven a emprender un negocio de café de especialidad, a pesar de los principales obstáculos que supone, como por ejemplo el esfuerzo económico o el tipo de licencias que se requieren: "No es lo mismo vender copas y cervezas que tazas de café, la formación, la maquinaria y los horarios, entre otros, hacen que nuestro negocio sea algo menos rentable, a pesar de que se nos pide disponer de la misma licencia que un bar de copas", añade.
En Barcelona hay cerca de unos 560 establecimientos que ofrecen café de especialidad
Aun así, Mestre destaca que es muy facil encontrar un café "excelente" en la ciudad condal: "En cada barrio hay muy buenas cafeterías, y todavía hay espacio para que haya más". Hoy por hoy, en Barcelona hay cerca de unos 560 establecimientos que ofrecen café de especialidad, según datos de bcncoffeeguide, la plataforma que conecta a los amantes del café con las tiendas de especialidad.
"Cada vez hay más consumidores interesados en saber y aprender sobre el café, pero todavía hay más que quieren tomar un mejor producto", apunta por su parte el presidente del Gremio del Café, Carlos Gotor, quien define el café de especialidad como "un producto que tiene historias a explicar, no solo de sus orígenes, sino también de cómo se trabaja, cómo se tuesta, cómo se prepara y cómo se consume". Gotor destaca que, en la actualidad, la oferta de café de especialidad se encuentra en pleno crecimiento, hecho que favorece el sector porque cada vez más se habla de buen café.
¿El buen café sale caro?
Generalmente, diferenciar un café común de uno de especialidad no es un gran reto: en los aromas y matices de cada uno se puede encontrar la respuesta. Donde también se puede encontrar, sin embargo, es en el momento de pagar. "En el café de especialidad hay un sobreprecio o suplemento de, como mínimo, un 10 o un 15%", detalla el presidente del Gremio de Café. En este sentido, no es difícil encontrarse ante unos precios que no todo el mundo estaría dispuesto a pagar. Pero, ¿esto quiere decir que sea caro?
"Como cualquier producto de más calidad, requiere unos esfuerzos mayores y una selección más esmerada para conseguir un mejor producto", comenta Mestre, quien añade que "no es lo mismo producir un vino a granel a gran escala que producir un vino meticulosamente, con cuidado y seleccionando la uva. Lo mismo pasa con el café".
En el sector de especialidad, una taza dispone de 18 gramos de café molido, ante los 6 gramos que ofrecen los tostadores comerciales
El empresario destaca que son muchos los factores y procesos que contribuyen a un precio superior. La forma de cosechar el grano, los diversos procesos de selección por los cuales pasa en función de su peso y medida, el método de empaquetamiento y transporte, el proceso de tostado o maquinarias con un coste que gira en torno a los 10.000 euros, sin duda marcan la diferencia respecto a un café que no se considera de especialidad.
Otro indicador clave a la hora de valorar un buen café es la cantidad de café molido que contiene. En el sector de especialidad, una taza dispone de 18 gramos de café molido, ante los 7 gramos de una receta típica de café italiano, o de los 6 gramos que ofrecen los tostadores comerciales. "De este modo, estamos ofreciendo tranquilamente el triple de café que da una cafetería normal. Entonces, ¿es caro nuestro café de 2 euros? ¿O el del bar del lado que vale 1,40? Yo creo que el café todavía sale demasiado barato". Cabe decir que, evidentemente, el abanico de precios en el sector del café de especialidad no se detiene en los dos euros. Hay locales que ofrecen su producto desde los cinco hasta los diez euros:
La locura de los precios en Nueva York: se ha convertido en normal pagar en la mayoría de lugares más de 10 dólares -al cambio, 10 euros- por un café con leche y un croissant
— Jose Angel Abad (@desdemanhattan) October 2, 2023
Eso no incluye la propia y a veces, como hoy, no hay ni mesa ni un baño donde poder lavarse las manos. pic.twitter.com/1jxnkHMkiX
De unos 30 años y del ámbito creativo o de los negocios: el perfil del consumidor
Por este motivo, a pesar de que el café de especialidad se abra, poco a poco, a nuevos públicos, todavía hay un tipo de perfil más habitual que otros: "El expatriado es una gran parte de nuestra clientela, es un cliente que en su país ya está acostumbrado a beber café de especialidad, que valora la calidad y que discute algo menos el precio", destaca el cofundador de Nomad Coffee, quien añade que el perfil que se encuentra alrededor de los 30 años y que se dedica al ámbito creativo o al ámbito de los negocios es el que acostumbra a querer un "buen café", y "no le vale cualquier cosa". "Sé que nunca alcanzaremos el 100% del mercado, pero tampoco es nuestra intención, si así fuera no estaríamos hablando del café de especialidad. Necesitamos que haya de todo", añade Mestre.
El interés del público por el sector se ha visto incrementado, en buena parte, a raíz de eventos que giran en torno al café, como por ejemplo los Barcelona Coffee Awards, que coincidieron el pasado fin de semana con el Día Internacional del Café. "Todo lo que tenga que ver con el café, enriquecerlo, darle posibilidades y hablar de calidad de producto, ayuda a ampliar la comunidad cafetera y, por lo tanto, se piden mejores cafés", argumenta Gotor, quien añade que estos acontecimientos hacen que cada vez encontremos mejores cafés en Barcelona.
El mundo del café de especialidad le sonríe a Nomad Coffee. Después de ser premiado en los Barcelona Coffee Awards como el mejor tostador, el mejor proyecto de academia de café, la segunda mejor cafetería de España y la mejor comunicación en redes sociales, Mestre, junto con su equipo, se encuentra en un momento "muy dulce". "Cada vez es más emocionante ver cómo crece el sector, su público y, sobre todo, sus conocimientos".