Ubicado en un edificio modernista de 1918, al restauranteLaDama se accede desde una opulenta puerta de hierro que da a la Diagonal,423 (Barcelona). El portero es quien indica la entrada y acompaña hasta la puerta del entresuelo (que era la planta noble en aquel momento) de este bello inmueble del arquitecto ManuelSayrach. La Dama nació como clubsocial casi secreto en 1984. Desde hace ya unos años se abrió a todo el público convirtiéndose en uno de los comedores más elegantes y deseados de esta parte del Eixample.
Restaurante La Dama: ayer y hoy
No cuesta inspirarse e imaginar estos bellos muros de papel pintado en un verde tropical, acogiendo a lo más granado de la clase burguesa de finales del siglo XX. Redecorado hace unos años, el comedor principal mantiene su aire regio con espejos, terciopelos y tapices, aunque con una puesta a punto más que notable en colores y acabados mucho más luminosos. La discreta reputación de este sitio lo forjó como punto de encuentro único para barceloneses influyentes y extranjeros necesitados de conocer el vibe de la ciudad. Con motivo de las Olimpiadas de 1992 FrankBenavent, uno de sus entonces propietarios, presumía de haber sentado en sus mesas a todas las casas reales que visitaron la ciudad con motivo de los Juegos. Después de un breve cierre, en 2015, JoseMaríaParrado y JordiEspuch reabrieron el negocio para después pasar a manos de MarianaIsaza, responsable de la cocina, y el artista plástico PeterCauro en 2017. Actualmente, es propiedad del empresario YasinSaleh, con tradición en hostelería en locales en Londres y Estados Unidos. En este sentido, todos sus propietarios han buscado que el restaurante siga siendo un escenario singular susceptible de figurar en todas las agendas.
La Casa Sayrach, un edificio modernista singular
La particularidad de la Casa Sayrach radicaba en el desnivel de la antigua Avenida Argüelles (actual avenida Diagonal, 423-425) y la calle Universidad (actual Enrique Granados). En los cuatro comedores de la planta noble -Sayrach, Salón Modernista, Salón Oriental y Salón Privé- entra la luz por los ventanales de arco en medio punto y por miradores redondeados que, desde el entresuelo y hasta el tejado ondulado, adornan la esquina del edificio. Fue ManuelSayrachi Carreras, hijo del propietario del edificio, MiguelSayrachCalabaza, quien resolvió el problema diseñando el edificio aunque en aquel momento no tenía aún el título de arquitecto por lo que fue Gabriel Borrell iCardona quien firmó el proyecto.
El romanticismo de un edificio tan particular coexiste en mesa con eso tan cosmopolita ya de servir un steaktartar. En sus 40 años de historia la carta del restaurante ha virado de aquella primera cocina catalana y francesa tan clásica que dominaba en los inicios el chef JosepBullich, a una amalgama de platos que, si bien, se encuentran en casi todos los restaurantes, aquí brillan en producto. Ya no sirven aquel suquet de bogavante con castañas, sino unos espaguetis con bogavante y guindilla (picantes). Otras especialidades italianas como la burrata de Puglia con tomates de temporada también se han abierto paso en carta. La caza y el ciervo también han dejado sitio para el carpaccio de vieiras. Los canelones con setas y salsa de trufa al tartar de atún Bluefin. Entre los principales se mantienen platos de corte clásico como el lenguado a la meunière (42 euros), el coquelet de pollo marinado con tomillo y ajo (26 euros) y un espectacular Wellington de Magret de pato con trufa fresca y setas para dos (32 euros).
Los nostálgicos del lugar (y que recuerden aquel buffet abarrotado de botellas abiertas de diferente tamaño) encontrarán en la carta de vinos y champagnes un motivo de recuerdo. Bien surtida como siempre y con referencias de casi todos los continentes, se agradecen vinos a copas bien escogidos. En los postres se mantiene su extraordinaria tarta tatin con crema de vainilla artesana y se ha retirado el surtido de quesos.
Cocteleria en una barra Art nouveau
La mejor forma de acabar (o empezar) la comida es con un coctel en su barra; un bar íntimo de inspiración art nouveau que aprovecha la singularidad del salón para recibir al comensal bajo una original puerta ornamentada. Influencias clásicas (no faltan tragos clásicos como el OldFashioned, el KirRoyale o el DisaronnoSour) con sutiles interpretaciones contemporáneas que complementan a la perfección el eclecticismo y la sofisticación del restaurante.
Un revivido prestigio bajo su nueva dirección que busca fusionar los fundamentos atemporales del mejor servicio en un restaurante de esta categoría con las nuevas apetencias culinarias de las nuevas generaciones. Eso tan manido y tan cierto en ocasiones de cambiar para que todo siga igual.
Restaurante La Dama
Av. Diagonal, 423, 08036 Barcelona
932 09 63 28
Precio medio: 50 euros