Los fans del televisivo doctor House relacionan el personaje con todo tipo de objetos y elementos. Su bastón, las zapatillas deportivas, la vicodina y el suyo busca. Una de las escenas más recurrentes de la popular serie situaba el médico enfrentado a una conversación moralizando con su amigo Wilson. En el punto más álgido de la bronca, House paraba la palabrería de su compañero con una cara de sorpresa y una sonrisa nada disimulada para advertir que había recibido un mensaje al suyo busca. Ya fuera un aviso por el estado de un paciente terminal o la simple llegada de su último juguete al despacho, la conversación quedaba interrumpida. En la vida real, aquel sistema de mensajería era lo más extendido a los hospitales –con un uso más responsable que el del doctor House-, pero también a la sociedad. Lo busca, o beeper , pager, buscapersones, mensàfon,...es el homo-antecesor del actual Whatsapp.
El inventor del busca tiene nombres y apellidos: Alfred J. Gross. Este ingeniero en telecomunicaciones canadiense es considerado uno de los precursores de la tecnología móvil gracias al desarrollo de varios dispositivos sin cables, empezando por una versión del walkie-talkie hasta la creación de cero del que bautizó como Telephone Pager.
Creado el 1949, Gross se inspiró en los sistemas de radio de emisión y recepción de su walkie-talkie para crear uno sólo de recepción capaz de recibir mensajes cortos en forma de texto. El invento permitía tener un dispositivo móvil en el cual recibir todo tipo de comunicaciones. Dedo de otro modo, estar siempre localizable en caso de emergencias. Y esto despertó rápidamente la atención del sector sanitario.
Sólo un año después de crear la patente, el Hospital Judío de Nueva York pidió su implantación, pensada sobre todo para los médicos que estaban de guardia. A cambio de una tarifa de 12 dólares al mes, el hospital recibió diferentes dispositivos con capacidad para recibir mensajes enviados desde un radio de 40 kilómetros de distancia.
El 1956, el servicio cruzaba el Atlántico para entrar en funcionamiento a los servicios de urgencias del Hospital de Saint Thomas de Londres. Hasta el 1958, la producción del aparato dependía de la voluntad de las empresas que querían hacer uso de la patente a pequeña escala, para entornos profesionales. No fue hasta aquel año que la Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos aprobó el uso público del aparato. Conscientes de su potencial, la multinacional Motorola tardó pocos meses a empezar a investigar sobre su uso y el 1974 presentó el Pagerboy Y, el primero busca de éxito masivo.
El primero busca que llegó a los consumidores es el Pagerboy Y, de la firma Motorola, allá por el 1974
Si hasta entonces el aparato había sido un elemento esencial en el ámbito médico, ahora era un complemento tecnológico también para abogados, directivos y, en definitiva, cualquier persona con cierto estatus social. Después de todo, tener uno busca suponía ser una persona imprescindible que tenía que estar siempre localizable.
Los buscas vivieron su época dorada en inicios de los años 90, justo en el momento embrionario de la telefonía móvil. Para los que disponían de uno, resultaba un complemento necesario por aquel aparato que sólo permitía recibir llamadas de voz y, por la mayoría que todavía dependían de un teléfono fijo, era una manera de recibir mensajes fueras donde fueras.
El 1994 había 61 millones de buscas en uso. Un momento dorado que acabó poco después, cuando los teléfonos móviles permitieron el envío de SMS. En la actualidad, hay seis millones de beepers activos en el mundo. Quién utiliza estos aparatos en la era del Whatsapp? La respuesta vuelve a estar en los hospitales. Ya sea por tradición, por su bajo coste o por la conveniencia de utilizar de un aparato minúsculo independiente del móvil, la realidad es que varios estudios señalan que, en los grandes centros hospitalarios norteamericanos, el 25% de los trabajadores continúan utilizando el suyo busca. El doctor House todavía hoy tendría un aliado para liberarse de las lecciones de su colega.
Lo busca se apaga en el Japón
Sin embargo, lo busca dejará de prestar servicio en el Japón en septiembre del año que viene, después de más cinco décadas de servicio. Tokyo Telemessage, el único proveedor que quedaba en el Japón para este widget, ha anunciado que dejará de dar servicio el septiembre de 2019. Alrededor de1.500 personas siguen subscritas en Tokyo Telemessage. En su mayoría son trabajadores de hospitales que los usan porque no emiten olas electromagnéticas, y personas grandes que no quisieron abandonar esta tecnología en favor de los móviles.
El presidente de Tokyo Telemessage, Hidetoshi Seino, anunció que el 2019 se lanzará un nuevo servicio de radio que usará las frecuencias utilizadas por los beepers. Un canal que proveerá en los gobiernos locales de la información necesaria para ayudar a gestionar las operaciones de socorros en casos de desastre.
El servicio de busca empezó en Tokyo el 1968 extendiéndose por todo el país y consiguiendo una gran popularidad entre los jóvenes de Japón, los cuales crearon una gran cantidad de combinaciones numéricas para intercambiarse mensajes. Por ejemplo, usaban el 0840, que en japonés se puede pronunciar como ohayo (buenos días). De este modo, el número de subscriptores en 1996 superó los 10 millones, momento en qué consiguió su cumbre. Sin embargo, a partir de 1990 los teléfonos móviles y los SMS reemplazaron estos productos. Hace 20 años, además, que estos dispositivos dejaron de fabricarse.