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Desde Londres: El catalán, lengua vehicular de los negocios

Desde Londres: El catalán, lengua vehicular de los negocios

    En Catalunya, el catalán está profundamente ligado a una cultura del emprendimiento, la innovación y la calidad | iStock
    En Catalunya, el catalán está profundamente ligado a una cultura del emprendimiento, la innovación y la calidad | iStock
    Xavier Solano | VIA Empresa
    Politólogo
    22 de Junio de 2025

    Este artículo no trata de política, sino de lenguas. En concreto, explora cómo una lengua minorizada puede convertirse en un vehículo eficaz en una economía. Para ilustrarlo, utilizaré un ejemplo real: el renacimiento del hebreo.

     

    El hebreo era una lengua prácticamente muerta, sin hablantes nativos hace no mucho tiempo. Hoy, sin embargo, se ha transformado en una lengua viva, moderna y plenamente funcional en una sociedad altamente innovadora. Es un ejemplo claro de cómo una lengua puede convertirse en la piedra angular del éxito empresarial de una economía próspera como la de Israel. Un caso único en el mundo que debería servirnos de ejemplo para el catalán y su papel en nuestra economía.

    La Startup Nation y la cohesión lingüística

    Durante los últimos siglos, la lengua hebrea las ha visto de todos los colores. Ha pasado de ser una lengua durmiente, sólo presente en ámbitos litúrgicos y culturales, a una lengua moderna, viva y próspera. Ha protagonizado una resurrección y modernización sin precedentes en la historia lingüística. Esta hazaña no sólo ha revitalizado una cultura milenaria, sino que se ha convertido en un pilar fundamental para la sorprendente prosperidad económica de Israel.

     

    El éxito económico de Israel, a menudo conocido como la Startup Nation, tiene raíces profundas en la decisión de hacer del hebreo su lengua vehicular. Con oleadas masivas de inmigrantes que hablaban docenas de lenguas diferentes, el hebreo proporcionó una comunicación unificada esencial para el mercado laboral y la innovación. La lengua hebrea permitió una colaboración fluida entre ingenieros, científicos y emprendedores, creando una masa crítica de talento capaz de comunicarse eficientemente, compartir conocimiento e innovar a un ritmo vertiginoso. Esta cohesión lingüística minimizó los "costes de transacción" internos, facilitando la formación profesional e impulsando la productividad. La lengua propia, por tanto, no era un lujo cultural, sino una infraestructura económica vital.

    El éxito económico de Israel, a menudo conocido como la Startup Nation, tiene raíces profundas en la decisión de hacer del hebreo su lengua vehicular

    El hebreo es, sin duda alguna, un espejo donde el catalán debería reflejarse. Nos demuestra que la vitalidad y el uso de una lengua no son una cuestión exclusiva de identidad cultural, sino una inversión estratégica con beneficios económicos y empresariales claros que hay que saber explotar.

    El catalán: la lengua vehicular ideal para Cataluña

    En Catalunya, donde el bilingüismo es una realidad indiscutible, el catalán emerge como la lengua mejor posicionada para ser nuestro factor de cohesión y prosperidad. ¿Por qué? Los datos de la Encuesta de Usos Lingüísticos de la Población (EULP) de la Generalitat de Catalunya son ilustrativos: la gran mayoría de castellanohablantes en Catalunya entienden perfectamente el catalán y, a pesar de no usarlo habitualmente, lo aceptan como lengua del espacio público, la administración, la educación y el comercio.

    La gran mayoría de castellanohablantes en Catalunya entienden perfectamente el catalán y, a pesar de no usarlo habitualmente

    A este hecho hay que añadir un dato importante que demasiado a menudo pasa desapercibido: el aumento constante de quejas ciudadanas por no ser atendidos en catalán. Informes de organismos relevantes registran un volumen creciente de denuncias. La Generalitat y Plataforma per la Llengua gestionaron conjuntamente casi 5.000 quejas en 2023, y en el caso de Plataforma per la Llengua, las quejas lingüísticas han aumentado casi un 500% en los últimos ocho años (desde 2016). Estas quejas, que abarcan desde la hostelería y la restauración hasta los servicios sanitarios y la atención oral, evidencian que una parte importante de la ciudadanía no sólo quiere, sino que demanda activamente el uso del catalán.

    Por lo tanto, la elevada comprensión del catalán, la baja tasa de rechazo y la numerosa demanda activa de consumidores de su uso hacen del catalán la lengua con más potencial para garantizar una comunicación efectiva y fluida para todos, minimizando fricciones y fomentando un ambiente de respeto e inclusión. Promover el catalán como lengua de interacción principal no sólo respeta nuestro patrimonio cultural, sino que actúa como un factor cohesionador que beneficia directamente el tejido económico y social de Cataluña.

    Las multinacionales apuestan por el catalán porque ven un retorno

    Que el catalán es una apuesta económica no es una simple teoría, sino una realidad que las grandes multinacionales con una visión estratégica global ya han detectado. Reconocen el valor del mercado catalanohablante y la importancia de operar en la lengua local. Esta no es una decisión meramente altruista, sino una evaluación de mercado que demuestra que el catalán es rentable.

    Plataformas como Netflix, Disney+, Amazon Prime Video o HBO Max ofrecen contenido en catalán, ya sea con audio o subtítulos. Gigantes tecnológicos como Google, Apple y Microsoft tienen versiones en catalán de sus sistemas operativos y aplicaciones, así como el asistente de voz de Google. Empresas de videojuegos, redes sociales y plataformas de comercio electrónico se esfuerzan por integrar el catalán en sus interfaces y servicios. Estas multinacionales no se arriesgan: si invierten en catalán es porque ven un retorno claro en términos de fidelización de clientes, acceso a un mercado significativo y mejora de su imagen de marca en un territorio con una fuerte identidad lingüística.

    El futuro del catalán, una inversión estratégica

    Las lenguas son mucho más que meras herramientas de comunicación; son depositarias de valores, formas de pensar y maneras de hacer que impregnan la cultura empresarial. En el caso catalán, la lengua está profundamente ligada a una cultura de la emprendeduría, la innovación y la calidad. La historia económica de Catalunya, marcada por el esfuerzo, la resiliencia y la búsqueda de la excelencia en sectores tradicionales y modernos, se ve reflejada en la forma en que se construye y se utiliza el catalán en el ámbito profesional.

    Adoptar el catalán como lengua vehicular en la empresa no es sólo una cuestión de proximidad con el cliente o de cumplimiento normativo. Va más allá: puede proyectar y reforzar una cultura corporativa que valora la iniciativa, la adaptación y el trabajo bien hecho. Esta conexión entre lengua y valores empresariales añade una capa de profundidad y autenticidad a la marca Catalunya, un activo intangible pero potente en los mercados internacionales.

    La lección del hebreo es clara: la lengua no es sólo un vehículo de comunicación, sino un activo estratégico

    La lección del hebreo es clara: la lengua no es sólo un vehículo de comunicación, sino un activo estratégico. Para el catalán, el reto es transformar su amplia comprensión en un uso cotidiano y generalizado, desde los hogares hasta los espacios profesionales y digitales. Esta inmersión total, unida a la voluntad política y al esfuerzo colectivo, no sólo blindará su futuro, sino que se convertirá en un motor de la prosperidad económica y la cohesión social en Catalunya. Es una inversión en capital humano, en identidad y, en última instancia, en el potencial de crecimiento de nuestra economía.

    Una curiosidad histórica: la aportación capital de un tortosino a la lengua hebrea

    Como último apunte, una curiosidad que ilustra nuestra relación milenaria con el hebreo. Hace pocos días, el prestigioso diario británico The Guardian se hizo eco de un hito importante: la Universidad de Cambridge nombraba, por primera vez en casi 500 años, a un profesor de hebreo judío. A finales de este año, el profesor Aaron Koller se convertirá en el primer ocupante judío del cargo desde la fundación de la cátedra por el rey Enrique VIII en 1540. Esperamos que el profesor Koller continúe el legado de figuras capitales como la de un ebrense, el tortosino Menahem ben Saruq, quien en el siglo X ya fue el primer codificador del hebreo con su Mahberet, el primer diccionario conocido de la lengua, y la creación de las siete conjugaciones verbales que aún hoy aprenden los estudiantes de hebreo.