Míchel: "El éxito del Girona FC se debe a que los jugadores han hecho suya una metodología ganadora"

La filosofía de trabajo del Girona FC, protagonista de la jornada de liderazgo en entorno deportivo y empresarial de Marlex

Míchel, durante la charla celebrada en el Hotel Augusta Vallès de Granollers | Cedida Míchel, durante la charla celebrada en el Hotel Augusta Vallès de Granollers | Cedida

"Para llegar al éxito, hay que visualizar sólo donde puede intervenir uno mismo, porque siempre hay muchas incertidumbres. Pasa en la empresa, pero más en el fútbol. Un gol a los tres minutos de juego puede romper un plan de partido de una semana". Si hablamos de referentes, ahora mismo es muy difícil encontrar uno más popular en la ciudad de Girona que Miguel Ángel Sánchez Muñoz "Míchel". Se trata de uno de los entrenadores más admirados en el panorama futbolístico europeo, no sólo por la propuesta de su equipo, el Girona FC, sino por la forma de inspirar a sus futbolistas. Por eso, pocos mejores que él para conducir una conferencia sobre el liderazgo aplicado al entorno deportivo y empresarial en la jornada que ha celebrado Marlex en Granollers.

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La firma de servicios de recursos humanos ha invitado al técnico del Girona FC, actual tercero en LaLiga y recientemente clasificado para competiciones europeas por primera vez en su historia. El preparador ha compartido sus reflexiones y experiencias sobre el liderazgo aplicado en el mundo del fútbol profesional, un sector donde el ego está presente cada día entre deportistas millonarios. "Cuando empecé con 20 años en el Rayo Vallecano, sufrí muchísimo las tres primeras temporadas. Siempre me habían halagado de pequeño en el barrio, pero en el fútbol profesional no jugaba. Yo culpaba a todo el mundo menos a mí y tenía malos hábitos", explica Míchel.

El entrenador del Girona FC trabaja con psicólogo deportivo desde los 23 años, practica el mindfulness y tiene una persona que le ayuda a gestionar cómo se siente

Hasta que decidió ponerse en manos de profesionales. Pasar por el psicólogo deportivo, hecho poco habitual en el fútbol de los años noventa, recondujo su carrera y sentó las bases de la mentalidad que hoy ha llevado al Girona a Europa. "El fútbol es una montaña rusa. He tenido ansiedad y bajones, pero ahora tengo mucho más interiorizado que mi trabajo no depende del resultado del fin de semana, aunque los demás digan que sí. Hasta que no lo he entendido, no me he mantenido estable", admite el técnico. De hecho, ahora ya como entrenador reconoce que practica el mindfulness, una técnica de meditación para controlar la mente a partir de la plena conciencia, y que tiene siempre a su lado a una persona que le ayuda a transmitir cómo se siente y gestionar los momentos más complicados.

Los cimientos del buen líder

Como líder, Míchel destaca que no le gusta la palabra grupo, ya que implica homogeneidad. Prefiere equipo, dado que en los vestuarios siempre hay de todo. "Hay tres pilares muy importantes a la hora de liderar", avanza. "El primero es conocer el entorno. Yo me encontré un vestuario muy joven y desde entonces he vivido muchas experiencias con ellos. Para mí es muy fácil saber cómo piensan", asegura el preparador. El segundo fundamento de Michel es "la capacidad de hacer mejor a sus futbolistas", algo que basa plenamente en la comunicación. "Es imposible que pueda liderar si no entiendo yo mismo lo que les estoy diciendo", comenta. El tercer punto está íntimamente relacionado con los otros dos, y se trata del desarrollo profesional. "Para que todos ellos puedan ser su mejor versión, debo tratarles desde la empatía, la ayuda y el respeto", apunta Michel.

Míchel, entrenador del Girona FC, en roda de premsa | Girona FC
Míchel, entrenador del Girona FC, en rueda de prensa | Girona FC

Aun así, el entrenador del Girona reconoce que hay momentos difíciles. "Cuando entrenaba en segunda división, un jugador me llamó payaso y me tiró la camiseta. Yo le di otra oportunidad porque creía en él, tenía un entorno difícil que le alimentaba un ego muy grande", confiesa. Lo hizo a través de lo que llama la cultura deportiva, que implica compromiso con el club y con los compañeros a través del estilo de vida. "Él era incapaz de entender lo que le contaba tanto en privado como en público. En las distancias cortas era más cercano, pero en público se alejaba de mí. Yo le decía que a veces debía hacerlo públicamente para que el resto de compañeros lo entendiera, y que quería demostrarle que necesitaba picarle para que supiera por qué no jugaba", recuerda. Pero no hubo manera. Para el técnico, todo el mundo merece siempre una segunda oportunidad hasta que pierde a sus compañeros. "Una vez rompes la bolsa y sales fuera, es imposible que yo te vuelva a meter dentro. Primero porque fallas a tus compañeros, los traicionas y ellos ya no te quieren", argumenta Michel.

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Sin embargo, hoy por hoy esto no es un problema para el entrenador madrileño. De hecho, considera que tiene un vestuario "muy sano", y gracias a su unión han podido alcanzar un resultado histórico en LaLiga. "El éxito del Girona ha sido la capacidad de adaptación a una metodología que ya han hecho suya. Yo ya no tengo que hacer nada, ellos mismos se han convencido de que hay una forma de hacer las cosas que les lleva a conseguir resultados", asevera Míchel. El epítome de esta transformación es Christian Stuani, delantero uruguayo de 37 años que le pidió entrenar menos en su primera temporada y ahora es el jugador que mejor trabaja de la actual plantilla, según el técnico.

Saber gestionar el grupo humano, clave del éxito

Pese a todo, sólo pueden entrar once jugadores en la alineación titular, y gestionar quién juega y quién no lo hace es una tarea titánica para un entrenador. Por eso, Míchel asegura que la clave es estar más cerca de los suplentes que de los titulares durante el día a día. Un caso es el de Arnau Martínez. El lateral catalán era prácticamente indiscutible la pasada temporada, pero este curso ha jugado menos a raíz de los fichajes de Eric García y Daley Blind. "¿Qué le puedo decir yo a Arnau? Primero, que el rendimiento del equipo es mejor que el del año pasado. Me puedo estar equivocando, pero tengo que tomar estas decisiones. Segundo, estar con él en el día a día y poner en valor su trabajo ante todo el equipo", reflexiona el técnico.

Casos como el de Arnau Martínez, que está jugando menos, pueden servir como símil con la clásica situación que afronta un empresario cuando un trabajador pide un aumento salarial

Sin embargo, a veces las explicaciones en las empresas o en el fútbol de élite no son suficientes. El trabajador, o el jugador, tiene su propia opinión y no es tan fácil moverle de ahí. "Arnau piensa que la gente se ha olvidado de él, pero no es así. A mí me llaman entrenadores constantemente. Julen Lopetegui, por ejemplo, me puede llamar para preguntarme de dónde sacamos a Artem Dovbyk. Si Arnau trabaja bien, cuando me pregunten por él, la opinión será buena. Su trabajo no cae en saco roto, y yo se lo intento hacer ver", argumenta. Para el técnico, casos como este sirven como símil con la clásica situación que afronta un empresario cuando un trabajador pide un aumento de sueldo.

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