¿Ir al dentista es caro?

España es uno de los pocos países de la UE sin cobertura pública dental e incluir este servicio en el SNS supondría el 10% del gasto en sanidad

Ir al dentista es caro? | iStock Ir al dentista es caro? | iStock

El Sistema Nacional de Salud no incluye el dentista. Este agujero es la gran caries del sistema. España es uno de los pocos países de la UE sin cobertura pública dental. El PSOE y otros partidos prometen extender la protección con distintas propuestas. Pero esto supondría el 10% del gasto en sanidad. Ir al dentista es sinónimo de rascarse el bolsillo. ¿Es caro ir al dentista?

La cartera de servicios comunes del Ministerio de Sanidad contempla únicamente "el tratamiento de procesos agudos odontológicos". Esto es, los procesos infecciosos en la boca, los traumatismos en la dentadura o extracciones de piezas enfermas. Sacar un diente o curar un flemón. Se excluyen explícitamente los implantes, las extracciones de dientes sanos y las ortodoncias, además de los tratamientos estéticos.

Así que la atención que el Sistema Nacional de Salud ofrece a los dientes en España es "parcial y desigual", según analiza la Sociedad Española de Epidemiología y Salud Pública Oral (Sespo). "La enfermedad reconocida como más prevalente en el ser humano, la caries dental, no tiene amparo en el sistema público más que para los más jóvenes y sólo parcialmente", añaden.

Junto a Rumanía y Turquía, España tiene la peor salud bucodental de Europa. El 21% de los españoles no visita el dentista por motivos económicos, según el Consejo de Dentistas

La odontología siempre se ha considerado un lujo en España. De hecho, el 96% de las prestaciones las paga el ciudadano de su bolsillo. Y cabe destacar que junto a Rumanía y Turquía, España tiene la peor salud bucodental de Europa. Si se quiere una boca sana y bonita, toca pagar, pero el 21% de los españoles no visita el dentista por motivos económicos, según el Consejo de Dentistas. A pesar de esto, España es el país de Europa con más implantes bucodentales, pero también el que va menos al dentista de manera preventiva.

En España hay un dentista por cada 1.300 habitantes, cuando la OMS establece que la ratio sea de uno por cada 3.500 ciudadanos. Sólo la mitad de los españoles (el 46% en 2017) van anualmente, tal y como recomiendan los especialistas. Algo que también tiene que ver con el dinero. Los más ricos van más, el 60% lo hace, frente al 35% de los más pobres, revela la Encuesta de Condiciones de Vida del INE. El dentista supone una carga económica pesada para uno de cada cuatro hogares, y se agrava entre los que tienen menos renta: para casi un tercio de los pobres (28,9%) el gasto en dentista es poco asumible.

Lo barato sale caro

A pesar de que las clínicas low cost han irrumpido en el panorama español, también es cierto que su modelo de negocio se ha visto manchado y en tela de juicio por escándalos diversos.

El cierre de las clínicas Funnydent, iDental y la detención de la cúpula de Vitaldent hace unos años por presunto fraude fiscal, pusieron el foco en un sector teóricamente sanitario. En esa parcela se ha ido desarrollando un negocio a base de franquicias que ha aprovechado el hueco abierto por las débiles prestaciones públicas. Casi una veintena de cadenas de este tipo operan en España.

Facua-Consumidores en Acción denunció en un estudio que las clínicas dentales españolas tienen diferencias considerables en el precio de sus tratamientos odontológicos que, en algunos casos, pueden variar hasta un 1.036% y presentar diferencias de hasta 200-300 euros por la misma intervención.

La organización ha analizado las operaciones más comunes y demuestra que los pacientes pueden pagar hasta once veces más por el mismo servicio en función de cuál sea el establecimiento elegido, con diferencias de hasta 228 euros en el caso de una extracción dental.

Mientras que las más económicas cobran 22 euros por una extracción sencilla, 24 por un empaste simple, 12 por una limpieza dental y 100 por una endodoncia monorraticular con reconstrucción básica; hay centros que pueden llegar a facturar hasta 250, 147, 110 y 480 euros respectivamente por los mismos tratamientos.

Barcelona, la más cara

De los 147 centros que facilitaron el importe de sus extracciones, la clínica con el precio más elevado se localizó en Barcelona, pidiendo 250 euros por esta intervención. Pero también en la capital catalana, además de en Zaragoza, es donde se encuentran los dos establecimientos con el coste más económico, sólo 22 euros.

En cuanto al precio medio por ciudades, el más elevado se calcula en Barcelona, con 72,20 euros, y el más económico en Badajoz, con 31,60 euros, siendo la diferencia de un 128%.

Para la limpieza dental, la tarifa estándar que han observado es de 49,80 euros por sesión, según los datos obtenidos en el estudio, pero la clínica más cara llega a cobrar por este servicio 110 euros en Valladolid, mientras que un centro de Sevilla la hace por tan sólo 12 euros, una diferencia del 817%.

Es caro porque vamos poco

La razón de estos precios no es otra que los costes de la tecnología empleada. Los sofisticados materiales y la infraestructura de las clínicas dentales son muy caras de adquirir y mantener. Por ejemplo, un sillón de dentista cuesta de media 30.000 euros. A ello hay que añadir la mano de obra y otras variables que encarecen las consultas, como los materiales utilizados (las fresas, el material esterilizable, el material desechable, etc.), así como el mantenimiento de todos los sillones y de todos los materiales.

También debemos tener en cuenta que un buen profesional no hace dientes en serie, ni debe atender a todos los pacientes del mismo modo, sino que adecua cada trabajo a cada paciente en concreto, dedica el tiempo que requiere cada uno de ellos y se está formando continuamente.

Extender la cobertura del SNS e incluir el dentista costaría unos 7.000 millones de euros

Este factor, en un país donde el ciudadano está acostumbrado a que la sanidad sea gratuita (debido a la amplia cobertura que ofrece el sistema público) es determinante a la hora de contribuir al descuido de las citas con el dentista y a la percepción de que hay que pagar mucho por los tratamientos.

Según los expertos los precios bajarían si todos pasáramos habitualmente revisiones periódicas, pues se evitarían muchas intervenciones costosas. Al tener la percepción de que el precio es elevado, muchas personas retrasan sus visitas periódicas al dentista, lo que origina problemas bucodentales más graves y, en consecuencia, más costosos, en un círculo vicioso en el que, en vez de ahorrar, se gasta más dinero al final.

¿Entrará en el SNS?

En las últimas elecciones generales, todos los partidos políticos llevaban en sus respectivos programas electorales mención a incluir en el sistema público el servicio de dentista. Ante tal propuesta, el Consejo General de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos de España, avisa de que para incluir la salud bucodental en la cartera de Servicios del Sistema Nacional de Salud es necesario que primero se haga un estudio normativo, económico y de recursos.

"La experiencia y la lógica nos lleva a concluir, que algunas de esas promesas no serán factibles al no ir acompañadas de un adecuado estudio normativo, económico y de recursos, quedando, tan solo, como declaraciones de intención utópicas para intentar convencer de que su programa es más positivo y adecuado que el de los demás partidos políticos, con la consiguiente mejora en el estado de bienestar de los ciudadanos", dicen.

Se refieren a los requerimientos económicos, de medicamentos, productos sanitarios y que debe tenerse en cuenta la demografía, los recursos humanos, las infraestructuras actuales, la demanda de los tratamientos y el gasto que todo esto comportará. ¿Cuánto costaría extender la cobertura? Unos 7.000 millones de euros, alrededor del 10% del gasto público en salud, apuntan los expertos.

Més informació
OdontoGlass, las ojeras contra la ansiedad que genera el dentista
Hoy Destacamos
Lo más leido