Las terrazas y el mar son la combinación perfecta en verano. También, un buen arroz, pescado o carne a la brasa y el sol incandescente. El restaurante Punta Roca (Port Ginesta) tiene todos estos ingredientes estivales y por eso este chiringuito que el grupo Tibu-Ron estrenó la temporada pasada se ha convertido en uno de los sitios de moda en esta parte del litoral catalán. Linda con el impresionante macizo del Garraf y el final de la playa de Castelldefels y está a tan solo 40 minutos en coche desde Barcelona en Cala Ginesta. ¿Qué más se puede pedir?
Un billete a Bali sin moverse de Barcelona
Una tarima de madera recorta unas dunas y recorre un tramo de Port Ginesta dando paso a una playa casi escondida al final del puerto deportivo. Es una zona conocida como Les Botigues de Sitges porque justo aquí hace ya muchos años se ubicaban las casetas donde los antiguos pescadores guardaban sus enseres de pesca. Pronto se ve un chiringuito a la derecha frente a unas hamacas, a solo unos metros del agua.
El restaurante Punta Roca anuncia que este es un lugar erigido para relajarse al margen del asfalto
El restaurante Punta Roca anuncia, con su decoración balinesa, que este es un lugar erigido para el relax al margen del asfalto. El equipo tras el proyecto viajó hasta el sudeste asiático -en concreto hasta Indonesia- para inspirarse en este tipo de merenderos tan populares y recrear (con todas las similitudes, pero también distancias) el chiringuito playero informal en su justa medida. De hecho (nos cuentan), buena parte del mobiliario se ha traído directamente desde allí. Si no fuera por el encuadre, uno dudaría sobre si la foto la hemos hecho en Catalunya.
“Como Bali, las calas de baleares son idílicas y casi únicas. Casi, porque con Punta Roca demostramos que la costa del Baix Llobregat también es espectacular” cuenta Juan Manuel Lema, uno de los socios propietarios de la compañía, muy orgulloso con el proyecto. Con esta apertura el grupo de restauración reafirma su posición de referente en establecimientos de playa y en primera línea de mar en la costa de Castelldefels, donde ya ostenta restaurantes de éxito: Tibu-Ron Beach Club, chiringuito Tibu-Ron, Marae o Solraig, entre otros.
Un paraíso a 40 minutos de Barcelona, sin coger el avión
Las mesas están desnudas, pero la vajilla es de diseño. La arena que se cuela en la tarima, pero las copas de firma para los vinos están dispuestas. Un lujo mesurado que ha subido el nivel de su carta vínica (el único punto que fallaba el año pasado). Encontramos referencias internacionales (Chablis franceses, sauvignon blanc de Nueva Zelanda y, en lo local, referencias de las Baleares, catalanas y clásicos de la estepa). Se suman a la ya completa carta coctelera y sangrías que hace de su horario ininterrumpido (hasta la 1 de la mañana) su razón de ser.
En carta se divide en entrantes -a destacar, el elegante pimiento asado al carbón con sardina ahumada, piparra y tomatitos de temporada o los mejillones thai con leche de coco, hoja de lima kefir, chili y eneldo-, un apartado de fríos -con carpaccios y tiraditos-, otro, de platos a la brasa, arroces y carnes o pescados. Es aquí donde el restaurante luce con su propuesta, honesta y sin artificios. El arroz de gamba roja a la llauna es uno de los platos más demandados: “Es un plato que triunfó mucho la temporada pasada y que creemos que resume muy bien el espíritu de sitio”, nos comentan desde el restaurante. Aunque es el apartado de carnes y pescados -que se trabajan en la brasa abierta vista desde el comedor- el que llama poderosamente la atención. En concreto, una pieza de carne para compartir de considerable dimensión (quizás la más instagrameable): el tomahawk.
El 'tomahawk' es un corte de carne de la costilla alta, tan impresionante como el arma del que toma su nombre
El tomahawk es un corte de carne de la costilla alta, tan impresionante como el arma del que toma su nombre: el hacha guerrera utilizada por las tribus nativas americanas. Presentado con patatas, cogollos, pimientos del piquillo y con el hueso seccionado, la pieza cárnica es todo un reclamo visual que pasea entre meses despertando asombro y curiosidad.
Entre los postres, dejad espacio para una competente tarda de queso que, pese al calor, aguanta estoica la tirada desde cocina. Y acompañadla –¡por qué no! - con un representativo sex on the beach para honrar la localización. Indonesia nos queda un poco lejos, pero Port Ginesta está mucho más cerca. El verano era esto.
Restaurante Punta Roca
Dirección: Port Ginesta, 08860 Barcelona
Teléfono: 619 500 569
Precio medio: 40 euros