Sueños dentro de la mochila

Un libro de empresa, tres de economía, dos sobre la vida y un 'bonus track' para los amantes de las series

Libros de empresa para este verano | iStock Libros de empresa para este verano | iStock

Buenos días, parece que he pasado la prueba y voy por el segundo. Esta vez sí que hablaremos de libros de empresa. He elegido uno que me ha parecido diferente; una vez leído, pero, me ha parecido tan inútil como el 99 por ciento de los libros de empresa. Este se titula Sueña, Planea y Conquista. Qué meter en tú mochilla para el viaje de la vida, de Jon Segovia.

Un apunte previo a partir de un artículo de la señora Romans en este mismo diario cuando habla del libro de Erich Fromm sobre el amor: "aquello era pura basura y que todas las ideas que Fromm expresaba en su disertación no eran, nada más y nada menos, que todo aquello que no me gustaba del amor: los roles especialmente estereotipados, la capacidad de parir como un hecho casi divino en la mujer, la importancia del amor por el orden social..."

Es la misma definición que haría de los libros "de empresa". Vamos al loro.

Lo primero que me sorprende es el prólogo que le han escrito a un señor que tiene este cargo: Senior Executive Vice President Banco Santander. CEO Santander Consumer Financer. Y este señor dice que este es un libro de "citas interesantes, y me he apuntado muchas". Vamos bien; otro que se apunta a los libros de citas "inteligentes" y las suelta a diestro y siniestro. Así van los bancos.

Dejemos de lado al señor del cargo. ¿Lo imaginan en una cena de antiguos compañeros de escuela recitando su cargo? Pues de estos, a puñados. Esto me lleva al pasado, en una comida donde coincidí con tres altos jóvenes ejecutivos de uno de los más importantes bancos mundiales, unos mackinseys de manual, que se pasaron la comida hablando de estrategias y de planes de acción. Por suerte tenía al lado un economista de cierta edad y le pregunté: "¿tú entiendes algo?; yo ni una pizca". No te preocupes, me dijo. Ellos tampoco lo entienden; son como loros que repiten lo que el dossier de McKinsey les ha hecho memorizar. No saben nada del medio ni del largo plazo. Ni de nada que se aparte del manual".

El banco protagonizó hace unos meses una caída sonada y poco a poco se fue descubriendo que muchas de las más sonadas caídas han sido tocadas por la varilla mágica de McKinsey. Y estos, de lecciones de cómo llevar una empresa tienen los cajones llenos. Y los bolsillos, está claro. Antes eran power points; ahora no sé qué deben de llevar a sus reuniones.

Vale, ya me he ido otra vez. Algo más de vino y vuelvo.

Este libro, que con el prólogo del señor del cargo ya lo hacía merecedor de la chimenea, tiene algunas cosas curiosas, que no quiere decir que sean buenas. Os las explico. reproduzco un párrafo:

“Ella se dedicaba en cuerpo y alma a los niños, había sacrificado su carrera profesional como enfermera en el Hospital de La Paz de Madrid por la de su marido, pero era feliz. A pesar de las tendencias, seguía opinando que una mujer puede sentirse realizada cuidando de los demás. Trabajadora y elegante como la que más, era además la artífice de que Carlos luciera esos trajes tan impolutos y, en gran medida, también de que su marido mantuviese un buen tipo”.

Si después de este párrafo nadie ha tirado el ordenador por la ventana, hay que aclarar que solo refleja un estereotipo que todavía es vigente, pero que en ningún momento del libro es criticado o justificado. Reposo del guerrero. Así de claro.

Seamos, pero, positivos porque el libro tiene tres cosas buenas y también las diré:

Una: Para obtener un buen resultado necesitamos tener la aptitud adecuada, y esta se potencia o no en función de la actitud y del miedo que tengamos. El miedo resta actitud, hasta el punto de poder ser superior, y multiplica negativamente la aptitud y nos da un resultado negativo. El señor del prólogo debe de estar entusiasmado con esto, pero soy de los convencidos que el miedo es el gran enemigo de los ejecutivos, de los empresarios y de todo el mundo. Y estos miedos, excesivamente ligados a resultados a veces imposibles de alcanzar, son el gran lastre de muchas empresas. Así que me lo apunto. Un poco enrevesada pero buena.

El miedo resta actitud, hasta el punto de poder ser superior, y multiplica negativamente la aptitud

Dos: El ordeno y mando no es el uso de la autoridad, sino del poder. ¿Queda claro?

Tres: El liderazgo, la autoridad formal, no lo da nadie, el líder se lo tiene que ganar: aptitud (habilidades técnicas) y actitud (habilidades blandas). Esta es la más importante de todas; es la que merece más reflexión y autocrítica. Y esto, la autocrítica, no la llevamos muy bien nadie.

¿Para estas tres conclusiones había que escribir un libro de un montón de páginas? Seamos positivos.

Y ahora que nos empezábamos a reconciliar con el libro, me salen con los, según ellos, diez hábitos para el bienestar. Como los amantes de las frases. Obviedades puras y duras:

1.- Dormir: ¿cómo pago la hipoteca?
2.- Meditar: ¿me doy de baja del seguro de salud?
3.- Hacer ejercicio: ¿podré pagar la cuota del club?
4.- Gratitud: todavía tengo trabajo.
5.- Puntos de referencia: los he perdido.
6.- Vivir el presente: si pienso en el mañana me tiro por el barranco.
7.- Gastar en experiencias: me gustaría poderlo hacer.
8.- Diferenciar rol y persona: ¿soy gilipollas o hago el gilipollas?
9.- Desconexión social: ¿voy retrasado en las cuotas de los Círculos?
10.- Actas de bondad: que prohíban estos libros, por el amor de Dios.

 

Si ustedes no tienen cabo de estas preocupaciones que he puesto en cursiva, les felicito; entonces practiquen los 10 hábitos para el bienestar. Faltaría alguno, bastante más gratificante, pero se ve que los hombres de negocios no pueden tener estas debilidades.

Y recomendaciones de cosas más divertidas:

Dos series espectaculares sobre el mundo de la economía y de los negocios. Creo que están en Filmin.

- El gran fondo, sobre el fondo de pensiones de Noruega.

- La ruta del dinero. El título lo dice todo.

Y tres libros sobre economía y dos sobre la vida:

- La gran telaraña, de Roger Vinton. Haría falta que alguien le dijera a este señor, o señora, que o lo pone al día o pronto será una pieza de museo.

- Los que mandan, de Miquel Macià y Pep Martí.

- El oasis catalán, de Pere Cullell y Andreu Farràs. Pronto también un incunable.

- En la carretera, de Jack Kerouac.

- Las paradojas de la amistad, de Manolo Milián Mestre.

Y un buen vino blanco bien fresco. Lo que queráis. No somos "marquistas".

La continuación seguro que os habla más de vinos blancos. Es una experta.


El epílogo de la directora

Hay personas a quienes les das la mano y te cogen el brazo. O quizás el brazo no lo cogen del todo, pero se acostumbran a la mano y ya no te la sueltan. Y este es el caso: como hice uno para su debut, el mayor de los Gallagher quiere un epílogo para cada uno de sus artículos. Lo haré. Pero encima me pide que hable, en este caso, de vinos blancos. Y esto no lo haré; a pesar de que no puedo negar que una copa de vino blanco de Món Perdut a medio acabar me acompaña también mientras escribo este epílogo.

No negaré tampoco que me ha generado sentimientos encontrados el decálogo del bienestar propuesto por Jon Segovia con las preguntas con las que contestaba el Gallagher. Es cierto que no podrás dormir si no sabes cómo pagarás la hipoteca, que será difícil (pero no imposible) tener gratitud, si no tienes ciertas necesidades básicas cubiertas como un trabajo... Y compro los 10 puntos que propone el autor del libro, ojo, planteados como una meta, una aspiración, pero creo que no podemos llenar esta mochila de sueños, si no hemos hecho un poco de espacio antes. Si no nos hemos vaciado. Si no hemos dejado atrás aquello que nos ha pesado y que nos ha provocado más de un malestar. Y con un poco de espacio, me cabe el presente, la gratitud, el buendormir, la meditación... Y me cabe también tiempo para pedirle al mayor de los Gallagher que no dinamite los libros de empresa que tenga en sus manos o que, para el siguiente artículo, no deje de dedicar una parte a analizar aquellas partes que considere positivas.

Sobre vaciar -o hacer limpieza mental- también hablaba la periodista Cristina Salvador en su debut en el diario, este viernes. Entre sus consejos para vivir el tiempo del Kairos, proponía uno parecido: aplicar la teoría de Marie Kondo a la esfera mental. La japonesa gurú del orden y creadora del método KonMari cree que tener menos cosas y ordenar favorece una vida saludable. Pues con la mente igual: "deshazte de todo aquello que ya no uses"; quizás son recuerdos, conversaciones pendientes, números que no cuadran, dudas ensordecedoras... Ojalá con una tarde intensa de abrir y dar la vuelta a los cajones fuera suficiente para deshacernos de toda esta faramalla.

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