Año nuevo chino, basta basura europea

La decisión del Gobierno del gigante asiático de prohibir las importaciones de residuos coge las empresas y países del mundo desprevenidos

Un vertedero de plaǹstic en la China | Flickr Un vertedero de plaǹstic en la China | Flickr

La China no quiere más basura ajena. Por eso este mes de enero entró en vigor la prohibición de importar residuos otros países. Y por el año nuevo chino las restricciones serán más firmes. Para analizar qué efectos tendrá en las empresas esta prohibición, Fomento del Trabajo ha organizado unas jornadas en que ha participado la directora general de la Federación Española de Recuperación y Reciclaje (HACER), Alicia García Franco.

Según las leyes internacionales, el modus operandi a la hora de exportar residuos en la China es preguntar en el país, por cada tipo de residuo, qué procedimiento se aplica. La China responde si su exportación "se prohíbe, si pide notificación y autorización por escrito, si pide un procedimiento de información general o si establece su propio procedimiento, como en el caso de los metales, el papel y el cartón, etc.". Últimamente, en la mayoría de casos la China ha respondido la última opción y en otras, la primera. Es decir, la China se ha puesto dura a la hora de importar basura de altri.

Según dice García, la China ya tenía estándares para la importación de residuos de los años 1996, 2005 y ahora las ha modificado por el 2018 con la ley Enviromental Protection and Control Standart of Solid Waste Imported as a Raw Materiales. "Ya tenían listados de residuos que están permitidos, prohibidos y con controles especiales", especifica. Una decisión que ha cogido las empresas del resto del mundo con los meados al vientre.

Vertedero de materias

Pero, por qué se realizan exportaciones en la China? La respuesta es básicamente porque en cierto momento el país necesita materias primeras, "a partir del 2005 es cuando más se nota su necesidad de consumir materias primeras, por el crecimiento económico del país", indica. Precisamente por la mayor producción de equipos electrónicos y de acero. Por su parte, en Europa le interesa por sus objetivos de reciclaje y valorización: "Se recogen y gestionan más residuos que nunca".

La poca capacidad y la crisis en Europa, con recortes de producción, ha hecho que no se consuma al Viejo continente todo el que se recicla. Además, la falta de iniciativas que fomenten el uso de los materiales procedentes del reciclaje y el desarrollo de las aplicaciones donde se puedan usar, ha incentivado la exportación de basura. Las anteriores regulaciones permitían un 1,5% de impurezas en los materiales importados, "que ya era muy poco".

García durant la seva ponència a Foment | Cedida
García durante su ponencia a Fomento | Cedida

Las exportaciones españolas en la China ascienden a 1.0500938,03 toneladas de residuos, sobre todo papel y cartón en un 78% y plásticos en un 13%. "No exportamos mucho, por ejemplo en cartón, no enviamos ni un 20% del total", afirma la portavoz. Hay que destacar, dice García, que "no hablamos de basura, sino de materias primeras tratadas" de las cuales hacer la separación aquí es más caro que allá, porque "la mano de obra es más trueque". Así, el que se envía al país asiático son "materias primeras o secundarias recicladas que alcanzan la industria manufacturera china, como por ejemplo siderurgias o papeleras ,etc.".

Un cierre anunciado

Qué ha pasado hasta llegar a la situación actual? Según recita la experta, los antecedentes ya apuntaban a un posible cierre de las exportaciones de estos materiales. El 1986, el Gobierno chino anuncia donde limita su dependencia de las importaciones de metales con el fin de proteger su producción de estos materiales. No es hasta el año 2013 que el Ejecutivo arranca la operación Green Fence "para garantizar la correcta aplicación de la legislación existente sobre importaciones de residuos por parte de las autoridades aduaneras en todos los principales puertos de entrada de la China", dice. "Pusieron controles en todas partes", recuerda.

El plan que abraza del año 2016 al 2050 se denomina la estrategia Beautiful China: "El objetivo es mejorar la protección ambiental de cara al 2050, dados los grandes problemas ambientales que tienen, abraza muchos ámbitos de actuación, como por ejemplo la gestión de residuos y pretende conseguir una infraestructura nacional de reciclaje más sólida".

Según explica la portavoz de HACER, "han obligado las ciudades más grandes de la China a hacer una ordenada recogida de residuos: antes pasaba como aquí antes de la Guerra, que había recogida de residuos de entes privados, pero no en todas partes ni de manera generalizada", afirma.

Así, el año pasado el Gobierno chino anuncia la estrategia National Sword 2017, una campaña para combatir el contrabando y se centró en residuos, productos agrícolas, recursos naturales, bienes sujetos a fiscalidad, drogas, armas y otras actividades ilegales de contrabando. En concreto y en cuanto a los residuos, se quería eliminar el traslado ilegal, cooperar estrechamente con los canales policiales internacionales y proyectar una posición implacable contra el traslado ilegal de residuos. Para lograr estos objetivos, el Ministerio de Medio ambiente chino crea 60 equipos de inspección que trabajaron durante el mes de julio para inspeccionar y revistar todas las empresas chinas que importan residuos y sus envíos.

Un mes más tarde, el 18 de julio, el Gobierno chino notifica a la Organización Mundial del Comercio (OMC) que dejará de aceptar ciertas importaciones de residuos a final de año, y también publicó los borradores de los nuevos estándares. "En un principio se comentó de pasar de impurezas del 1,5% al 0,3%, cosa que es muy poco, una barbaridad", afirma la experta. Así mismo se pasó a inspeccionar ciertas instalaciones como siderurgias, que pueden tener impacto en el medio ambiente, "y todo esto en poco de tiempo para hacer comentarios, sin traducción oficial al inglés del comunicado en chino, con toda la incertidumbre que comporta no saber a qué residuos afecta realmente", dice.

Esta situación cogió desprevenidos muchos países de Europa, u otros como el Canadá, los Estados Unidos o el Japón. A finales del año pasado, pues, el Gobierno chino aprueba los nuevos estándares de control de protección ambiental: "Entonces sube el porcentaje de impurezas mayoritariamente al 0,5%, al menos ya no era el 0,3%", explica. Y también anuncia prohibiciones para 24 tipo de residuos, pero que todavía hoy en día no se saben "si son nuevos o ya estaban prohibidos". Estos nuevos estándares entran en vigor el día 1 de marzo del 2018, "por el año nuevo chino", apunta García.

La experta dice que se ha publicado un listado de empresas ubicadas en la China que pueden importar ciertos productos y la cantidad límite que pueden importar en toneladas cada una de estas compañías: "Especifican cantidad total y por cada tipo de residuo, como madera, papel, hierro, metales, residuos de motores eléctricos, cables, envases, plásticos o vehículos", por ejemplo, y siempre con un grado de impureza específico. Según cree la portavoz, el Gobierno chino "dejará morir algunos mercados, algunas empresas chinas las dejarán morir porque son muy grandes o porque ya no los interesa importar ciertas materias".

A la vez, pero, denuncia que "dejaron muy poco tiempo" a las empresas del resto del mundo para adaptarse a los nuevos cambios. Y Europa, por el que nos afecta, se tendrá que amoldar a esta nueva realidad.

Desde la HACER se piden si todas estas acciones de la China tienen realmente más a ver con la protección del medio ambiente o están más relacionadas con el hecho que el crecimiento del país asiático ha bajado y ya no necesitan tantas materias primeras.

Qué pueden hacer las empresas?

"Es el momento de adaptarse", afirma. Según la HACER, sobre la nueva normativa, primero se tiene que aclarar y distinguir los residuos que son basura y las materias primeras secundarias o recicladas que se podrán aceptar. También es esencial que se especifique qué se podrán exportar en la China, porque "las materias primeras secundarias se tienen que poder seguir exportando". Además, cruzan, se tienen que ajustar los límites de materiales extraños (estériles) permitidos a la realidad de la industria que usa estas materias.

La portavoz también reivindica claridad sobre cómo se llevarán a cabo las inspecciones de estos límites de impurezas en las materias: "Se harán a los puertos chinos o en origen? Si se hacen en la China y no te lo aceptan, quien paga el transporte?", se pide.

Garcia reivindica un plazo más grande por la entrada en vigor de la nueva normativa. De todos modos, y mirando de puertas adentro, la experta cruz que "se tiene que fomentar el uso de materiales procedentes del reciclaje y apoyar al desarrollo de las aplicaciones donde se puedan usar en Europa", en una clara mirada hacia la economía circular.

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