Pablo Hernández de Cuerpo y Jordi Vado a la última charla del ciclo sobre Lehman Brothers | Cedida
Pablo Hernández de Cuerpo y Jordi Vado a la última charla del ciclo sobre Lehman Brothers | Cedida

Antídotos contra una nueva crisis

La creación de un modelo de crecimiento más equilibrado supone un motivo de esperanza por el futuro de la economía española, pero la rèmora del paro, la demografía y la deuda pública mantienen encendidas las alarmas

Este 2018 hemos celebrado la década de la crisis. El lunes 15 de septiembre de 2008 ha pasado a la historia como el día en qué cambió la economía global. Después de 158 años de historia, Lehman Brothers se declaraba en bancarrota. La caída de un gigante que costó 22 billones de dólares en los Estados Unidos y que tuvo réplicas en todo el mundo. El Círculo de Economía ha dedicado este año a recordar la efeméride con el ciclo 10 años de la caída de Lehman Brothers, clausurada por el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cuerpo.

Dentro de la Unión Europea, la española fue una de las economías más afectadas por la crisis. Caída del 3,7% del PIB el 2009, tasas de paro rozado el 27% el 2013 y una deuda pública siempre bordeando el 100% del PIB, cuando el 2007 apenas se situaba al 36%. Para Hernández de Cuerpo, la gravedad de la crisis en España tiene que ver con "elementos idiosincrásicos, como la acumulación de desequilibrios a los bancos y al sector inmobiliario, y el endeudamiento interno y externo de la economía por la pérdida de competitividad causada por la puesta en marcha del euro".

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A pesar de todo, el directivo considera que en los últimos años se acumulan las buenas noticias, empezando por la creación de un modelo de crecimiento más ordenado. "Se ha reducido la deuda privada tanto de las empresas como de las familias, se ha compensado la pérdida de competitividad anterior a la crisis, se registran superávits por cuenta corriente desde el 2012 que se mantienen incluso con crecimientos superiores al 3%, el peso del sector inmobiliario ha caído al 5% sobre el PIB y se ha saneado el sector financiero", enumera.

CE Lehman Brothers Pablo Hernández de Cos y Jordi Gual Photocall cicle 02 2 3

De Cuerpo y Vado durante un momento del acto al Círculo de Economía | Cedida

Aún así, el experto considera que la economía española continúa presentando desequilibrios que suponen riesgos de cara a posibles futuras crisis, empezando por la deuda pública. "En la actualidad el Estado tiene una deuda del 98% sobre el PIB y la capacidad de reducción está siendo muy lenta. Esto dejaría muy poco margen de maniobra en caso de sobrevenir una nueva etapa de decrecimiento".

Hernández de Cuerpo también hace hincapié sobre la evolución demográfica del Estado, que puede condicionar los recursos disponibles. "Todas las estimaciones coinciden al decir que, en el mejor de los casos, la tasa de dependencia se duplicará en las próximas décadas, y esto tendrá un gran impacto en las pensiones, pero también en el gasto en partidas como la sanidad o la asistencia a estas personas".

Los problemas de la economía española: evolución demográfica, paro, temporalidad y poca heterogeneidad entre salarios

El resto de factores peligrosos para la economía española son los ya conocidos: paro, que dobla la media del resto de Europa, y la carencia de competitividad. Sobre el mercado de trabajo, Hernández de Cuerpo identifica tres problemas. "El primero es el exceso de temporalidad, que genera precariedad social y está demostrado que afecta negativamente sobre la productividad; hay que hablar también del paro de larga duración, con más del 50% de los parados por encima del año sin actividad; y, finalmente, la poca heterogeneidad entre salarios. No hay grandes saltos salariales en función del trabajo que se tiene".

Para el directivo, la corrección de estos factores será clave para afrontar con garantías una nueva recesión. Esto, junto con la resolución de los retos del sector bancario. "Los bancos tienen que acelerar la reducción de sus activos improductivos, necesitan reforzar su capital y los pasivos susceptibles de recapitalització interna, y se tienen que adaptar al nuevo marco competitivo a través de la puesta al día tecnológica. Esto sin olvidar la necesidad de reforzar su reputación".

Para el gobernador del Banco de España es importante aprovechar la situación "próspera" actual para "generar los márgenes fiscales suficientes que nos permitan afrontar nuevas crisis con la garantía que los aspectos estructurales del sector bancario y del mercado laboral no se verán tan impactados como en el pasado".

El nuevo peligro del proteccionismo

Si las amenazas y fortalezas de la economía española son conocidas, en el ámbito global ha aparecido un factor de riesgo inesperado cómo es el creciente proteccionismo. "Si se concretan las medidas más extremas planteadas en los Estados Unidos, estaríamos a niveles no ver desde los años '60", advierte Hernández de Cuerpo, que confía que los efectos negativos de esta política, como la caída en la competencia de los países, la productividad desigual entre regiones de un mismo Estado y la bajada en innovación y crecimiento potencial sirvan como aturador. A pesar de todo, considera que el margen de gestión es limitado, puesto que apostar por medidas proteccionistas es una decisión puramente política.

"En Europa está cayendo la financiación bancaria, y esto es bueno porque aparecen nuevos intermediarios; el problema es que los nuevos actores se están empezando a comportar como lo hacían los bancos"

Un enemigo más conocido es la deuda, que 10 años después de la crisis registra máximos históricos. "En Europa está cayendo la financiación bancaria, y esto es bueno porque aparecen nuevos intermediarios; el problema es que los nuevos actores se están empezando a comportar como lo hacían los bancos, con altos niveles de apalancament, presencia de activos no líquidos, etc. Hace falta una reflexión sobre la necesidad de regular estos nuevos intermediarios no bancarios".

A pesar de todo, el experto considera positivas las decisiones tomadas en los últimos años para reducir la probabilidad de una crisis bancaria y, en caso de darse, minimizar el coste para los ciudadanos. "Requerimientos como los de Basilea II han puesto límites a las ratios de apalancament y a la exposición, y también se han creado criterios agregados para tener una visión global de los bancos y no individual, como pasaba antes de la crisis".

Estas medidas han forzado a la recapitalització de los bancos a través de productos internos para prevenir de futuros rescates y los resultados se están viendo. "Los bancos han duplicado su capital de máxima calidad, han reducido a la mitad las ratios de apalancament y han mejorado su liquidez", destaca.

A escala europea, Henández de Cuerpo destaca la creación de mecanismos únicos de resolución y regulación, como el Mecanismo Europeo de Estabilidad, pero considera que todavía hay campo para recorrer. "Hay que profundizar en la unión bancaria con un sistema europeo de garantía de depósitos, la unión de mercado de capitales, un marco de governança presupuestaria común y una unión fiscal efectiva. Este sería un punto de partida".

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