La gran decisión catalana de Bon Preu

El adelanto de una conversación con Joan Font y un paseo entre supermercados catalanes

Un supermercado de Bon Preu | EP Un supermercado de Bon Preu | EP

Bon Preu abrió el primer supermercado de autoservicio en 1974 en Manlleu. Allí donde se vendían arengades, aceitunas y bacalao se gestó la principal gran empresa de distribución catalana. Casi medio siglo después, el Grup Bon Preu gestiona más de 200 establecimientos, tiene una plantilla de 9.000 trabajadores y facturó 1.625 millones de euros durante 2020. La inversión prevista para 2021 es de 150 millones de euros y su objetivo de cuota de mercado se encuentra entre el 20 % y el 22 %.

Cuál es el secreto del éxito? Pregunta el compañero Bernat Bella en una conversación para este medio con Joan Font, el presidente de Bon Preu, que lo tiene muy claro: entender y responder aquello que quieren los ciudadanos, tener un surtido de marcas de referencia y profesionalidad de las secciones de fresco o de kilómetro cero y ser competitivos con los precios.

Font: "El catalán no es una decisión en absoluto de tipo político, es una decisión empresarial"

Font no tiene ningún tipo de miedo a la hora de competir con gigantes cómo Mercadona o Carrefour y reivindica la política lingüística y el uso del catalán cómo una de sus grandes banderas: "No es una decisión en absoluto de tipo político, es una decisión empresarial... Es uno de los elementos que los ciudadanos valoran más, tener empresas de servicio próximas, que los atiendan en nuestra lengua".

En la hemeroteca del diario encontramos este ranking sobre los mejores supermercados en toda España: Bon Preu, Plusfresc, Bon Área, Esclat y Consum. Los cuatro primeros son catalanes y el quinto es valenciano. Roger Vinton ha analizado esta semana en la sección El Laberinto del Poder quién es "la clase media" de los supermercados catalanes, entre los que también se encuentran HD Covalco, Sorli, Plusfresc, Valvi, Almendro, La Sirena o Veritas.

Més info: El ruido de una exclusiva en Bon Preu

En VIA Empresa explicamos en exclusiva que el Grup Bon Preu encabezado por Joan Font y su hija Anna Font estaba negociando la compra de Caprabo. Una gran operación entre supermercados que finalmente se rompió por "la disparidad de criterios sobre el planteamiento" y el desacuerdo en las expectativas económicas.

Algunas preguntas han quedado, sin embargo, sobre la mesa: Por qué Bon Preu quería comprar Caprabo? Cuál era esta "disparidad de criterios"? La salida es definitiva o táctica?

"Queríamos integrar Caprabo en Bon Preu"

En una conversación con este medio que publicaremos muy pronto, Joan Font explica que la operación Caprabo hace más de una década que se cuece a fuego lento y que desde Bon Preu están convencidos que son "quienes mejor podrían remontar su bajada de competitividad y poner en valor su red". "Queríamos integrar Caprabo en Bon Preu", asegura.

Ahora bien, no ha habido acuerdo económico y las principales diferencias han sido sobre todo de modelo empresarial y estructura de la operación. "No descartamos ninguna otra operación corporativa", apunta Font.

Font: "No descartamos ninguna otra operación corporativa"

Bon Preu quiere comprar, pero en ningún caso ser comprada: "No perdemos mucho el tiempo con grupos inversores potentes y no se venderá ninguna acción a ningún precio". Eroski quería vender Caprabo y el magnate checo Daniel Kretinsk que también tiene el mítico AC Sparta adquirió el 50 % de la cadena de supermercados a través del hòlding inversor EP Corporate Group.

Bon Preu y Caprabo en medio de la vorágine. Así titulaba el economista Enric Llarch un artículo donde analizaba que "Caprabo ha ido perdiendo fuerza, con productos de marca blanca Eroski -que han dejado de estar preferentemente etiquetados en catalán, cómo hacía el antiguo Caprabo para pasar a un cuatrilingüismo poco funcional y sometido al castellano. Caprabo, que había recibido uno de los premios anuales de la Plataforma de la Llengua por su uso del catalán, fue perdiendo esta señal de identidad y, con él, buena parte de la fidelidad de sus compradores a una marca que ya no era de país".

A la vez, Bon Preu ha ido escalando posiciones y haciendo camino hacia su particular independencia con productos de kilómetro cero donde la catalanidad es totalmente implícita. El grupo presidido por Font no se ha planteado crecer fuera de Catalunya y de momento, ya ocupa aquí la segunda posición de liderazgo después de Mercadona.

Toda pregunta acaba teniendo respuesta, tarde o temprano. Cómo también pasó con el divorcio empresarial entre los hermanos Joan y Josep Font por Bon Preu. El litigio empezó el 15 de diciembre de 2017 y el motivo fue la política retributiva y de dividendo. El 12 de julio de 2019, el titular era el siguiente: "Joan Font comprará a Josep su 50%" por 300 millones de euros: 60 millones en metálico, 40 millones en inmuebles alquilados a terceros y 25 millones anuales hasta 2027.

Aquellos que le conocen dicen que a Joan Font le gustaría ser recordado cómo un empresario que cumple con sus obligaciones, hace las cosas bien y genera riqueza para Catalunya. Un deseo? "Que su país salga adelante y sea un país de calidad y cohesionado". Suya es la gran decisión catalana y en catalán de Bon Preu.

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