El chocolate también seduce al consumo responsable

Marcas como UTZ y Fairtrade, y propuestas como la de Intermon Oxfam, marcan las reglas de un mercado que reclama unas condiciones dignas

El chocolate también puede estar en una cesta de consumo responsable | Pixabay El chocolate también puede estar en una cesta de consumo responsable | Pixabay

Comprar chocolate de km 0 es imposible en Catalunya. Su producción se concentra en las zonas tropicales de América, África, Oceanía y Asia, así que aplicar la filosofía de consumo de proximidad no está en nuestras manos, pero sí que lo está hacerlo con responsabilidad. Este dulce nos llega a nuestros comercios a través de las pocas multinacionales que operan en este mercado mundial, un intercambio que a menudo ha puesto sobre la mesa las malas condiciones laborales de sus productores.

Las cifras más recientes del Foro Internacional para los Derechos Laborales (ILRF) sitúan la procedencia del 70% del cacao en la Costa de Marfil y Ghana, el cual se destina principalmente al mercado europeo y norteamericano. Pero lejos de generar riqueza llena, esta explotación, según denunció la Unicef hace más de 20 años, ha provocado un sistema de mano de obra barata y explotación infantil.

En estas dos décadas, han surgido iniciativas como el organismo Iniciativa Internacional del Cacao (ICI), con sede en Ginebra e impulsado por los principales fabricantes de chocolate, para garantizar unas condiciones laborales justas, la escolarización de los niños y mejorar el acceso a la sanidad y el agua. Trabajan directamente con Costa de Marfil y Ghana para abolir la esclavitud, pero varias organizaciones han puesto en entredicho su trabajo.

Un ejemplo es la Universidad de Tulane a través de un estudio que concluyó que entre 2013 y 2014 no sólo no se redujo el número de niños en el cultivo y cosecha de cacao, sino que aumentó un 50% respecto de 2009 y un 10% en condiciones de esclavitud.

Un mercado oligopolístic

En 2018, el Cocoa Barometer puso sobre la mesa otro aspecto en este segmento productivo: los agricultores reciben menos del 7% del precio final del producto que comercializan las grandes compañías. Y es que se trata de un oligopolio donde el 60% del procesamiento de cacao mundial se encuentra en manos de tres empresas: Barry Callebaut (Suiza), Cargill (EE.UU.) y Olam (Singapur). En cambio, en el sector de transformación de este ingrediente, dominan Mares (EE.UU.), Mondelez (EE.UU.) y Nestlé (Suiza).

En el caso del Estado español, el líder es la valenciana Idilia Foods, surgida de la escisión de Nutrexpa. En 2018 facturó 173,8 millones de euros con las marcas Colacao, Nesquik, y Paladín con el cacao como base, y con Okey y Medida.

Catalunya y el País Valencià lideran la comercialización de cacao en el mercado español

El podio se completa en el País Valencià, con Natra (València) y con Valor (Alicante). La primera ha hecho crecer su negocio en los últimos 10 años exponencialmente gracias al hecho de ser proveedor de las marcas blancas de cadenas como Mercadona, Carrefour, Alcampo o El Corte Inglés. El año anterior facturó 151,6 millones de euros. En el caso de la segunda, también con producción para Hacendado, facturó 122,73 millones de euros.

En cuarta posición se sitúa la catalana Nederland, nacida en Barcelona en 1935 y distribuye pasta y mantequilla de cacao, y también cacao en polvo. En 2018 facturó 118, 59 millones de euros. La sigue la valenciana Sanchis Mira, con la marca Antiu Jijona y Hacendado de Mercadona. Situada en Alicante, facturó 103,16 millones de euros en el mismo periodo.

Bon Preu es la única cadena con chocolate de marca blanca elaborada por empresas catalanas

Ibercacao es otra especializada a transformar cacao para las tabletas de marca blanca. Se encuentra en Toledo y es proveedor, entre otros, de Bon Preu, Alcampo y Carrefour. En 2018 cerró el año con 63,5 millones de euros en ganancias. Las dos cadenas francesas trabajan también con Elgorriaga (Navarra) y Cantalou (Francia), mientras que la catalana tiene también en la lista de productores la gerundense Torras y la barcelonesa Blanxart. Por su parte, El Corte Inglés ha escogido Valor como productor de sus chocolates.

Marcas responsables y sostenibles

Teniendo en cuenta que no podemos encontrar chocolate de proximidad, hacer un consumo responsable supone ir a buscar marcas que acreditan un cultivo, cosecha y manipulación sostenible y de acuerdo con unas condiciones de trabajo dignos. En este sentido, encontramos organizaciones como Intermon Oxfam que a través de la gama Tierra Madre ofrece derivados del cacao, café y azúcar que cumplen estos requisitos.

UTZ y Fairtrade son dos certificaciones internacionales que avalan la sostenibilidad y condiciones laborales dignas en la obtención del producto

El sello UTZ es otra opción. Proviene del expresió Utz Kapeh ("buen café" en Maia) y nació en 2002 para aplicar unos estándares de sostenibilidad entre las empresas que operan alrededor del negocio de este producto. Con los años ha amparado otros productos como el cacao, el té y las avellanas y se ha convertido en uno de los programas más extendidos en todo el mundo. Se puede encontrar en cerca de 120 productos diferentes en todo el mundo. Fairtrade es otra certificación que nos permite identificar los productos sostenibles. Se creó hace más de 25 años y ya se puede encontrar en una sexagésima de países.

Otros casos pueden ser los programas propios de las compañías, como es el caso del Cocoa Life de Mondelez. Mediante este sello, la empresa se compromete a llegar al 100% del uso de cacao sostenible en sus productos en 2025.

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