¿Adiós al agujero más oscuro de la crisis?

La situación política hace el 'sorpasso' al paro en las preocupaciones de los economistas, que consideran que "el punto más duro de la crisis empieza a quedar atrás"

Los economistas empiezan a ver una luz en la crisis, pero los preocupa la situación política | ACN Los economistas empiezan a ver una luz en la crisis, pero los preocupa la situación política | ACN

Más optimismo, pero todavía queda camino por recorrer. ¿Empieza la recuperación? Los economistas continúan preocupados por la crisis de la covid-19 ahora que se cumple el primer año del primer estado de alarma, pero poco a poco van viendo la luz al final del túnel. Si en la útlima encuesta realizada por el Col·legi d'Economistes de Catalunya (CEC) a finales de 2020 la segunda preocupación más grande de los participantes era el paro, ahora la situación política le hace el sorpasso quedando justo por detrás del impacto de la pandemia. Ahora bien, a pesar de que el pesimismo mejora, todavía hay un 88% de los economistas que ven la situación mucho peor que la de ahora hace un año, pero es cierto que, como apunta el responsable técnico de la encuesta, Xavier Segura, "se empieza a dibujar una pequeña recuperación y la previsión es que se produzca un repunte a finales de 2021 en la economía catalana" y, por lo tanto, asegura "el punto más duro ya empieza a quedar atrás".

Ya lo decía el decano del CEC, Oriol Amat, en una entrevista con VIA Empresa y es que, a pesar de que sosten´ía que "se empieza a ver el final de una crisis cuando los buitres bajan", "a los países con más empatía entre gobernantes y población les va mejor". Y, hoy por hoy, esta empatía todavía tiene un cierto punto de utopía. De hecho, los economistas vuelven a suspender a todas las autoridades y continúan dando la mejor nota a las europeas con un 4,65, seguidas de las locales con un 3,92, las catalanas con un 3,7 y, finalmente, las españolas con un 3,47.

La encuesta, sin embargo, se realizó entre el 11 de febrero y el 10 de marzo, cuando las negociaciones para formar gobierno en Catalunya todavía estaban muy verdes. Eso sí. Los economistas tienen claro qué reclaman al nuevo ejecutivo y es que se ponga las pilas ya en la recuperación de los sectores y actividades más afectados por el impacto de la pandemia y, después, que se centre, sobre todo, en el empleo y la reindustrialización del país.

Segura: "Se empieza a dibujar una pequeña recuperación y la previsión es que se produzca un repunte a finales de 2021 en la economía catalana. El punto más duro ya empieza a quedar atrás"

Lo que sí es cierto, explicaba Amat a este diario, es que esta vez la gestión de los diferentes gobiernos ha sido "mucho más positiva" que durante la crisis de 2008 y añadía, además, que hay que tener muy presente que las herramientas de que dispone el Govern "no les permite hacer muchos más cosas". En este sentido, recordaba que ya "ha puesto encima de la mesa todo el dinero que ha podido y diría que seguramente no puede poner más porque necesita la autorización del Gobierno para aumentar el límite de déficit".

La pandemia todavía continúa ocupando el top 1 del ranking de preocupaciones con un porcentaje de más del 85%, pero la situación política se convierte también en un dolor de cabeza para los economistas, seguramente porque, como ha expuesto el decano del CEC durante la rueda de prensa telemática de presentación de la encuesta, "cuando se pide por los principales problemas influye mucho el clima político que haya en Catalunya, España y Europa, y ya lo hemos visto con el Brexit, que afectaba a los resultados de la encuesta".

Urgencias inaplazables

El CEC ya reclamaba hace un par de semanas en su nota de opinión "el establecimiento de mecanismos de ayudas directas a las empresas y el aprovechamiento de los fondos europeos de recuperación", dos líneas que la entidad considera que son "fundamentales y prioritarias en estos momentos" y que, como ha insistido Amat, "lo importante es que lleguen dinero a las empresas", sea en forma de ERTE, de ayudas para pagar a proveedores o lo que sea.

Según su parecer, "lo ideal es que las ayudas vayan a empresas viables para que todavía lo sean más" y, justamente con este argumento bajo el brazo, ha insistido en que, a pesar de que está muy bien que los fondos Next Generation destinen una parte muy importante tanto a digitalización como la economía verde, hay una parte que también tendría que servir para "ayudar a mejorar la viabilidad de las empresas". Porque, reitera, "en momentos de crisis como el actual no se puede dejar que el mercado lo solucione a solas" como pasó en la crisis de 1929, cosa que provocó que el PIB mundial cayera un 40%. "Los economistas han ido aprendiendo que en momentos así tienen que haber estímulos, que se tiene que intervenir y que todo esto amortigua la caída".

Amat: "En momentos de crisis como el actual no se puede dejar que el mercado lo solucione a solas"

La nota de opinión del CEC lo explicitaba todo más poniendo de relevo que "las nuevas medidas se tendrían que plantear desde una perspectiva amplia que incluya ayudas directas no reembolsables y exoneraciones fiscales, mecanismos de recapitalización, y mejoras en los procedimientos de insolvencia". Unas medidas que tienen prisa porque si la previsión es que este verano empiece a volver el turismo y la vacuna da aire a las restricciones, sólo serán necesarias durante tres o cuatro meses más para muchos sectores, pero, si no se implementan, "nuestras empresas entrarán en una situación de desventaja competitiva que será muy difícil de revertir".

Porque, como dice Amat, mientras desea que "estos pequeños brotes verdes se confirmen en la próxima encuesta, todo dependerá mucho de qué pasa con las vacunas, la rapidez en la administración y la efectividad".

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