Croacia es uno de esos territorios que, a pesar de los 40 grados que puede alcanzar fácilmente cualquier mediodía de agosto, sigue siendo un país considerablemente frío. Parece que el calor que caracteriza la cultura mediterránea se detiene en el mar Adriático, justo cuando las islas de Hvar, Vis y Brac se vislumbran al este de Italia, anticipando la costa dálmata. Los residentes se encuentran en una encrucijada de culturas, al situarse en un destino geográficamente perfecto para los italianos, pero también para los habitantes de Europa del Este; todo, en un contexto en el que, tal como aseguran los locales, el turismo barato se apodera poco a poco de lo que son las nuevas perlas de la zona euro: Croacia es el último país en entrar a la Unión Europea y en adoptar el euro.
Croacia es el último país en entrar a la Unión Europea y en adoptar el euro
Croacia, despoblada por los locales y descubierta por los turistas
Este hecho explica que en ciertas tiendas de comestibles o souvenirs aún se pueda observar el precio en kunas, la moneda croata predecesora al euro que hasta el 31 de diciembre de 2022 utilizaba la población croata, y que equivale a unos trece céntimos. Sin embargo, a pesar de la reciente incorporación del euro, Croacia ya formaba parte de la Unión Europea desde el 1 de julio de 2013, uno de los motivos por los cuales Catalunya dispone hoy en día de una estrecha relación con este país, al disponer en su capital, Zagreb, la Delegación del Gobierno en el Sudeste de Europa. Así, desde 2017, el organismo representa las instituciones catalanas en Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Montenegro, Rumanía, Serbia, Grecia, Chipre y, por supuesto, Croacia; una serie de países con los que Catalunya explora las posibilidades de expansión.
Croacia limita al norte con Eslovenia y Hungría, al noreste con Serbia y al sureste con Bosnia y Herzegovina, un país que rodea territorialmente. Sorprende que un país con una superficie casi el doble de grande que Catalunya -56.594 kilómetros cuadrados, frente a los 32.114 catalanes- disponga de la mitad de habitantes -3,8 millones de croatas, frente a los ocho millones de catalanes-. Se trata de una cifra que refleja el fenómeno de despoblación que vive Croacia a consecuencia de la baja tasa de natalidad y la elevada emigración hacia países más prósperos de la zona euro, hecho que los turistas no dudan en compensar llegando en masa.
De los cerca de cuatro millones de habitantes, el 95,6% habla croata, el idioma oficial del territorio. El serbio queda reservado para un 1,2% de los habitantes, mientras que el 3% restante utiliza otros idiomas. A pesar de que, aparentemente, el país croata tiene una influencia exclusivamente este-europea, cabe destacar que Italia es su principal socio comercial: es el primer proveedor, representando un 13,8% de las importaciones de Croacia, por encima de Alemania (12,5%), Eslovenia (10,8%), Estados Unidos (7,6%) y Hungría (7,3%).
Split y "las Baleares croatas": del escenario de Game of Thrones a Mamma mia!
Si bien explorar el país croata es una tarea igual de apasionante que sencilla, ya que el territorio cuenta con 24 aeropuertos, más de 2.500 kilómetros de red ferroviaria y casi 27.000 de carretera, así como los principales puertos de Ploce, Rijeka, Sibenik, Split, descubrir sus islas requiere un cierto espíritu aventurero: la comunicación en inglés con los residentes es complicada, cuentan con una red de transporte público deficiente y una única carretera en cada isla donde las motocicletas -un método de transporte bastante frecuente entre los visitantes- están parcialmente restringidas debido al mal estado de la vía. Aun así, los paisajes naturales que albergan valen la pena.
El acceso a Hvar, Vis y Brac es únicamente posible con cualquiera de los ferris que salen desde el puerto de Split -a excepción de esta última, donde en los meses de verano opera el aeropuerto de Brac-, la ciudad costera conocida por ser uno de los escenarios de la popular serie Game of Thrones donde los free tours están a la orden del día. La serie de HBO se ha convertido en un símbolo de la localidad croata, tal como muestran las tiendas de souvenirs o el propio museo de la serie a los turistas desde la principal ciudad de la región de Dalmacia y la segunda más poblada de Croacia.
Croacia cuenta con 24 aeropuertos, más de 2.500 kilómetros de red ferroviaria y casi 27.000 de carretera
La localidad se construyó en torno a la residencia de verano del emperador romano Diocleciano, nacido en el año 245, quien rápidamente se enamoró de la ciudad y decidió establecerse allí permanentemente hasta el final de su vida. Él pidió construir la torre más alta de Split, el Mausoleo Diocleciano, y su palacio, actualmente concurrido por miles de turistas. Como en casi todas las ciudades amuralladas, los habitantes comenzaron a construir sus viviendas donde podían, dentro de la muralla, lo que dio lugar a una ciudad con unas calles especialmente estrechas a la vez que atractivas para los visitantes de la ciudad croata.
Hoy en día, en el puerto de Split operan diariamente varias compañías de ferris, con Jadrolinija como la más popular; esta cubre los trayectos en ferri, tanto a las islas croatas, a poco más de una hora, como a Italia, a casi once. Y es que todos los islotes que asoman en la costa croata tienen un distintivo que las hace especiales; desde el Cabo Dorado -Zlatni Rat- en la isla de Brac, pasando por Vis, la isla paradisíaca donde se ha rodado Mamma mia! Here We Go Again, hasta Hvar, conocida por ser el epicentro de la fiesta en territorio croata. Una combinación de atracciones turísticas y paisajísticas que, además de incrementar el turismo considerablemente, ha convertido a estas islas en las nuevas Baleares de la zona euro.
El vínculo catalano-croata: una relación desigual
Asimismo, es evidente que el turismo es uno de los principales motores de la economía croata. Es el segundo sector por volumen de negocio del país, con más de 6.000 millones de euros en 2022, por detrás de las infraestructuras y la construcción, que con casi 16.000 millones se posicionan como el principal sector, según los datos aportados por Acció a través de Euromonitor. La energía, la logística de mercancías y la alimentación también tienen un peso notable y muy similar al turismo, en una economía en la que el PIB crece gradualmente -de los 44.761 millones de euros en 2012 a los 68.370 millones en 2022, según Datosmacro-, pero lejos de los casi 270 millones que Catalunya registró precisamente hace dos años.
Hay un total de 545 empresas catalanas exportadoras regulares en Croacia
Volviendo al ámbito catalán, hay un total de 545 empresas exportadoras regulares a Croacia y 17 filiales de 12 empresas matriz establecidas, entre las que destacan Comsa Corporación de Infraestructuras, Fluidra, Mango o Roca. Por otro lado, en Catalunya no hay ninguna empresa croata establecida, hecho que representa la desigual inversión entre los dos territorios: mientras la inversión de Catalunya en Croacia ha sido de 116,6 millones de euros en los últimos cinco años, la inversión croata en el territorio catalán ha sido de poco más de 590.000 euros.