Un 60% de la ciudadanía de Catalunya, aproximadamente, prioriza el dinero en efectivo como la forma más habitual de realizar sus pagos. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio encargado por Nickel. Según el documento, 1 de cada 5 catalanes y catalanas deben utilizar el transporte público para acceder a un cajero.
Pese a que la pandemia ha acelerado la transición hacia el modelo digital, solamente un 36,6% utiliza la tarjeta de crédito por todos sus movimientos. La marca financiera entiende que con el efectivo, el consumidor tiene una mayor percepción de su gasto y, a su vez, le permite realizar un presupuesto más ajustado a la realidad. “El dinero en efectivo es un derecho universal y su uso no debería verse vulnerado por ninguna razón de edad, ubicación geográfica o conocimiento tecnológico”, describe Mónica Correia, CEO de Nickel en España.
El 85% de las personas consultadas en Catalunya reconocen que han sufrido los efectos de los cierres de oficinas bancarias en su entorno más cercano. A finales de 2022, Europa ya impulsó una reforma de la normativa comunitaria. En un intento de minimizar el riesgo del blanqueo de capitales y otras problemáticas como la financiación del terrorismo, la Unión Europea ha fijado un límite de 10.000 euros para realizar pagos en efectivo. Ahora bien, los Estados miembros tienen flexibilidad para imponer un límite máximo inferior a la directiva redactada desde Bruselas.