El 'hinterland' son los barrios

Representantes de algunos de los principales puertos internacionales exponen sus estrategias de integración y cooperación con las ciudades en Smart Ports: Piers of the Future

El Puerto de Barcelona es uno de los representados en la conferencia alrededor de la integración entre infraestructuras y ciudad | iStock El Puerto de Barcelona es uno de los representados en la conferencia alrededor de la integración entre infraestructuras y ciudad | iStock

"Los grandes puertos son, en sí mismos, una ciudad, con las características y los equipamientos de una ciudad", afirma David McClelland, periodista especializado en tecnología y moderador del evento Smart Ports: Piers of the Future, dedicado a las autoridades e infraestructuras portuarias. La logística marítima ha acontecido uno de los pilares del economica catalana que viene, y el aumento de la actividad portuaria pone un gran peso sobre la ciudad, la región y el Hinterland de un organismo tan importante como el Port de Barcelona – un fenómeno que se repite, con características diversas, en muchas de las grandes urbes costeras del planeta.

Dentro del marco de las conferencias Smart Ports se plantea, en este sentido, la pregunta central: ¿cómo se gestiona la relación entre el puerto y la ciudad? El presidente del Port de Barcelona, Damià Calvet, observa la expansión de la infraestructura moderna como un proceso complementario al crecimiento de la ciudad. "El puerto y las zonas urbanas están conectados por un fuerte enlace", plantea el directivo de la autoridad portuaria, que destaca la complejidad de la gobernanza de un organismo con participación de todos los niveles del gobierno. "Intentamos gestionar el puerto con una visión amplia de lo que la ciudad, la región y la comunidad necesitan" afirma.

Calvet: "Intentamos gestionar el puerto con una visión amplia de lo que la ciudad, la región y la comunidad necesitan"

Prueba de esta coordinación es, de hecho, el nuevo PDU de la Terminal Logística Intermodal del Puerto. Más allá de la inversión en infraestructuras, que, según ha informado el organismo, superarán los 600 millones de euros por varias terminales ferroviarias, el Plan Urbanístico contempla la creación de más de 20 hectáreas de zonas verdes y la integración paisajística de las nuevas estructuras para "minimizar su impacto". Los ciudadanos de Barcelona, además, tendrán un plazo de tres meses para incorporar sus propuestas mediante un proceso participativo – el puerto debe ser "un buen vecino", afirma McClelland.

Esta conexión con la comunidad y el territorio es un objetivo que Barcelona comparte con muchos de los grandes puertos internacionales. La líder de estrategia del Puerto de Hamburgo Iris Scheel destaca el gran impacto que cualquier decisión que se toma al organismo afecta profundamente la ciudad. Las soluciones, afirma, pasan para adaptarse a necesidades sobrevenidas: "Nuevas generaciones tienen nuevos valores, y los puertos tienen que hacer todo lo que pueden para lograr estos objetivos". La presidenta del Puerto de Amberes y vicealcaldesa de la ciudad Annick de Ridder comparte esta visión, estableciendo que "los puertos tienen que ser espacios de construcción de la comunidad, de trabajo conjunto y sostenible con las ciudades".

Más allá de la integración estratégica, la vicepresidenta de Relaciones Públicas del Puerto de Montreal, Mélanie Nadeau, apunta una cuestión no por obvia menos relevante: la interacción física entre puerto y ciudad, con el crecimiento de la logística como actividad económica en sí misma, puede ser problemática. En la isla canadiense, el organismo portuario "trabaja de manera muy próxima con la ciudad, porque decenas de miles de ciudadanos transitan cada día las calles del puerto". "Un puerto es también una administración pública", afirma. El director de relaciones laborales del Puerto de Los Angeles, Avin Sharma, comparte las apreciaciones, considerándose "un servidor de la comunidad". "El puerto tiene una función crítica en el acceso de la ciudadanía a bienes necesarios", afirma, valorando la actividad portuaria como una de impulso comunitario.

Nueva navegación

Los dirigentes de las autoridades portuarias coinciden en la necesidad de una profunda innovación para lograr esta adaptación al entorno urbano y las buenas relaciones con la comunidad. "La pandemia nos ha enseñado – afirma Nadeau – que las ciudades y los puertos tienen que ser más resilients", y esto se logra implementando el potencial de las nuevas tecnologías en los procesos de la actividad portuaria. Calvet sitúa, de hecho, en relación muy próxima la innovación portuaria con las conexiones de los organismos con la comunidad, en cuanto que "no es algo que se pueda generar solo desde las autoridades". Según el presidente, el éxito se puede lograr si "se junta toda la emprendeduría y se posa al servicio de las necesidades de la ciudad".

De Ridder: "Hace falta más confianza en la capacidad innovadora de los puertos"

En Los Angeles, el foco de la innovación se ha posado en la comunicación. Según Sharma, al puerto californiano se han desarrollado mucho los "sistemas comunitarios del puerto", formas de visibilitzar y localizar mejor cada mercancía que sale de la infraestructura y cómo llega a la comunidad – una tarea especialmente relevante a la ciudad Angelina, en cuanto que más de un tercio de la carga de su harbour se queda en el condado y el área que lo rodea. Por su parte, Amberes ha optado por mejoras en la conectividad con la ciudad, un proyecto de 5G que, cómo explica de Ridder, se está desarrollando "en colaboración con las administraciones, los bomberos y la policía", un proyecto que no solo mejora la eficiencia del puerto sino la conectividad de todas las autoridades locales.

Tanto Montreal como Hamburgo, dos puertos físicamente integrados en las ciudades, han optado para encarar sus esfuerzos innovadores hacia la movilidad. Nadeau celebra, por ejemplo, las "aplicaciones predictivas del tráfico" que permiten a los conductores que salen de los puertos planear las rutas más eficientes y que interfieran menos en la actividad ciudadana. Hamburgo también ha puesto el foco en innovaciones de control del tráfico, en un modelo que, según Scheer, "no solo beneficia el puerto, sino también la ciudad". De Ridder, en este sentido, es optimista, y pide a administraciones y sector privado una mayor fe en la capacidad de desarrollo de las autoridades portuarias. "Veo a menudo una falta de confianza en nuestro poder creativo", lamenta.

Puertos sostenibles

"Compartimos los objetivos", afirma Calvet, que apunta hacia los hitos de desarrollo sostenible que los puertos tienen que añadir a sus estrategias – "adoptándolas desde el punto de vista legal, pero especialmente desde el moral". El Port de Barcelona tiene tres apuestas principales: la transición energética, que contempla la electrificación y la energía verde por todas las sevs instalaciones; la mejora del transporte en tren y la intermodalitat, algo que el PDU de la Terminal ya contempla y que forma parte de los objetivos estratégicos de la Generalitat; y la economía circular. "Hay que definir todos los procesos industriales del Puerto en términos de circularidad", proyecta el presidente.

Nadeau: "Los puertos tienen que ser un actor protagonista en la descarbonización de la economía"

"El desarrollo sostenible es nuestra prioridad principal", añade Nadeau. El Puerto de Montreal ya ha reducido el 40% de sus emisiones, y se considera "un actor principal en la descarbonización de la economía". Los proyectos de la institución pasan también por la electrificación, pero también para promover el acceso a los combustibles verdes – unos planes que comparten, de hecho, con Amberes. De Ridder recuerda, de hecho, el gran potencial petroquímico del puerto belga, cosa que exige una aproximación que tenga en cuenta las visiones también de los actores corporativos. La dirigente, de hecho, tiene una "gran fe en el sector privado" como colaborador en sostenibilidad, siempre que no "se impongan medidas exclusivamente desde arriba".

El conflicto con las emisiones también ha sido una de las principales gestiones de Los Angeles en las últimas décadas. "Teníamos muy claro que éramos una de las grandes fuentes de emisiones contaminantes de la ciudad", reconoce Sharma, que celebra, sin embargo, la hoja de ruta que se comenzó en 2003 bajo el nombre Cleaner Action Plan. A lo largo de las diversas iteraciones del proyecto se ha conseguido recortar el 90 % de las emisiones de la infraestructura, y espera haberlas llevado a cero entre 2030 y 2035. Unos objetivos que a Hamburgo se hacen complementarios con pequeñas iniciativas, cómo la reducción de la contaminación sonora de las operaciones logísticas que, según Scheel, "hacen más fuerte la confianza de la ciudadanía en la autoridad portuaria". La cooperación puerto-ciudad en términos de sostenibilidad es, de hecho, una demostración de la filosofía común que propone Calvet. "Los puertos tenemos que crear una relación próxima con nuestras comunidades para conocer sus problemas, qué soluciones necesitan y qué podemos hacer para implementarlas", concluye el Presidente del Port de Barcelona.

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