El verano deja Trump en minoría

El presidente de los EE.UU. vuelve de vacaciones en conflicto con Corea del Norte, los 'dreamers' y su propio partido

El presidente de los EE.UU., Donald Trump, mira directamente a lo eclipso solar de este verano El presidente de los EE.UU., Donald Trump, mira directamente a lo eclipso solar de este verano

Las vacaciones de verano han sido una pesadilla para Donald Trump y su popularidad sigue cayendo marcando un mínimo histórico detrás de otro. Además, lejos de intentar resolver los conflictos abiertos - Obamacare, Corea del Norte, KremlinGate, Presupuesto- durante las vacaciones se le han abierto más frentes; y no temas menores. La muerte de un manifestante a Charlottesville ha abierto en canal al sector Alto-Right de la Casa Blanca, que, a su vez, ha obligado a numerosos asesores del Presidente a abandonar el Consejo. Corea del Norte sigue escalando y, para rematar, la división dentro del Partido Republicano ha llegado tan lejos que Donald Trump esta semana ha hecho equipo con los Demócratas contra los Republicanos. Si alguien creía que el verano sería plácido en los EE.UU., estaba profundamente equivocado.

Se puede ser un asesino en serie caníbal pero en los EE.UU. ser racista no es aceptable

Ser visto como racista en los EE.UU. es el peor que le puede pasar a un norteamericano. Un caso sonado se produjo cuando Jeffrey Dahmer - que asesinó, desmembrar y comer diecisiete jóvenes (algunos negros e hispanos entre ellos)- entró en pánico por las acusaciones de racismo que cayeron sobre él. Se puede ser un asesino en serie caníbal pero en los EE.UU. ser racista no es aceptable. Hay que entender bien esta lógica para entender el despido de Steve Bannon y Sebastian Gorka de la Casa Blanca con motivo de las reacciones posteriores al asesinato de Charlotesville a manso del alto-right, es decir, los nazis norteamericanos. La negativa del Presidente Trump a condenar el racismo del alto-right acabó con el despido de la misma de la Casa Blanca, cosa nada sorpresiva dado que el racismo es un tema que puede tumbar un Presidente en unas pocas horas. La división abierta dentro de los Republicanos por este tema ha sido monumental; fractura que es probable que aflore de vez en cuando como esta misma semana sin ir más lejos.

Si Corea del Norte ataca la Isla de Guam, habrá respondida militar por parte de los Estados Unidos

La política exterior sigue dando dolor de cabeza -y lo seguirá haciendo con toda probabilidad-. Corea del Norte ha ignorado todas las advertencias de Naciones Unidas y sigue desarrollando armamento nuclear. Este desarrollo consta de tres fases: ICBM, miniaturización y sistema de guiado. Los especialistas dicen que es poco probable que Pyongyang haya acabado ni la primera fase pero es obvio que este desarrollo es incompatible con el programa START de desarme nuclear entre Rusia y los Estados Unidos que, entre otros, permite el uso de los ICBM construidos durante la Guerra Fría para uso científico y/o satélites comerciales empleándolos como vectores para poner estos satélites en órbita. El General Mattis ha explicado reiteradamente que la opción militar está sobre la mesa -el que en los EE.UU. denominan kinetic military action- y que si Corea del Norte ataca la Isla de Guam -cómo aparentemente dijo Pyongyang a mediados de agosto- habrá respondida militar.

Trump vota con los Demócratas una una prórroga presupuestaria, cosa que ha molestado los Republicanos

La agenda interna viene marcada por dos temas: La DACA y el presupuesto. La DACA es una ley de inmigración aprobada el verano del 2012 que protege los hijos de los inmigrantes ilegales permitiendo que obtengan los permisos para dejar de serlo y, por lo tanto, evitar la deportación. Por este motivo a los beneficiarios -unos 850.000- se los denomina Dreamers. Donald Trump ha iniciado los trámites para derogar la ley e iniciar las correspondientes deportaciones pero, de momento, 16 estados se han sublevado y han anunciado que, en nombre de los Derechos Humanos, desobedecerán la legislación federal. Además, la negociación presupuestaria ha dado un tumbo inesperado. Los Republicanos querían un acuerdo superior al año que evite el cierre del gobierno pero teniendo en cuenta la tensión existente (alto-right y KremlinGate ) entre la Casa Blanca y los Republicanos, el Presidente Trump ha apoyado a los Demócratas y, en una maniobra surrealista, ha acordado una prórroga presupuestaria de tres meses con Nancy Pelosi, la ninguno de los Dems al Congrès, y Chuck Schumer. Trump ha renunciado a la financiación del muro con México, ha conseguido elevar el techo de la deuda y también financiación para ayudar las víctimas del huracán Harvey. Todo durante tres meses, pero el acuerdo para los Dems es buenísimo, puesto que esperan parar la derogación de la DACA cuando este acuerdo presupuestario expire.

Los Republicanos se han tomado muy mal esta jugada del Presidente, que ha aceptado todo el que los republicanos no querían bajo ninguna circunstancia -estaban dispuestos a cerrar el gobierno-. El resultado de todo es que la agenda política del Congrès de los EE.UU. ha dado un golpe de teatro radical. El 15 de diciembre el gobierno cerrará si no hay presupuesto y el Free Caucus, el sector más conservador de los Republicanos, ha anunciado que en ningún escenario votará a favor del presupuesto del Presidente Trump. Los Demócratas tampoco, así que ya podemos decir oficialmente que Donald Trump ha quedado en minoría.

Qué está pasando? Dicen dicen dicen que el Fiscal Especial Robert Mueller está a punto para mover ficha. El mismo vale para el Fiscal General de Nueva York, Eric Schneiderman. El KremlinGate parece que llegará pronto a su clímax y nadie parece querer andar cerca de Donald Trump.

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