La falca fiscal y el señor Garamendi

A pesar del aumento general de los salarios medios entre los países de la OCDE, el nivel medio de impuestos no se ha reducido: ganamos más, pero ingresamos menos

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi | EP El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi | EP

La OCDE ha presentado su informe anual sobre las oleadas impositivas, el Taxing Waves 2024. Respecto al año pasado, los salarios medios han aumentado en 37 de los 38 países que integran la OCDE, lo cual es motivo de alegría al saberlo; ahora bien, la realidad es que en 21 de los estados miembros, los ingresos reales de los trabajadores, una vez pagados los impuestos, han disminuido; el año pasado sucedió lo mismo. Si añadimos que el nivel medio de impuestos no se ha reducido, ganamos más, pero ingresamos menos.

La OCDE aclara en esta última entrega que España es el cuarto país que más ha aumentado la carga fiscal sobre los salarios, debido principalmente al incremento de la cotización empresarial por la reforma de las pensiones. De hecho, estas cotizaciones empresariales representan el 23,3% de los salarios, la cuarta más elevada de todos los países, mientras que, por su parte, las cotizaciones salariales suponen el 4,9%, entre las más reducidas. Tampoco el IRPF ha tenido mucho impacto porque ha subido ligeramente, un 0,027% hasta el 12% del salario, por debajo de la media de la OCDE que es del 13,3%.

España es el cuarto país que más ha aumentado la carga fiscal sobre los salarios

Los españoles destinan una media del 40,2% del salario bruto a impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social. En concreto, la carga fiscal sobre los costes laborales se ha incrementado en un 0,13% de media en los países de la OCDE, mientras que en España la subida ha sido del 0,63%. Dicho esto, estamos en el decimocuarto lugar en el wedge fiscal: no somos, por tanto, los que más impuestos pagamos, por mucho que lo repitan periódicamente desde diferentes fuentes. Si analizamos el wedge fiscal de los países, aportan más Bélgica, Alemania, Austria, Francia, Italia, Finlandia, Eslovenia, Portugal, Suecia, República Eslovaca, Luxemburgo, Hungría y Letonia que España.

Leer bien la nómina

Els espanyols destinen una <apertium-notrans>media</apertium-notrans> del 40,2 % del salario bruto a impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social | iStock
Los españoles destinan una media del 40,2% del salario bruto a impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social | iStock

El otro día el presidente de la patronal española abría un melón; intentaba el señor Garamendi hacer comprender a los asalariados españoles cuál es la aportación real que efectúa el empresario por el trabajo realizado y qué parte de la nómina se va directamente o indirectamente a distintas instancias del Estado. No es mala idea que nos acostumbremos a leer bien la nómina mensual para saber cuánto ganamos realmente y qué cantidad paga el empresario y bajo qué conceptos.

El trabajador realiza un trabajo. La remuneración bruta que obtiene por ello contiene el salario base, según la categoría; los complementos adicionales por incentivos, las horas extras, los pluses...; y el prorrateo del aguinaldo, si no se abonan las extras por separado. Este salario bruto se convierte en neto, una vez se le descuentan las deducciones del IRPF y de la Seguridad Social para cubrir las eventualidades del desempleo, bajas, futura pensión o cuota sindical. Si el trabajador ha acordado con la empresa alguna retribución flexible en especie -como un seguro médico, un vehículo u otros exentos de IRPF-, el importe se resta del salario bruto.

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No es bueno leer la nómina yendo directamente a la remuneración neta; en eso tiene razón el señor Garamendi. Si se hace de esta manera, da una impresión falsa de que la empresa promete una cantidad y saca la mitad, cuando, aparte del salario, estos otros dineros van a diversas ventanillas que correspondería pagar a los asalariados.

La empresa no hace más que repartir, en nombre de ellos y de forma gratuita: 1) el pago neto al trabajador; 2) el abono a Hacienda de los impuestos que tendríamos que abonar nosotros en concepto de IRPF; y 3) otras cantidades a la Seguridad Social para que las distribuya en las prestaciones correspondientes. Todo este trabajo sería incapaz de realizarlo el trabajador por cuenta ajena y no creo que la intención del presidente de la patronal fuera quitarse este trabajo de encima, sino mostrar dónde va la diferencia entre el bruto y el neto. Por otro lado, una lectura atenta de la nómina permitiría conocer que incluye algunos derechos, como el de formación, que muy a menudo queda en el limbo.

A pesar de los esfuerzos realizados por el actual gobierno para recuperar el nivel de vida, la evolución de los precios supera la de los salarios

Dicho esto, es necesario volver a los datos de la OCDE que dibujan perfectamente la situación en los principales países del mundo. Es verdad que suben los salarios. Pero a la presión fiscal que también crece, hay que añadirle la inflación que no cesa; a pesar de los esfuerzos realizados por el actual gobierno para recuperar el nivel de vida, la evolución de los precios supera la de los salarios. En nuestro país, la única excepción son las pensiones. Esta es la coyuntura que nos toca vivir: me recuerda a Aquiles y la tortuga, la paradoja de Zenón, el fundador de la escuela estoica.

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