La discreta familia March, uno de los clanes más poderosos

El laberinto del poder de los fundadores de la Banca March, que mantienen la mayoría del accionariado con la cuarta generación

Façana de un local de la Banca March | Europa Press Façana de un local de la Banca March | Europa Press

Hasta finales de los años 80, las siete hermanas de la banca española actuaban como lobby ante el Estado, mientras que un banco pequeño y discreto los miraba de reojo. Las reuniones de las siete grandes entidades bancarias españolas no eran secretas, sino que más bien eran una demostración de fuerza del sector. Allí estaban Banesto, Bilbao, Vizcaya, Popular, Santander, Hispano-Americano y Central, mirando con suficiencia el resto del sector y, de paso, el mundo económico en general. Pero han pasado más de 30 años de la última reunión, y la mayoría de ellos han sido absorbidos por los competidores, mientras aquel pequeño banco que los contemplaba desde un rincón discreto continúa existiendo y manteniendo la independencia.

Los siete grandes han pasado a ser sólo dos: Santander (que se ha comido progresivamente Central, Hispano-Americano y Popular) y el tándem Bilbao-Vizcaya, que acabó por tragar la banca pública, ausente de aquellas reuniones de lobby. La otra entidad a la que nos referíamos antes es la Banca March, una firma destinada fundamentalmente a la banca privada y que tiene la familia homónima como máximos accionistas desde el momento de su fundación, en 1926.

Més info: Más fusiones bancarias: una cuestión de Estado

A primera vista, el logotipo de la entidad son tres triángulos de color verde, pero, en realidad, detrás de estas figuras geométricas se esconde una letra M mayúscula en negativo, la inicial del apellido familiar. Entre quienes gestionan hoy en día el banco ya está la cuarta generación, que accedió a los órganos ejecutivos en 2015, en un banco donde los máximos accionistas son todos hermanos: Juan y Carlos March Delgado, con un tercio del capital cada uno de ellos, y Gloria y Leonor March Delgado, que se reparten a partes iguales el otro tercio. Es muy inusual que una entidad financiera de ciertas dimensiones mantenga un accionariado tan concentrado y sin la presencia de fondos de inversión extranjeros.

El grupo financiero de la Banca March

En el año 2019, los hermanos se pudieron repartir más de 40 millones de euros procedentes del beneficio del banco, a pesar de que destinaron a reservas la mayor parte del resultado, que ascendió a unos 165 millones de euros. Entre los miembros del consejo de administración encontramos a un catalán, Albert Esteve Cruella, que procede de la familia de los propietarios de la compañía farmacéutica Esteve, donde tiene el cargo de primer ejecutivo. El grupo financiero alrededor de la Banca March lo completan una compañía de seguros, una correduría y la plataforma Inversis.

Es muy inusual que una entidad financiera de ciertas dimensiones mantenga un accionariado tan concentrado y sin la presencia de fondos de inversión extranjeros

Que sea un banco discreto dedicado a los grandes patrimonios, no quiere decir que no haya participado en los bailes de fusiones y alianzas tan habituales en la banca española, porque precisamente en los años 80 fue unos de los máximos accionistas del Banco Hispano Americano y del Banco Popular, para acabar adquiriendo el legendario Banco Urquijo en 1988 por unos 56.000 millones de pesetas (más de 335 millones de euros). En aquellos momentos. La entidad comprada ya se nombraba Urquijo Unión porque previamente había absorbido el catalán Bankunión. La operación no salió lo bien que los March esperaban y entre finales de los 90 y comienzos del siglo XXI se desprendieron de Urquijo, que pasó a manos belgas.

En realidad, el poder financiero de los March va mucho más allá de la propiedad de este pequeño banco, pero esto lo veremos próximamente.

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