Garzón: "Todos sabíamos que todo se podía comprar y se podía vender"

El juez, uno de los más relevantes en España, asegura que se ha permitido que "se perfeccionaran los mecanismos de corrupción" porque se ha mirado hacia otra banda

Precisamente para investigar uno de los casos españoles de corrupción más destacados de los últimos años, Baltasar Garzón (Torres, Jaén, 1955) ya no es juez sino jurista al Estado español. Expulsado de la carrera judicial en 2012 después de ser condenado por prevaricación durante las boy escouts del caso Gürtel, mantiene que la corrupción ha sido una de las causas de la crisis económica, aunque no la única. "La corrupción es uno de los hilos conductores que une franquismo, transición y democracia", asegura Garzón, que añade que "en España nunca ha habido la intención política de combatir eficazmente la corrupción".

Primero invitado de la sexta edición del foro Cornellà Creación, organizado por el Ayuntamiento de Cornellà y del que VIAempresa es media partner, Garzón ha sido responsable de la investigación de algunos de los procesos judiciales de mayor relevancia al Estado español. Actualmente, es director de la defensa jurídica del fundador de Wikileaks, Julian Assange, trabaja con el Gobierno argentino y es miembro de numerosas entidades pro Derechos Humanos, una posición desde la cual continúa analizando la corrupción que asola nuestro sistema.

-Ha destacado por la lucha contra la corrupción y por haber destapado casos como el Gürtel. Es la corrupción uno de los principales males de la sociedad?
Aspectos como la corrupción, el crimen organizado o la alteración de las reglas del juego hacen que en España estemos viviendo momentos delicados y de puesta en entredicho de la credibilidad de las instituciones. Ante el descrédito de algunas instituciones, por la acción de algunas personas que se han aprovechado de su situación, se está produciendo una reacción, fundamentalmente impulsada por la sociedad civil, que está haciendo reaccionar a la Justicia por qué estos comportamientos acaben cuanto antes mejor y de este modo se pueda recuperar la confianza en las instituciones. Ante los que creen que la sociedad es menor de edad y no lo interesan determinados temas, yo creo que sí, el que pasa es que a veces nos tratan de dormir porque no seguimos estos temas.

-Esto se traduce en una mayor implicación de los ciudadanos en la vida pública?
Los ciudadanos quieren participar, quieren saber y no que se tomen decisiones a las espaldas. Si estamos en una determinada situación económica, queremos saber cuáles son las causas pero también queremos saber quién son los que sacan provecho de esta situación, porque, en situación de crisis, aumenta la riqueza de un 1% de la población al mismo tiempo que disminuye la del resto. Esto quiere decir que algo está fallando y, si nos lo explican, quizás lo entendemos, pero no es presentable que nos traten como menores de edad.

-Esta necesidad para saber ha traído al distanciamiento de los ciudadanos y sus dirigentes...
A los empresarios y a los ciudadanos los interesa una estabilidad económica, democrática y política donde la conjugación de los derechos y de las obligaciones de todos sea una realidad y no haya un juego de ventaja. Todos somos capaces de entender una situación pero el que no se vale son las trampas. Creo que esto es el que ha motivado que la sociedad española esté especialmente molesta con los políticos y con las instituciones y hace que los esté exigiendo respuestas.

-Entonces, la corrupción nos ha traído donde estamos?
La corrupción es uno de los factores que nos ha traído a la actual situación económica, pero no el único. La corrupción es un fenómeno transversal que desgraciadamente vertebra muchos comportamientos ilícitos o irregulares dentro de los mecanismos públicos y privados. La corrupción no es sólo pública y de servidores públicos sino también del sector privado, de las empresas o de los sindicatos, de cualquier que se presta a este juego. Es una de las causas de la situación de crisis pero también otros factores, como por ejemplo la responsabilidad de cajas y bancos que han otorgado hipotecas que todos sabíamos que no se podrían volver. No sólo la corrupción es la causa de la crisis pero la corrupción es una de las causas, sobre todo la parálisis ante este comportamiento porque la corrupción no es nueva en España, donde ha sido presente desde la Dictadura, para no ir más atrás.

-Por qué existe la sensación que hay más corrupción y que hemos llegado a una situación "insostenible"?
La diferencia entre ahora y hace 15 años es que ha habido una acumulación de casos, de omisiones, de inercia, de no hacer nada, una mercantilització de la política y una patrimonialització del cargo público... Unos hechos a los cuales hay que sumar la situación de crisis económica.

-También con la crisis ha aumentado el mercado de la economía sumergida.
Entre el 18% y el 20% de la economía en España es sumergida. Creo que a nadie lo interesa trabajar sin unos elementos de seguridad mínimos y, si lo hacen, es porque se ven abocados a hacerlo. Si los mecanismos productivos y de la economía fueran diferentes probablemente la conciencia de contribución a las arcas públicas por parte de los ciudadanos sería generalizada. La picaresca ha existido siempre y es el que tiene que desaparecer con un planteamiento de responsabilidad ciudadana participativa.

-La crisis también ha hecho crecer la morosidad.
Sí, tanto en el ámbito de quien no puede pagar un préstamo como de quien no puede acceder, básicamente pequeñas y medianas empresas. Llega un momento en el cual si no fluye el crédito, la confianza, los bancos miran más por sí mismos y hacen inversiones que están fuera de toda lógica contribuyen al hecho que el dinero que tendrían que estar fluyendo no estén y, de este modo, la morosidad surge.

-Empieza a verse una mejora en este sentido?
Esto todavía tiene que mejorar porque en muchos ámbitos de la crisis ha influido la reacción de los ciudadanos, que nos estamos haciendo más responsables. Ya no sirve criticar para criticar. La sociedad está cada vez más informada, exige participar y pide explicaciones. Todos podemos entender una situación crítica pero el que ya no entendemos es la prepotencia, el no contar con un espectro mucho más amplio, imponer una ideología, una política determinada sin atender a la realidad del que está pasando. Una política de ultra austeridad es la que nos ha traído donde estamos. A sobres ahora se nos pide que consumimos más pero a cambio no se nos garantiza una redistribución participativa, que la riqueza que hay tenga un límite. No podemos aguantar que esta desigualdad siga aumentado y tenemos que pedir la participación en estrategias de la economía. Nos tenemos que replantear el control sobre los recursos estratégicos y se tiene que diseñar alguna fórmula porque los ciudadanos puedan participar y opinar. Esto produce reacciones como la del 15M o la aparición de partidos como Ganamos o Podemos, que se mueven en diferentes posiciones pero que tienen una misma base crítica verso al sistema tradicional establecido, donde los aparatos de los partidos decidían de manera endogámica y autárquica la suerte de todos los otros.

-Algunas opciones políticas defienden acabar con el que denominan 'la casta'. Se produce ahora cuando parece que la corrupción está asfixiando a la sociedad.
Algunos venimos denunciado esta situación desde hace más de 20 años y la pregunta es "que se ha hecho durante este tiempo?". Hemos permitido que perfeccionaran los mecanismos de corrupción y hemos sido mirando hacia otra banda. Hemos permitido que no haya una tipificación de la financiación irregular de los partidos políticos, aunque todos sabíamos que todo se podía comprar y se podía vender. El que pasa es que ahora esto se ha mezclado con una mayor conciencia de participación y con una crisis durísima que golpea a los ciudadanos.

-Apuntaba antes la carencia de la regularización de los partidos políticos como un factor más de corrupción.
Todos sabemos como se tiene que financiar un partido político, del mismo modo que se puede financiar un sistema educativo o una empresa privada. El problema es que no ha habido voluntad de hacerlo desde la recuperación de la democracia hasta el día de hoy, no ha habido voluntad de tener unas reglas claras de la financiación pública y privado de los partidos políticos. Hay que recordar que los lobbys que pactan una financiación para conseguir tratos de favor están cometiendo un delito. Esto es jugar con armas diferentes e implica una gran desigualdad para cualquier opción que salga del bipartidismo. Este sistema favorece la corrupción y los mecanismos de no control por parte de la ciudadanía y hay que cambiarlo y abrir nuevas fórmulas de participación.

-En este contexto, la crisis económica coincide con el debate soberanista de Cataluña. Qué piensa al respeto?
La Declaración Universal de los Derechos Humanos establece el derecho de autodeterminación de los pueblos. Dicho esto, todo aquello que se haga en democracia y sin violencia me parece legítimo. Me parece normal que un pueblo quiera buscar una posición política diferente en un marco territorial concreto y fuera de un entorno nacional. Lo respeto, pero hay unas normas que hay que cumplir y dentro de estas, interpretarlas y permitir que este derecho se pueda ejercer. Creo que la consulta y el debate se tienen que producir y que haya capacitado de discusión e información, pero no por parte de unos ni de otros. Está claro, España también se tiene que pronunciar.
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