Gazpacho, de la huerta al tetrabrick

La industrialización del zumo de tomate impulsó las ventas del producto, pero la llegada de nuevos sabores al mercado lo convierte en una estrella del verano

El gazpacho era una sopa con productos de temporada de la huerta consolidado por el 'tetrabrick' | Pixabay El gazpacho era una sopa con productos de temporada de la huerta consolidado por el 'tetrabrick' | Pixabay

Tomate, pimiento verde, pepino, ajo, aceite de oliva, pan, agua, sal y vinagre. Esta es la lista de ingredientes para el gazpacho andaluz tradicional, el mismo que consiguió atravesar la península para convertirse en un producto consumido en todo el Estado español y con sus diversas versiones según la zona. Es tan conocido en todo la península -también en Portugal-, que ya ha habido la demanda de un emoji para esta sopa de hortalizas como lo consiguió la sartén. Pero gran parte de este éxito se debe de a su proceso de industrialización y a la fórmula que permitió llevarlo de la huerta al tetrabrick.

Desde que dejar de triturar en casa las verduras para hacerlo con el método era la única manera, su consumo se ha disparado. Según un informe del 2018 de la consultora Nielsen, los gazpachos, salmorejos y ajoblancos han registrado un incremento del 20% en su venta gracias al aumento de marcas los han convertido en un alimento preparado y han facilitado el consumo. Y han impulsado la venta las nuevas fórmulas que incorporan frutos rojos, remolacha, zanahoria y otras frutas y verduras, una buena estrategia de marketing basada en los nuevos hábitos de consumo. Pero esto no ha hecho desestacionalizar encara el producto, que concentra el 80% de su facturación en verano.

El 'boom' de nuevos sabores de gazpacho ha impulsado un 20% las ventas

Tal como apuntan los datos de un estudio de la marca Alvalle, Madrid, Catalunya y el País Valencià son las tres zonas que más litros de gazpacho y salmorejo consumen anualmente. Cinco de cada 10 madrileños tienen en sus neveras, mientras que son 4 de cada 10 en el caso de los catalanes y valencianos. Sin embargo, Barcelona es la ciudad con mayor consumo: 9,4 litros por persona ante los 8,1 de Madrid.

Gazpacho andaluz-valenciano

Andalucía es la huerta del Estado español, pero el País Valencià es el principal productor de gazpacho

El ranking de empresas está liderado por la murciana J. García Carrión, pero hay que tener en cuenta una operación de compraventa clave: la adquisición de Desarrollos Alimentarios Frescos. Más conocida como Dafsa, es el interproveedor de Mercadona y, según un estudio de Alimarket con datos específicos de la producción de gazpacho el 2016, fabricaba entonces alrededor de 27 millones de litros de esta sopa, la mitad de lo que se vendía en el mercado nacional. Así, J. García Carrión domina el mercado con Hacendado y su marca estrella, Don Simón.

La siguiente en la lista es Alvalle (Murcia), comprada el 1999 por la multinacional norteamericana Tropinaca, del grupo Pepsico. La tercera en el podio es AMC Group Fresh and Juice, que produce para la marca blanca de Lidl o Carrefour.

En las grandes superficies de Catalunya también podemos encontrar gazpacho hecho en el territorio. Bon Preu ofrece su marca Terra i Tast –con proveedores locales-, producido por Bo de debó (Sant Vicenç de Castellet). Precisamente esta marca es la opción más fácil de encontrar en las grandes superficies cuando se busca un producto manipulado en casa.

Bueno para el bolsillo

A pesar de que no hay nada más económico que triturar todas las hortalizas en casa, el consumidor ha demostrado en la última década que prefiere comprar esta sopa de tomate, pepino y pimiento ya hecha. Las grandes superficies también lo han puesto fácil, puesto que el precio habitual de un envase de un litro no supera los 1,80 euros, mientras que con las ofertas que se lanzan pueden llegar a rebajar los 1,30 euros.

J. García Carrión domina el mercado con Hacendado y Don Simón

Pagaremos algo más si decidimos dirigirnos a marcas ecológicas o que hacen bandera del producto de proximidad como Ametller Origen, donde se pueden encontrar precios que oscilan entre los 2,5 y los 4 euros.

Lo que queda claro es que la tendencia a buscar platos preparados y la facilidad de reducir costes con la economía de escaleras ha ayudado a hacer que un producto tradicional como el gazpacho vuelva a vivir ahora su auge. Un hecho que no tendría que preocuparnos siempre que se utilice materia primera de proximidad, lo que es prácticamente imposible cuando se trata de un producto manipulado como este.

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