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La Jonquera y el negocio de vivir en la frontera

El municipio del Alt Empordà se transforma con la gratuidad de la autopista AP-7, el auge del turismo del tabaco y más comodidades para los transportistas

El centro comercial Gran Jonquera Outlet & Shopping en La Jonquera | Cedida
El centro comercial Gran Jonquera Outlet & Shopping en La Jonquera | Cedida
Gemma Fontseca, jefa de redacción de VIA Empresa | VIA Empresa
Jefa de redacción
La Jonquera
17 de Enero de 2024
Act. 17 de Enero de 2024

Ser el último pueblo fronterizo de Catalunya con Francia tiene sus peculiaridades. Si no, que se lo digan a La Jonquera, que con 3.387 habitantes sale en los medios de comunicación debido a eventos dignos de película, como haber detenido recientemente a un fugitivo buscado por Estados Unidos por un homicidio, las inversiones millonarias para adquirir las licencias de los estancos de tabaco más codiciados del país, intervenciones de 329 kilos de hachís en la frontera, premios para los ganadores de la Lotería de Navidad de 2023 y también los numerosos coches con matrícula francesa que se detienen en el famoso outlet del municipio atraídos por productos más económicos, como perfumes, alcohol, estancos y gasolineras. Sin embargo, la economía de un municipio transfronterizo evoluciona con el tiempo. Y con ello, la reconversión de cientos de trabajadores vinculados al negocio de las aduanas que prácticamente han desaparecido con la libre circulación del espacio Schengen y que se han volcado en la dinamización de unos comercios y servicios que facturan alrededor de los 1.500 millones de euros anuales, con una capacidad comercial cuatro veces superior a la media catalana.

 

La economía de La Jonquera no se entiende sin su ubicación estratégica, con la particularidad de ser un "territorio de paso" a diferencia de territorios fronterizos como Andorra o Puigcerdà, a los que se suele ir expresamente. Este pequeño pueblo, situado al norte del Alt Empordà, atravesado por la autopista AP-7 y la N-II, recibe anualmente unos seis millones de visitantes, y cruzan diariamente más de 11.000 camiones, lo que significa más de 8 camiones cada minuto, según el grupo de estaciones de servicio OnTurtle (Red Tortuga). Además, la desaparición del peaje de la AP-7 en el verano de 2021 entre Tarragona y La Jonquera ha supuesto un ahorro de casi 2.000 euros al año por camión, según precisa el Gremio de Transportes y Logística de Catalunya.

El viaducte a prop del Perthus i la frontera catalana | iStock
El viaducto cerca del Perthus y de la frontera catalana | iStock

Miles de franceses vienen atraídos por el turismo, el ocio, las compras, la diversión y el acceso a segundas residencias en el Alt Empordà. Barcelona se encuentra a más de 150 kilómetros de la frontera, mientras que la ciudad francesa de Narbona está a 98 kilómetros al norte. "No hay localidades con gran densidad de población cerca de la frontera, de ahí que se haya convertido en un polo económico y hayan intentado mantener los negocios de la época fronteriza", señala el economista Enric Llarch a VIA Empresa. De esta manera, y gracias a la desaparición de las fronteras físicas, es mucho más fácil acceder a Catalunya para muchos habitantes del sur de Francia, como también a la inversa, sobre todo porque "los conductores no tienen que detenerse ni perder tiempo debido a los antiguos controles y largas colas", aunque en algunas ocasiones haya controles esporádicos para combatir el terrorismo y la lucha contra el tráfico de drogas.

 

La Jonquera recibe anualmente unos seis millones de visitantes y cruzan diariamente más de 11.000 camiones

El mismo Llarch explica que "hace décadas existía una tradición de una serie de servicios más asequibles que en Francia, como el transporte, el auge de los prostíbulos, la gasolina, los hoteles y los supermercados". Estos operadores han intentado resistir con esta tradición, especialmente teniendo en cuenta su ubicación estratégica.

El pueblo con una acera francesa y otra catalana

El Portús ja és oficialment el nom del barri de la Jonquera (Alt Empordà) | ACN
El Portús ya es oficialmente el nombre del barrio de la Jonquera (Alt Empordà) | ACN

La vinculación transfronteriza de La Jonquera es tan profunda que se da el curioso caso de Le Perthus, un pueblo con una acera francesa y otra catalana. Para entenderlo bien, Le Perthus es uno de los primeros pueblos después de cruzar la frontera con Francia, a unos seis kilómetros de La Jonquera, en el límite desde Catalunya. Sin embargo, la división territorial hizo que tanto una de las aceras de la avenida Catalunya de Le Perthus, como otras calles más atrás, quedaran bajo jurisdicción catalana. Mientras que la calzada, la otra acera y el resto del pueblo están bajo mandato francés. A la parte catalana se la conoce como El Portús y su gestión local está a cargo del Ayuntamiento de La Jonquera.

Gemma Arché (Infojonquera): "Con la libertad de circulación a través de la frontera, ha habido una reinvención de la economía y la creación de negocios enfocados hacia los transportistas"

Gemma Arché, responsable del medio de comunicación Infojonquera, explica a VIA Empresa que en La Jonquera hay todos los servicios necesarios como en cualquier pueblo, pero que "es necesario diferenciar el centro de la periferia". Es decir, en las afueras del municipio se da mucha más importancia a los camioneros que provienen de toda Europa, a las gasolineras, restaurantes y áreas de servicio. De hecho, es en el mismo barrio del Portús donde hay muchas tiendas relacionadas con el tabaco y el alcohol.

Para Arché, el gran cambio que ha experimentado económicamente La Jonquera en los últimos años ha sido la libertad de circulación a través de la frontera, un hecho que ha comportado la "reinvención y la creación de negocios enfocados hacia los transportistas". De ahí que existan gasolineras, restaurantes, parkings con un costo diario de dos euros, donde el camionero puede estar estacionado durante toda la noche y disponer de servicio de vigilancia, ducha, lavadora e incluso la reciente incorporación: un gimnasio.

Uno de los requisitos de los trabajadores del municipio, según precisa la periodista, es contar con un nivel alto de francés, ya que la mayoría de los visitantes que transitan por el pueblo no dominan ni el catalán ni el castellano, y muchos empresarios lo tienen claro en la selección de personal: "el cliente siempre tiene la razón". Además, el municipio cuenta con pocos puestos de trabajo cualificados, mientras que la mayoría de las posiciones están orientadas al público. La incorporación del teletrabajo en algunas organizaciones ha favorecido que más locales se queden y no se trasladen a otras ciudades, como por ejemplo Girona o Figueres.

El estanco más grande de Europa

Persones fent cua a un estanc de tabac del Portús | EP
Personas haciendo cola a un estanco de tabaco del Portús | EP

La diferencia de precio que notan los franceses se da principalmente con el alcohol y el tabaco, de ahí la lucha por conseguir las licencias. En Catalunya, los cigarrillos cuestan menos de la mitad de lo que pagarían en su país. Por ejemplo, un paquete de Winston Blue cuesta 4,95 euros, mientras que en Francia, después de la subida de precios de abril de 2023, se venden a 11 euros en establecimientos autorizados. Les resulta rentable trasladarse al otro lado de la frontera para abastecerse de cartones, incluso si tienen que recorrer decenas de kilómetros.

A Catalunya, los cigarrillos cuestan menos de la mitad de lo que pagarían en Francia

El hecho de que el tabaco sea una fuente de ingresos importante para el Estado, aproximadamente el 80% del costo de un paquete de tabaco son impuestos, y que en los pueblos fronterizos pirenaicos se venda mucho, probablemente fue un argumento de peso de Hacienda para autorizar tantas licencias en el municipio empordanés. Cuando se concedieron diez licencias de estancos en el municipio en 2022, causó primero sorpresa y luego preocupación en el sector, ya que se temía que acabara perjudicando la rentabilidad del negocio. Hacía más de 20 años de la última convocatoria. De hecho, La Jonquera es el tercer lugar de todo el Estado en ventas de tabaco, después de Madrid y Barcelona.

De las siete licencias que ya están concedidas y validadas, cinco de ellas están en el pueblo de La Jonquera y otras dos en el barrio del Portús. Cinco de estas siete han sido adjudicadas a las nuevas generaciones de las familias empresariales de peso en La Jonquera, como son Escudero y Raurich, a través de los grupos Escudero y Tramuntana. Las tres concesiones vinculadas al Grupo Escudero han abonado 17,62 millones de euros, de manera que la de Escudero Bermúdez ha costado cinco millones de euros; la de Ana Escudero Riscado, 6,12, y la de Antonio Escudero Riscado, 6,5. En el caso de las personas directamente vinculadas al Grupo Tramuntana, la inversión total sería de 12,1 millones de euros.

La Jonquera es el tercer lugar de todo el Estado en ventas de tabaco, después de Madrid y Barcelona

Es remarcable que Antonio Escudero es un destacado empresario local que también es el vicepresidente del área social del FC Barcelona. Como curiosidad, el primer grupo empresarial de La Jonquera es el de Escudero, que además de los estancos también abarca la restauración, con dos buffets libres con capacidad para 1.300 comensales, hostelería o artículos para el deporte, además de una bodega (Castell de Biart) y medios de comunicación (Hora Nova).

Bonustrack: la segunda vida de los supermercados franceses

Molts catalans van a comprar al municipi de Le Boulou | iStock
Muchos catalanes van a comprar al municipio de Le Boulou | iStock

Finalmente, no solo los franceses vienen a nuestro país, sino que también hay catalanes que cruzan la frontera para ir a sus supermercados, como por ejemplo en Le Boulou. La sorpresa de los últimos meses tiene que ver con el abaratamiento de las ostras, los productos vegetarianos y los que son sin gluten en el lado francés. Los habitantes del Alt Empordà, además de adentrarse en Le Barcarès, Perpiñán o Carcasona por la parte de ocio, eligen un producto muy demandado: el aceite de oliva es mucho más barato en Francia. Y, mientras tanto, muchos jonquerenses afirman con humor que "ojalá los franceses sigan cocinando con mantequilla, que ellos se quedarán con el mejor aceite transfronterizo".