La manzana 'se hace grande' en altura

En la zona montañosa del Valle del Llobregós, se cultivan 14 hectáreas de la fruta a más de 350 metros de altitud

Recogida de la manzana en el Valle del Llobregós | Cedida Recogida de la manzana en el Valle del Llobregós | Cedida

Más dulce, jugosa, vistosa y con un mayor grado de conservación. Así se podrían definir a grandes rasgos los resultados de cultivar manzana en una zona de montaña, a más de 350 metros de altitud. El ejemplo se visualiza en el Valle del Llobregós, una área que está a caballo de las comarcas de l'Anoia, Solsonès, Segarra y Noguera, donde ya hay destinadas 14 hectáreas a este cultivo de montaña. Ya hace casi una década, en 2014, que las cooperativas Fruits de Ponent de Alcarràs y Agrària del Llobregós iniciaron el proyecto con la voluntad de extender el cultivo gracias a la reconversión del terreno, que ha pasado de secano a regadío a través del canal Segarra-Garrigues.

El objetivo de la iniciativa es superar las 100 hectáreas de superficie en un periodo de tiempo relativamente corto. Mediante una manzana de colores vivos y que ofrece más rentabilidad al agricultor, los impulsores del cultivo de la manzana de montaña del Valle del Llobregós quieren atraer a nuevos agricultores para revitalizar la zona.

Los impulsores del cultivo de la manzana de montaña del Valle del Llobregós quieren atraer a nuevos agricultores para revitalizar la zona

Una de las entidades que más ha estado trabajando para desplegar este proyecto es la Associació Cooperació Rural pel Desenvolupament (Acord). Su presidente, Antoni Pujol, destaca "la alta productividad de las fincas, lo que puede suponer un motivo para que los productores de la zona apuesten por el cultivo de la manzana de montaña". Así, esta puede lograr entre 12.000 y 14.000 euros de margen neto por hectárea, calculado sobre un precio de 50 céntimos el kilo. Cada hectárea puede producir entre 50 y 60 toneladas de manzanas.

El papel de las mujeres, en el Valle del Llobregós

Acord cree que la manzana de montaña, atendiendo a su calidad y valor añadido, puede ayudar al desarrollo rural de la zona del Valle del Llobregós y ampliarse a toda la zona de regadío del sector 1 y 2 del canal Segarra-Garrigues. En el crecimiento del proyecto, tienen un rol fundamental las mujeres, que han apostado por hacer crecer las plantaciones. Es el caso de Lourdes Cuadrat, una joven acabada de incorporar al mundo agrícola, que ve en el proyecto una ventaja para conciliar la vida laboral y la familiar.

El caso más paradigmático de la implicación de las mujeres al proyecto es de Maria Casoliva, responsable del grupo de trabajo de la Mujer Rural y de la Manzana de montaña de Acord, que entre Sanaüja (la Segarra) y Ribelles (la Noguera) tiene plantadas 10 hectáreas de manzana. Además, Casoliva, como presidenta de la Cooperativa Agraria del Llobregós, que forma parte de Fruits de Ponent, facilita la comercialización de la fruta.

Se ha llevado a cabo una investigación para estudiar las mejores estrategias de riego para aplicar el agua de manera eficiente

El proyecto de la manzana de montaña del Valle del Llobregós tiene un componente innovador en el hecho de que se ha llevado a cabo una investigación para estudiar las mejores estrategias de riego para aplicar el agua de manera eficiente con el objetivo de conseguir un producto de mayor calidad organoléptica, en función de cada variedad, en una zona donde no existía ningún tipo de experiencia en riego de árboles frutales. En este proceso, ha tenido un papel capital el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA).

Los impulsores de la iniciativa confían en ampliar la zona de cultivo de la manzana de montaña del Valle del Llobregós y garantizar un lugar en el mercado y un precio con valor añadido ajustado a la alta calidad organoléptica que ofrecen las producciones de este lugar. Desde el año 2014, una finca piloto ubicada en Ribelles ha servido para estudiar qué variedades son más idóneas, cómo se deben podar los árboles o cómo estos se tienen que proteger de las heladas y otras afectaciones meteorológicas. El valle tiene una área potencial de 3.000 hectáreas y el objetivo de Fruits de Ponent es llegar a plantar frutales en unas 100 o 200 hectáreas. De momento, se contabilizan 14, repartidas entre Vilanova de l'Aguda (Noguera) y Sanaüja (Segarra).

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