La medicina rural para 'curar' la falta de vivienda

Una Hospedería Social en Cervera o la reapertura de 18 bungalows en la Pobla de Segur, herramientas para luchar contra las trabas de acceso a un hogar en Lleida

Uno de los bungalows destinados a vivienda en La Pobla de Segur| Cedida Uno de los bungalows destinados a vivienda en La Pobla de Segur| Cedida

El año 2022 cerró con una reducción de la oferta de alquiler en lugares como la provincia de Barcelona o en la misma capital catalana. Esta tendencia, que recogen algunos portales inmobiliarios de referencia, como Idealista y Fotocasa, no se ha seguido en la ciudad de Lleida o en la demarcación leridana. En estos casos, la cifra de pisos para arrendar creció un 21% en la capital y un 19% en la provincia. A pesar de este incremento de la oferta, las comarcas de Ponent se encuentran con un problema añadido: la falta de alternativas, en determinadas zonas, para acceder a una vivienda, lo que dibuja un escenario de una Catalunya 'vaciada', caracterizada por la despoblación y la carencia de algunos servicios esenciales. Fruto de este déficit, han surgido algunas iniciativas que tratan de paliar este hándicap, a la vez que desencallan problemáticas sociales como el sinhogarismo o el desarrollo de las zonas de montaña.

Atender a personas con riesgo de exclusión social provocada por el sinhogarismo o la dificultad de acceso a una vivienda, a menudo vinculadas con problemas de dependencias, enfermedades mentales o la ausencia de una red familiar. Es la propuesta de acción comunitaria impulsada por la Asociación Emaús Rural que, con su proyecto 'Hospedería Social Sagrada Familia', plantea la recuperación de un gran edificio en Cervera, que se ha convertido en un espacio polivalente de convivencia. Este consta de una vivienda para personas sin hogar en proceso de recuperación y una área de familias en situación de emergencia residencial.

'Hospedería Social Sagrada Familia' plantea la recuperación de un gran edificio en Cervera, que se ha convertido en un espacio polivalente de convivencia

'Hospedería Social Sagrada Familia' es una de las 10 iniciativas ganadoras de los Premios Fundación "la Caixa" a la Innovación Social 2022. El jurado reconoce "el enfoque integral del proyecto, que afronta el reto como un problema de comunidad, no solo individual. Además, impulsa dinámicas de autoayuda y activa a los participantes a llevar a cabo actividades que inciden en el territorio como la recuperación del patrimonio histórico".

Atención de personas sin hogar

La responsable del proyecto, Conchi Plaza, asegura que "queremos crear un espacio que favorezca la ayuda mutua, el crecimiento personal y que pueda dar seguridad a las personas para afrontar su futuro". La Hospedería ha atendido a 35 personas sin hogar y en riesgo de exclusión. Desde la Fundación "la Caixa" se incide en que los galardonados aportan soluciones a retos emergentes como la salud mental de los jóvenes, la soledad no deseada, el sinhogarismo, la discapacidad, la exclusión social, la regeneración urbana de barrios degradados, la ocupabilidad, el ocio inclusivo y la escuela rural.

A raíz del premio, los responsables de la Hospedería señalan que este año avanzarán en la instalación de placas fotovoltaicas dentro de su plan de inversiones para la mejora de la eficiencia energética del edificio y apostarán por mantener las nuevas contrataciones de personal que se realizaron en 2022.

Antiguos bungalows para estudiantes

La problemática también se extiende a otras áreas de las comarcas leridanas, como el Pirineo. Un ejemplo es la Pobla de Segur, afectada por una carencia generalizada de vivienda y que ha decidido reabrir 18 antiguos bungalows destinados a los periodos de vacaciones para alojar estudiantes de la rama de deportes de montaña. El complejo, denominado 'Ciudad de Vacaciones', se ubica junto a la estación de tren. La iniciativa es la respuesta del ayuntamiento a las dificultades de los jóvenes estudiantes para encontrar una vivienda asequible.

El alcalde de La Pobla de Segur, Marc Baró, explica que el proyecto tiene el propósito de desencallar la demanda de vivienda de los jóvenes que se forman en el centro de estudios de montaña y que no encuentran piso, pero también recuperará su función inicial de recibir turistas en los periodos de vacaciones (verano e invierno). En su planteamiento inicial, los 18 bungalows tenían que ser una 'ciudad' con 100 cabañas, pero actualmente se encuentran sin un uso concreto.

Otro factor que dificulta la 'repoblación' de esta zona del Pirineo leridano es el incremento de la actividad de los pisos turísticos

Desde el ayuntamiento se añade otro factor que dificulta la 'repoblación' de esta zona del Pirineo leridano: el incremento de la actividad de los pisos turísticos. En los últimos años, representantes del sector de la restauración y de la hosteleria admiten que no encuentran personal por la falta de vivienda. En este contexto, Marc Baró precisa que el consistorio está negociando con la Sareb, el 'banco malo', la posibilidad de gestionar un parque de 81 pisos vacíos para fomentar el alquiler social para jóvenes menores de 35 años y para el colectivo de más mayores de 65.

La realidad de los micropueblos

El encarecimiento del alquiler en las zonas de las estaciones de esquí del Pirineo leridano, coincidiendo con la temporada alta- entre diciembre y abril- provoca otro fenómeno: la aparición de personas que trabajan en este sector y que tienen que vivir esos meses en caravanas o en furgonetas. Los alcaldes y responsables municipales de esta zona atribuyen a las limitaciones de la Ley de Urbanismo de Catalunya la imposibilidad de levantar nuevas construcciones, dejando la oferta en pisos y casas antiguas o viejas sin muchas opciones de rehabilitación o de reforma.

Para hacer frente a esta sangría, hace pocas semanas, la Diputación de Lleida anunció un plan para incrementar un 25% los fondos directos destinados a ayuntamientos y consejos comarcales, destinando 193 millones de euros entre 2019 y 2022. Según el ente provincial, la medida paliativa quiere favorecer comarcas como el Pallars Jussà, las Garrigues o la Segarra, que son zonas de montaña o con riesgo de despoblamiento. De hecho, Lleida es la demarcación catalana con más presencia de micropueblos, acumulando 123. Estas localidades representan el 6,4% de la población de toda la provincia y más del 50% de la superficie. Todo un reto a la hora de lograr el equilibrio territorial.

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