La reducción de los precios energéticos y de las materias primas ha favorecido, en el tercer trimestre de 2023, la mejora de los márgenes agrícolas hasta el punto de superar el nivel anterior a la pandemia. Estos son datos del último informe trimestral del Observatorio de Márgenes Empresariales. Mientras que se recuperan los agrícolas, los de la industria alimentaria aún caen fuertemente; y los de la distribución también, pero de forma más leve.
Este observatorio es la fuente más fiable para conocer la evolución de los márgenes de la cadena alimentaria. Creado hace un año por el Banco de España, la Agencia Tributaria, el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa y la vicepresidencia primera del Gobierno, se convierte en el instrumento más transparente sobre la evolución de los precios.
El 'Observatorio de Márgenes Empresariales' es la fuente más fiable para averiguar la evolución de los márgenes de la cadena alimentaria
Partiendo del índice 100 en 2019, el conjunto de la cadena alimentaria se sitúa ahora en el 105, después de varios trimestres entre el 90 y el 100. Lo más interesante de los datos es que en el desglose, la agricultura dispara sus márgenes del 100 al 125, encadenando dos trimestres de aumento. Por su parte, las empresas de la distribución alimentaria siguen una tendencia a la baja, pero manteniéndose cerca del índice 100, exactamente en el 95. Y en cuanto a la industria, muestra una caída por debajo del índice 90, recuperándose ligeramente de la caída que comenzó en el segundo trimestre de 2021. Esta información confirma las pésimas expectativas para los fabricantes que mencionó AECOC en su congreso de octubre.
Unas cuantas constataciones. La primera, estos datos reflejan solo la relación de este índice con el anterior a la pandemia, lo que significa que los márgenes del sector primario mejoran respecto a 2019; es decir, no prejuzga si deberían ser más amplios y en qué porcentaje. Cuando los agricultores se quejan estos días en las calles, aparte de aprovechar la oportunidad de estar pocos meses antes de las elecciones al Parlamento Europeo disfrutando de una mayor exposición, reivindican unos precios que les permitan vivir. La capacidad de obtener unos ingresos suficientes no vendrá de arañar márgenes al resto de la cadena, porque ya son estrechos para todos, sino por incrementar la productividad de las explotaciones ampliando la dimensión y compitiendo con innovación y mejoras.
La segunda constatación es que la industria alimentaria continúa en el pendiente desde hace tres años, lo que se constata con los recortes de plantilla que se están produciendo en Danone, Bimbo, Heineken, Pepsico o Coca-Cola, y la retirada de su marca de los lineales de algunos supermercados por precios fuera de las expectativas de los clientes. Los amplios márgenes de los que disfrutaban hasta la pandemia deberán ajustarse y revisar sus modelos de negocio porque las marcas privadas les están arañando cuota de mercado.
Y la tercera constatación es que los precios de los supermercados son los que menos han oscilado desde la pandemia; eran estrechos y continúan siéndolo. Mientras los márgenes agrícolas han mostrado un vaivén amplio entre el índice 75 y el 125 y los industriales entre el 70 y el 110, los distribuidores no se han movido más que del 95 al 110. Cualquier objetivo empresarial en alimentación es defendible. Ahora bien, en este período en que los consumidores exigen una fuerte contención de precios parece que mantener bajos márgenes con alta producción es más rentable que hacerlo al revés; la dimensión cada vez es más valiosa y producir a precios discretos también.