
La brecha de género es una problemática constante en múltiples sectores de la economía, y es especialmente señalada en las disciplinas tecnológicas. Solo un 35% de las trabajadoras del sector TIC a escala mundial son mujeres, y la cifra es aún más reducida en las posiciones de poder: un 26,4%, según recoge el World Economic Forum en el Gender Gap Repor de 2024, uno de los más reducidos entre todos los sectores.
Esta brecha también está presente en Catalunya, y lo está de manera más destacada: las mujeres representaban un 31,88% de la fuerza de trabajo del sector tecnológico en 2023, según recoge la segunda edición del Baròmetre de la Dona TIC a Catalunya, elaborado por el Cercle Tecnológic. Esta cifra se sitúa cuatro puntos por debajo de la media global y seis por debajo de la media europea, que es del 37%. Esta diferencia también se percibe en las posiciones de poder: en Catalunya, las mujeres que ocupan cargos con responsabilidad dentro de empresas tecnológicas son solo el 20,8%.
“Es una brecha muy acusada”, se ha lamentado la secretaria de Polítiques Digitals del Departament d'Empresa i Treball, Maria Galindo, durante la presentación del informe en la sede de Acció. Unos datos que evidencian que “hay que hacer un esfuerzo importante”, pero que también han mostrado una mejora sustancial en los últimos años. “Hemos pasado de ser una de cada cinco hace 10 años a ser una de cada tres”, ha corroborado la secretaria. Esta mejora también se percibe entre las posiciones especializadas, es decir, las mujeres dentro del sector que trabajan en departamentos técnicos: en la primera edición del barómetro, basado en datos de 2022, el porcentaje era del 25,4%, y en el actual, con datos de 2023, ha crecido un punto, hasta el 26,4%. También se superan las medias del global del Estado, donde las mujeres representan el 27,6% del sector TIC, el 17% de las directivas y el 19,6% de las trabajadoras especializadas.
Una brecha de múltiples capas
Todos estos porcentajes palidecen ante el dato recogido en el estudio Resetting Tech Culture de Accenture: un 50% de las mujeres que trabajan en el sector tecnológico a escala mundial abandonan sus posiciones antes de los 35 años, porcentaje que en otros sectores oscila alrededor del 20%.
Un 50% de las mujeres a escala mundial abandonan su posición dentro del sector tecnológico antes de los 35 años, cuando en otros sectores el porcentaje ronda el 20%
¿Qué puede explicar una tasa de abandono tan elevada? El gerente del Cercle Tecnológic, Xavier Sellarès, aduce varios posibles motivos, como la brecha salarial o la igualdad de condiciones laborales y oportunidades de promoción interna que tienen las mujeres en comparación con sus compañeros masculinos. Toda una serie de aspectos que se acostumbran a plasmar en los planes de igualdad de las empresas, unos documentos que, en el sector tecnológico catalán, solo tienen el 61,6% de las compañías. Esta carencia se traslada a las políticas de contratación: solo el 10% de las empresas alcanzaron la paridad de género en las nuevas contrataciones en 2023, y en un 40% las mujeres no llegaban a representar ni el 10%.
Pero la problemática no empieza una vez la mujer inicia su trayecto profesional, sino que se remonta mucho más atrás, y la educación es un indicador evidente. De acuerdo con el II Baròmetre de la Dona TIC, solo un 17,25% de los matriculados en grados universitarios tecnológicos fueron mujeres en el curso 2023-24. Una cifra que, de nuevo, mejora de manera notoria los datos de hace solo dos años, cuando representaban solo el 12,9%, pero que siguen siendo muy reducidas y por debajo de la media europea (19,5% en el curso 2021-22). Lo mismo ocurre con las graduaciones: las mujeres son solo el 12,7% en titulaciones TIC. Y aún es más notorio en el caso de la formación profesional, donde solo el 12,2% de los graduados en grados medios y superiores son de género femenino.
Las mujeres solo representan el 17,3% de las nuevas graduadas en titulaciones tecnológicas universitarias en Catalunya y un 12,7% de las tituladas
Ante este panorama, queda claro que las razones son aún más originarias, y aquí surge otro dato impactante, cortesía de la Universitat Politècnica de Catalunya: solo el 5,49% de las mujeres matriculadas en Informática son la primera generación de su familia en cursar un grado TIC, cuando entre los hombres el porcentaje es del 26,92%. Dicho de otra manera, casi el 95% de las mujeres que han empezado a estudiar Informática tienen algún referente familiar en la misma rama profesional. “Tenemos que romper el estigma social. No dar oportunidades a las niñas es una cuestión muy incrustada socialmente. A los 6 años ya está un poco marcado si hará una carrera tecnológica o no, y a los 12 años está todo el pescado vendido. Se tienen que trabajar mucho las vocaciones”, ha dejado claro Galindo. Hacia esta dirección va el nuevo Pla DonaTIC que prepara el gobierno, donde las vocaciones, los planes de igualdad y el reconocimiento de referentes a través de los Premios DonaTIC (que ya acumulan 10 ediciones) son ingredientes principales.
Un Pacto Nacional para equilibrar la demanda de talento
En el marco de la presentación de los resultados del II Baròmetre de la Dona TIC en Catalunya, el conseller de Empresa i Treball de la Generalitat, Miquel Sàmper, ha anunciado la puesta en marcha de un nuevo Pacto Nacional por el Talento Digital para dar respuesta a uno de los principales problemas que afronta el sector tecnológico. Y es que a pesar de ser una industria que en 2024 incorporó 40.000 nuevos profesionales, un 20% más que el año anterior, aún quedaron 9.000 plazas por cubrir. “El objetivo es duplicar el número de profesionales tecnológicos en Catalunya para 2030, y que en este período, el 50% de los nuevos puestos de trabajo digitales sean ocupados por mujeres”, ha declarado Sàmper.
El consejero ha avanzado que el Govern creará en las próximas semanas un grupo de trabajo interdepartamental dentro del ejecutivo, desde el cual empezarán a trabajar “con las empresas, entidades y expertos” del sector con la intención de terminar el plan de trabajo a finales de 2025. “El sector tecnológico es un motor de crecimiento económico y de empleo de calidad, y tenemos que favorecer que siga siéndolo, porque la brecha entre oferta y demanda de talento digital puede afectar su desarrollo y crecimiento, y en definitiva, el de la actividad productiva y económica en Catalunya”, ha concluido.