El tramo que va desde la playa de Sant Miquel hasta la de la Barceloneta es uno de los grandes atractivos de la ciudad de Barcelona, un espacio de contrastes donde convive la tradición del Club Natació Barceloneta con la herencia vinculada con los Juegos Olímpicos. Este último aspecto se ha actualizado, en los últimos años, con la aparición de un gran reclamo turístico como es el hotel W.
A pocos metros de esta zona concurrida para los barceloneses y visitantes se esconde MB92, empresa naval con un liderazgo mundial en el sector del mantenimiento y reparación de barcos de gran eslora. Su directora de recursos humanos, Carmen Sánchez, recibe VIA Empresa con una paseo por las instalaciones portuarias. MB92 cuenta con una plantilla de 180 trabajadores y una red de unas 50 empresas auxiliares que pueden llegar a generar un movimiento diario de 1.000 personas. Con Sánchez tratamos aspectos de la actividad de la empresa y una idea emergente: la economía azul. Este concepto será uno de los temas centrales de la próxima edición del BizBarcelona.
¿Qué es la economía azul, más allá de las definiciones de los manuales?
Un grupo de interés común entre universidades, empresas, instituciones, organizaciones vecinales... Somos un conjunto de instituciones y personas que vamos enfocadas a una estrategia de valor. En nuestro caso vinculada al mar. Hablamos de tecnología, de investigación y de multitud de aspectos que van interrelacionados.
¿Es el punto de unión entre el pasado y el futuro?
Totalmente, todo está unido y así lo entendemos cuando hablamos con las administraciones o la lonja de pescado. No tenemos que olvidar el pasado en este nuevo futuro. Los colegios tienen que poder venir a hacer deporte a la playa o conocer de donde sale el pescado. De este modo se entiende que el pescado será saludable si cuidamos el mar. Esto se puede enlazar con el hecho que si cuidamos el mar tendremos una industria sostenible y referente en todo el mundo, con todo el movimiento de empresas emergentes que se genera y la consolidación de Barcelona como un hub marítimo. El círculo es muy circular.
Sánchez: "Somos un conjunto de instituciones y personas que vamos enfocadas a una estrategia de valor"
¿Qué papel tiene que jugar Barcelona como ciudad referente del sur de Europa?
Tenemos una oportunidad de oro para ser una ciudad referente. Silicon Valley lo es de la tecnología y creo que Barcelona puede avanzar a otras ciudades como Rotterdam y Génova, localizaciones que están bastante metidas en todo el universo blue economy. Lo trasladamos constantemente en nuestros contactos con el Ayuntamiento de Barcelona, ahora es el momento de intentar lograr este hito. Hace treinta años, los Juegos Olímpicos representaron un elemento rompedor para la ciudad y creemos que hay que volver a recuperar ese espíritu.
¿La Copa América de Vela es el punto de inflexión?
Absolutamente, es crucial. De hecho, nuestras instalaciones acogerán un equipo. La Copa América será una gran oportunidad para consolidar Barcelona como referente mundial.
¿Las empresas están preparadas para aplicar los principios de la economía azul?
Si me hablas de Marina Barcelona 92, te diría que sí. Hace veinte años que tenemos los muelles electrificados y la gestión de los residuos ya hace tiempo que forma parte de nuestro día a día. No partimos de cero, simplemente actualizamos los protocolos. Como es lógico, las empresas que empiezan ahora tendrán que coger más velocidad para no perder el tren.
Sánchez: "La Copa América será una gran oportunidad para consolidar Barcelona como referente mundial"
¿Desde la perspectiva de los recursos humanos, qué estructura necesita una empresa para absorber todos estos cambios derivados de una nueva forma de entender la economía?
Te tienes que preparar antes de que todo llegue. Debes dimensionar muy bien, entender el papel de las nuevas tecnologías o posibles restricciones de las legislaciones. La formación es fundamental y por eso tenemos un contacto estrecho con el Instituto y la Facultad de Náutica. También tenemos mucha relación con el Consorci d'Educació y el Port de Barcelona.
De todo aquello que es economía azul, en Marina Barcelona 92 lo empezamos a trabajar en 2020 y esto nos ha permitido actuar con ventaja. Insisto, la receta es tener una trazabilidad y una buena comunicación con todos los actores del ecosistema: empresas, administraciones y centros de formación.
¿El contexto geopolítico os genera alguna afectación?
Y tanto, algunos ejemplos son la pandemia o la guerra de Ucrania. Con la llegada del covid-19, el Port fue uno de los sectores que no se paró, aun así hemos notado los efectos. Lo mismo con el conflicto bélico. Algunos de los clientes que teníamos eran rusos y, afortunadamente, hemos solucionado el problema captando clientes norteamericanos, australianos y europeos.
¿La reparación y mantenimientos de barcos de gran eslora tiene muchas singularidades?
En los últimos quince años hemos pasado de llevar personal de fuera para llevar a cabo muchas reparaciones a hacerlo con gente de aquí. De todos modos, cada año continuamos trabajando con una horquilla de 600-800 proveedores especializados de todo el mundo, porque muchas veces tratamos con unos barcos muy sofisticados y de alta tecnología.