La 'guerra' de la gasolina a la catalana

Las grandes multinacionales como Repsol están monopolizando cada vez más el sector de las estaciones de servicio

Diferentes surtidores de una benzinera | iStock Diferentes surtidores de una benzinera | iStock

Una nueva estación de servicio se ha instalado en Sant Cugat del Vallès. Y lo hace reventando precios, con la gasolina 95 por debajo de los 0,98 euros el litro y el litro de gasóleo por menos de 0,88. Algunas gasolineras de alrededor se ven obligadas a rebajar las tarifas si quieren mantener la clientela. Es la guerra de las gasolineras, que estalló especialmente con la proliferación de las estaciones low cost a partir del 2012. Son céntimos de diferencia, pero que a lo largo del año pueden suponer ahorros de decenas de euros para los conductores. Pero, ¿las gasolineras tienen margen para ofrecer estos precios? ¿Qué objetivo persiguen? ¿Cómo pueden competir las pequeñas estaciones de servicio con las grandes cadenas como Repsol o Cepsa?.

"Lo que buscan es tener mucho volumen con un margen muy bajo. A los precios que lo están vendiendo, básicamente no tienen beneficio", explica Sergi Gustà, gerente y administrador de Petrogustà, que lo ve como una estrategia de marketing para darse a conocer y captar nuevos clientes.

Campaña de marketing

Como ejemplo, explica que ellos compran un litro de gasolina 95 (el precio varía según el día) a 0,8191 sin IVA. Si la gasolina se vende a 0,979, el beneficio por la estación sería de 0,01 euros por litro. A pesar de que la clave de estas gasolineras es vender un gran volumen de gasolina, el margen es pírrico. ¿Cómo se puede mantener pues?

Sergi Gustà: "Tienen una estructura mucho más grande y juegan con la economía de escala"

Hay las estaciones low cost, que reducen costes eliminando el personal, ubicándose en zonas más baratas y en espacios pequeños. Por otro lado, pueden ser gasolineras de grandes cadenas, como Repsol, Galp o Cepsa. "Tienen una estructura mucho más grande y juegan con la economía de escala", apunta Gustà. Es decir, compran mucho más carburante y les puede salir más barato y, a la vez, pueden obtener precios mucho más bajos en mantenimiento, limpieza...

¿Un monopolio?

Sea como fuere, las gasolineras familiares o de pequeños propietarios lo tienen complicado para competir. Y esto está comportando que las grandes multinacionales cada vez estén más presentes. Según Manuel Amado, presidente de la Asociación Provincial de Estaciones de Servicio de Barcelona (APES), de las 11.000 estaciones de servicio que hay en el Estado español, unas 6.000 son de Repsol y Cepsa controla alrededor de 3.000.

"Desde 1991 que voy avisando que el futuro de las estaciones de servicio pintaba mal y así ha sido. Cada día, las multinacionales se van quedando las gasolineras que funcionan", añade Amado. El 1991 fue cuando se liberalizó el sector y en pocos años se pasaron de menos de 4.000 gasolineras en el Estado a más de 13.000. El pastel se ha repartido y los beneficios se han reducido.

Amado: "<¡Cómo pueden mantener el margen de beneficio y pagar al personal?"

Pero el control de las gasolineras no es el único con que se han quedado las multinacionales. Manuel Amado explica como el negocio de venta directo, aquel destinado a la agricultura, maquinaria o grandes flotas; ya lo hacen directamente las grandes cadenas. "Las grandes compañías les ponen incluso un depósito gratuito a cambio de que les compren el carburante, a un precio más económico", recalca.

Todo ello deja a las gasolineras particulares en una situación difícil, añade Amado: "¿Cómo pueden mantener el margen de beneficio y pagar al personal?". Así, las gasolineras con más beneficio se las quedan las multinacionales y las que van mal, acaban cerrando. Según Amado, en los últimos meses han cerrado unas 2.000 en el Estado.

Las Low cost

Como ha pasado en el sector de la aviación, en el mundo de la gasolina también han aterrizado las low cost. Hacia el 2012, el Gobierno español liberalizó todavía más el sector y permitieron su implantación. "Lo que hacen es reducir costes, sobre todo de personal, con gasolineras de prepago. Ganan mucho con el volumen", destaca Sergi Gustà. Esto también hizo daño al sector, que se tuvo que adaptar: "Se redujeron márgenes por fidelitzar clientes y ajustar precios".

El presidente de APES se muestra muy crítico con la permisividad con las estaciones low cost: "Son estaciones desasistidas". Explica que en una gasolinera puede haber riesgos y no entiende como se permite que haya estaciones sin personal.

La benzinera 'low cost' de Petroprix a Sant Cugat del Vallès

La gasolinera 'low cost' de Petroprix en Sant Cugat del Vallès

¿Es la misma gasolina?

Una duda que surge en los consumidores es si la gasolina de una low cost es de peor calidad. Pero la realidad es que la gasolina base es la misma en cualquier estación de servicio. El gerente de Petrogustà explica que la gasolina se compra en el Puerto de Barcelona, donde llegan los petroleros de las grandes marcas (Repsol, Cepsa...). Y la gasolina, sea cual sea, se mezcla después de pasar los controles de calidad. Es decir, que la gasolina no es Repsol o Cepsa, sino una mezcla.

Lo que sí que cambia, apunta Manuel Amado, son los aditivos que cada empresa le añade. En este caso, la diferencia entre las gasolineras low cost y el resto sí que se nota.

Amado: "El futuro es de las multinacionales"

"El futuro es de las multinacionales", sentencia Manuel Amado. "Hay un cierto control del sector por parte de las grandes empresas energéticas", apunta Alexis Berg-Rodríguez, profesor colaborador de los Estudios de Derecho y Política de la UOC, que añade que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia es la que tiene que evitar las prácticas de monopolio.

Pero con todo, todavía hay benzineres de particulares que sobreviven en este sector, sin abocarse al low coste ni venderse a las grandes compañías. Es el caso de Petrogustà y Sergi Saboreó explica los motivos: "No te cases con nadie y eres libre. Tienes algo más de margen porque no estás ligado a una gran empresa y puedes decidir donde comprar para encontrar el mejor precio".

Aún así es difícil competir y las claves, apunta, son fidelitzar los clientes y ofrecer un trato personal y cercano.

El precio de la gasolina

Una cuestión que a menudo genera dudas entre la población es como evoluciona el precio de la gasolina. Por Berg-Rodríguez al final es una cuestión de la oferta y la demanda a escala global, es decir de la gasolina que se consume y de la disponibilidad del petróleo, la materia primera.

Durante los meses de confinamiento sorprendía a todo el mundo algunas informaciones que apuntaban que incluso en algunos pozos petrolíferos, el precio de la materia era negativo: es decir, quien se llevaba el crudo, recibía dinero. Uno de los motivos, explica el profesor de la UOC, es que el planeta estaba paralizado y no había demanda.

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Además, hay que tener en cuenta que la gasolina que se consume en un punto determinado en abril, se ha comprado meses atrás. "Se compra a futuro. Esto hace que el producto que estás consumiendo, aunque el precio de la materia primera se haya desplomado, mantenga el precio", destaca Berg-Rodríguez.

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