Si bien durante el MWC de los últimos años Fira de Barcelona ha acogido estrellas del rock del calibre de John Bon Jovi, ninguna performance en medio de teléfonos y gafas de realidad virtual es más eléctrica que la de John Hoffman. Con un sonoro "¡Qué pasa, Barcelona!" el CEO de la patronal del móvil GSMA da continuidad a la temporada de festivales barcelonesa en el palacio 1 de Fira de Barcelona para celebrar la renovación de la feria, que restará en la capital del país como mínimo hasta el final de la década. El patronato de la Mobile World Capital y las tres administraciones –municipal, autonómica y estatal– han rubricado hoy el contrato que confirma la continuidad del principal salón mundial de tecnología conectada a la ciudad hasta el 2030 – "y más allá", en las efusives palabras de la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Digitalización, Nadia Calviño–.
El nuevo contrato significa una actualización del acuerdo vigente, que mantenía el congreso en Barcelona hasta el 2024. El compromiso se alarga hasta el año 2030, con nuevas condiciones a partir de la edición de 2025. Se incluye, pero, una palanca de permanencia indefinida: a partir del final de la década, se contempla un mecanismo de renovación tácita anual por el cual si ninguno de las partes negociadoras dice el contrario, el congreso permanece a Barcelona una edición más. Desde Feria confirman que esta cláusula tiene "voluntad de permanencia", y está pensada para hacer de Barcelona la sede indefinida del MWC. Según la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, el nuevo formato de relación es resultado de una "historia de éxito" que comienza en 2006 y que la ha convertido en "la capital tecnológica y científica del Estado y una de las primeras a escala global".
Hoffman: "En la economía postpandemia, el impacto del MWC a Barcelona con estos números es fenomenal"
Con el nuevo contrato, la confianza de las instituciones en el congreso se arrecia. Cómo explica Colau, "El MWC ha elegido Barcelona; pero Barcelona también ha elegido el MWC". Hoffman ha confirmado que, en los últimos años, han surgido abundantes alternativas para establecer la sede del acontecimiento –alternativas que se han considerado–. "Hace dos años podríamos haber perdido el MWC y no lo hemos hecho, esto es mérito de todas las administraciones", subraya el vicepresidente y consejero de Políticas Digitales de la Generalitat Jordi Puigneró. Entre otras cuestiones, la colaboración a partir del 2025 –la primera edición con el nuevo contrato– contempla un aumento de las aportaciones económicas de las instituciones públicas a la GSMA. Hasta ahora, Ayuntamiento, Generalidad y tranferien Estado a la patronal del móvil un total de 15 MEUR, unos cinco millones de euros por cabo. En adelante, "de acuerdo con los nuevos costes y el aumento del efecto económico" de la feria, aumentará hasta los ocho millones de euros por institución, un montante total de 24 MEUR. "Todo esto la GSMA lo invierte en el congreso", confirma el director general de Fira de Barcelona Constantí Serrallonga.
Según Hoffman, las aportaciones responden a unos resultados a la alza, que incluso han superado las proyecciones en las últimas ediciones. En datos facilitados por la misma patronal del móvil, si bien las expectativas para el MWC 2022 se quedaban en un impacto económico de los 240 millones de euros y la creación de 6.400 puestos de trabajo, finalmente se ha elevado hasta los 267 MEUR y los más de 7.100 trabajadores a tiempo parcial. En los más de 16 años que el congreso lleva activo a la ciudad, el impacto se ha elevado a los 5.400 millones de euros, con unas 140.000 personas contratadas. "En la economía postpandemia, un impacto con estos números es fenomenal", rubrica Hoffman. Las estimaciones, además, son optimistas: la edición del 2023, según el CEO, espera más de 70.000 visitantes.
Compromisos de ciudad
La Fira que acogerá el MWC durante la próxima década no será exactamente la misma que opera ahora. El contrato con la patronal de telefonía móvil incluye, de cara en la institución barcelonesa, cuestiones cómo la ampliación del recinto Grande Vía, donde se celebra el congreso, que estará finalizada en 2026; así como la mejora de las instalaciones del recinto de Montjuic, según ha apuntado el presidente Pau Relat. "Queremos ser un motor de desarrollo económico y social de Barcelona y su región; y estos acontecimientos tienen especial sentido por el legado que dejan", explica el dirigente, que subraya la continuidad de la tarea de digitalización y desarrollo sostenible de la institución.
Granryd: "Estamos emocionados para llegar al 2030; quizás por siempre jamás"
La alcaldesa de la ciudad ha remarcado la importancia del salón para el ecosistema tecnológico catalán, que "concentra el 70 % de la contratación de las tecnológicas de laEstado ". Si bien Colau considera que el mérito del buen rendimiento barcelonés en la digitalización es colectivo, posa el MWC al centro de una actividad empresarial que ha situado Barcelona cómo la segunda capital europea en atracción de emergentes tecnológicas y la quinta en creación de nuevos proyectos. Desde el consistorio pretenden "reforzar el orgullo de ciudad con un tejido tecnológico y científico que aporte a la cohesión social y la lucha contra el cambio climático".
Puigneró ha coincidido en el carácter tractor del MWC a las políticas digitales catalanas. El vicepresidente de la Generalitat posa la feria al nivel de la red de fibra óptica o el Madre Nostrum en "el objetivo de situar Catalunya como marca digital" en el contexto europeo. "Podríamos decir que el MWC es cómo los Juegos Olímpicos del 92", reflexiona Puigneró: una herramienta para transformar la capital del país y -la "al ponerescaparate del mundo". Con esta proyección exterior, la GSMA remarca su voluntad de permanencia a la ciudad. "Estamos emocionados para llegar al 2030; quizás por siempre jamás", explica el director general de GSMA Mats Granryd.